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Peregrinacion de Kenya
Nachrichten - News - Noticias
 published: 2008-03-07

Jesús es el agua viva

Unos 20 kenianos superaron grandes dificultades para viajar a Schoenstatt y participar en la vestición de las novicias, entre ellas la Hna. M. Lydia, primera Hermana de Maria keniana

 
Pilger aus Kenia in Metternich

Peregrinos de Kenia en Metternich

Pilgrims from Kenya in Metternich

Pilger aus Kenia in Metternich

 

Es hat geschneit!

¡Nieve en Schoenstatt!

Snow in Schoenstatt

Es hat geschneit!

 
Heilige Messe im Heiligtum der Marienschwestern  

Santa Misa en el Santuario de las Hermanas de María

Holy Mass in the Shrine of the Schoenstatt Sisters of Mary

Heilige Messe im Heiligtum der Marienschwestern

 
Schw. M. Lydia schenkte ihren Landsleuten kleine Krüge  

La Hermana M. Lydia entrega tinajas

Sister M. Lydia gives small jars to her compatriots

Schw. M. Lydia schenkte ihren Landsleuten kleine Krüge

 
Schnee auf Berg Schönstatt  ein Abenteuer  

Monte Schoenstatt: aventura en la nieve

Mount Schoenstatt – the snow adventure

Schnee auf Berg Schönstatt – ein Abenteuer

 
Im Emilie-Zimmer in Metternich

En la Sala Emilie en Metternich

In the Emilie Room in Metternich

Im Emilie-Zimmer in Metternich

Fotos: Melissa Ann Schmid © 2008

 
   

SCHOENSTATT, Melissa Ann Schmid. El martes 4 de marzo de 2008 los familiares y amigos de la Hna. M. Lidia, de Kenia, pasaron su último día con ella en Schoenstatt, antes de que ella comenzara su próximo curso intensivo con las Hermanas de Maria. La Hna. M. Lydia fue una de las siete novicias que ingresaron a la comunidad el pasado domingo 2 de marzo. En este último día participaron en la Santa Misa matutina en el Santuario del Monte Schoenstatt, almorzaron juntos y a la tarde visitaron Metternich, donde está la tumba de la Hna. M. Emilie, terminando con el más glorioso atardecer. Ellos agradecerán siempre a Dios por este día realmente perfecto.

Dios bendijo a los kenianos desde el comienzo del día, cubriendo el Monte Schoenstatt con una fina capa de nieve. "¡Nunca habíamos visto nieve!"comentaban emocionados mientras llegaban al Santuario para participar en la Santa Misa. En la paz del Santuario rezaron en silencio y una vez que todos habían ocupado sus lugares, se pusieron de pie y entonaron una canción en kikuyu, su lengua nativa. Celebró la Eucaristía el P. Peter, uno de los seis sacerdotes que viajó de Kenia. "La intención de esta Sta. Misa es darle gracias al Señor por regalo que somos cada uno de nosotros. Estar hoy aquí en Schoenstatt es un regalo especial. También le queremos dar gracias al Dios por el regalo que es la vocación de la Hna. M. Lydia y por todas las vocaciones de los hermanos y hermanas de Schoenstatt".

Reflexiones sobre la primera lectura

La primera lectura estaba tomada de Ezequiel 47,1-9, 12. El profeta Ezequiel habla del Salvador, que será agua viva para toda la humanidad: "Cuando fluya el río, todo tipo de criatura viviente que pueda multiplicarse vivirá, y habrá peces abundantes, pues donde sea que esta agua vaya, el mar se volverá dulce". En la homilía el P. Peter recordó a los presentes que, "Jesús es el agua viva que sana, que devuelve la vida, que cura toda enfermedad y renueva la belleza de los árboles florecientes. ¡Que bellos son aquellos que han tomado de esta agua viviente, de esta agua milagrosa! ¡Cómo se restaura la vida cuando hemos perdido la esperanza, cuando estamos sufriendo cualquier tipo de enfermedad física, espiritual o emocional y volvemos a Jesús, el Agua Viva!"

Habló de las muchas dificultados que los kenianos tuvieron que superar para poder viajar a Schoenstatt, dificultades económicas y para obtener los permisos de las autoridades para poder viajar al exterior en la difícil situación de guerrilla que sufre Kenia en estos momentos. "Estamos aquí por nuestra fe". Así como Jesús es el Agua Viva, Maria es la portadora de esta Agua Viva que nos guía hacia la fuente para que podamos recibirla. "Le damos las gracias a Maria por aceptar ser el canal por el que esta agua puede fluir hasta nuestras vidas". Verdaderamente, Maria hizo milagros para traer a estos sus hijos a Schoenstatt.

La Hermana M. Lydia envía las gracias de Schoenstatt a Kenia.

En el testimonio que dio el pasado sábado a la tarde a todos los que participaron en la vestición de las novicias, la Hermana M. Lydia declaró que ella escogió "realizar un sacrificio de amor por la misión de Kenia, de África y de todo el mundo". Ya dos días después de haber entrado a la comunidad de las Hermanas de Maria ha comenzado su trabajo misionero. "He estado añorando y esperando mi "boda", por la que me uno a Jesucristo para siempre. ¡Estoy tan agradecida que hayan podido celebrarla conmigo!. Ahora pertenezco a una nueva familia, pero ustedes también serán para siempre mi familia." Con estas palabras, ella regaló a cada pareja una pequeña tinaja como símbolo del Capital de Gracias, les pidió que las conservaran en sus Santuarios del Hogar y las llevaran a la ermita cada día 18 para entregar sus aportes. Ella los exhortó a vivir como schoenstattianos cada día de su vida y les recordó que la Madre Tres Veces Admirable continuará llenándolos de bendiciones en Kenia así como ya lo ha hecho en Schoenstatt. Entonces, la Hna. Lydia representó a los seis sacerdotes kenianos con un porta velas en forma de seis sacerdotes formando un círculo. "Como pueden ver, las figuras se toman de las manos. Así, ustedes también deberán sostenerse de las manos y trabajar en comunidad para hacer crecer al Movimiento de Schoenstatt en Kenia con el corazón de Dios Padre (la vela) ardiendo luminosamente en el centro de su unidad". Terminó con la promesa de rezar por ellos para que se unan en el amor y la armonía.

Después de la celebración, todos salieron presurosamente, incluidos los sacerdotes, para participar de una gran ¡guerra de bolas de nieve! ¡Todos reían y cantaban de alegría! Semejante fe tan inocente muestra la grandeza de Dios.

Una tarde en Metternich, cautivados por la historia de la Hna. M. Emilie

Después de una buena comida, que les pareció demasiado abundante, según dijeron, abordaron el autobús que los llevó a Metternich. La Hna. M. Ángela acompañó al grupo como guía turística. Como el Movimiento de Schoenstatt es relativamente nuevo en Kenia (de hecho la primera Alianza de Amor sellada en Kenia fue en 1994, además de que en el país aún no hay ningún Santuario, por lo que muchos de ellos veían un Santuario por primera ves en sus vidas), la historia de la Hermana M. Emilie resultó ser completamente nueva para ellos, y todos quedaron cautivados por la santa de nuestros tiempos.

Primero visitaron el Santuario de la Divina Providencia donde cantaron una hermosa canción en kikuyu a la Mater. Entonces, la Hna. Ángela les indicó los símbolos del Santuario y les dijo: "La Hna. Emilie tenía un gran amor por Dios Padre, y esto era evidente en su fe tan filial. En este Santuario pueden ver el símbolo del Padre encima de la imagen de la MTA. Esto nos recuerda que Dios nos mira, nos ama y nos necesita. Esto es algo para que recuerden cuando regresen a Kenia. Toda la alegría y la paz que están experimentando aquí en Schoenstatt, la pueden experimentar también en Kenia si tienen fe como la Hna. Emilie".

"Saber el significado de los símbolos hace que todo sea mucho más valioso" comentó una de las mujeres después de que peregrinaran solemnemente a la tumba de la Hna. M. Emilie. Allí cantaron otra tradicional canción de alabanza en kikuyu. Luego fueron a la Casa Providencia donde la Hna. superiora les dio la bienvenida a cada uno de ellos con una cálida sonrisa y los invitó a tomar la merienda con gran variedad de tortas y café. Todos estaban encantados con tanta hospitalidad. El recorrido terminó en el cuarto de la Hna. M. Emilie donde la Hna. M. Ángela le relató al grupo una breve historia de su vida.

Todos quedaron satisfechos con los sucesos del día mientras caminaban de regreso al autobús. "¡Todo es tan hermoso aquí!" Otros dijeron "¡No pensamos volver a Kenia! ¡Nos quedamos en Schoenstatt!" Al día siguiente, 5 de marzo, terminaría por ser también un día perfecto con la Sta. Misa celebrada en el Santuario Original, un regalo muy preciado por el que cada uno de ellos quedó muy agradecido. Estas maravillosas personas son un ejemplo de cómo el Agua Viva – Jesús – ha fluido por sus almas y las ha renovado, y así, ellos vivirán por siempre.

Traducción: Alan Shaun Cabello, San Luis Potosí, México/aat

 

 

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Last Update: 07.03.2008