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Alianza de Amor de familias en Paraguay
Nachrichten - News - Noticias
 published: 2008-02-05

Un día anhelado... Nuestra Alianza de Amor

Nos íbamos arraigando sin darnos cuenta en el mundo de Schoenstatt... – Un matrimonio de Paraguay encuentra un mundo nuevo

 

Die Tabor-Gruppe mit Schw. Petra und Roberto und Rosi Labrano

El grupo „Hacia a Tabor“ con la Hna Petra, y el matrionio Labrano

The Tabor group with Sr Petra and Roberto y Rosi Labrano

Die Tabor-Gruppe mit Schw. Petra und Roberto und Rosi Labrano

Foto: Revista Tuparenda © 2008

 

PARAGUAY, César y Diana Elizeche-Yuruhán. Nueve de mayo de 2005, una noche lluviosa y fría; nos habían invitado a una reunión en el Santuario Joven para hablarnos acerca del Movimiento de Schoenstatt... Teníamos curiosidad y expectativa al respecto. Al empezar la reunión el facilitador muestra una mesa con diferentes tipos de sillas vacías y nos pidieron reflexionar sobre ello. Allí empezó todo: nos dieron "una pequeña muestra" de lo que es el Movimiento. Decidimos ir a la siguiente reunión y así, de pronto, una tarde en Tupãrenda ya formábamos parte de un grupo con algunos conocidos y otras personas a las que veíamos por primera vez.

Nuestra especial curiosidad hizo que muy pronto todo el grupo empezara a leer un libro, "Un profeta de María", y en adelante fue un continuo flujo de vida e información que nuestros encargados de grupo (especiales instrumentos de la Mater) en forma increíblemente generosa nos trasmitían. A medida que íbamos conociendo más y más, nos íbamos arraigando sin darnos cuenta en el mundo de Schoenstatt.

El grupo se fue consolidando, la comunidad de corazones fue creciendo hasta que se plasmó en el nombre elegido, el profundo anhelo que todos sentíamos: ¡Hacia el Tabor! Pasado un tiempo de precalentamiento dentro del Movimiento, nuestro grupo inició el camino de la Alianza de Amor. Para ello dedicamos todo un año de estudio y preparación para ese gran día, todo bajo el magnífico itinerario pedagógico que para este año nos facilitaron los responsables del nivel alianza; además los pequeños milagros de transformación ya se veían en el seno de nuestro grupo.

La pregunta del millón…

A medida que se acercaba el momento, las preguntas surgieron en nosotros y en nuestros hermanos: ¿Será que estamos preparados?, ¿Será que nos lo merecemos? ¿Qué hago yo para alcanzar esto? ¿Qué es lo que yo puedo ofrecerle a María? Pero así como surgieron preguntas, también surgieron respuestas. A medida que nos íbamos preparando las íbamos encontrando.

Ya estamos en el corazón de María y a partir de esa premisa se respondieron las preguntas. Desde el momento en que dimos un tímido SÍ a María en el compromiso, fuimos creciendo y con los propósitos y el Capital de Gracias fuimos ofreciendo nuestra parte del intercambio de corazones, bienes e intereses. Ella siempre estuvo ahí, desde siempre, quizás no la veíamos muchas veces por lo apurados que vivimos, por todos los distractores que tenemos en nuestro día a día, porque no consideramos que podemos hacer grandes cosas en nuestra pequeñez.

Todo aporte al Capital de Gracias hace mucho por nuestro crecimiento y por el crecimiento del Movimiento y además recordamos siempre que: "Ella no se deja ganar en generosidad". Las cosas empezaban a cerrar y en nuestros corazones empezó a latir el anhelo de aliarnos oficialmente con Ella.

Sólo el principio

Así llego el gran día. Lo ideal hubiera sido ir tranquilos y descansados, pero a veces el día a día se torna complicado. A medida que íbamos hacia Tupãrenda, los ánimos se fueron aplacando y nos fuimos serenando y sintiendo en nuestro interior la ansiedad y la alegría que traía el momento que íbamos a vivir.

El rito fue cargado de tanta espiritualidad, tanta fuerza había en el ambiente, tanto amor en el aire que uno podía sentir la presencia de la Mater y al decir SÍ realmente se lo estábamos diciendo a Ella. Qué regalo fabuloso nos dio el Padre Fundador al mostrarnos este reavivamiento del vinculo que Ella tiene con nosotros, al darnos la oportunidad de decirle SÍ.

Sabemos que estamos empezando el ascenso de un empinado cerro, que hay mucho por delante, esto es sólo el principio, pero con el amor de nuestro Padre Celestial y de la mano de María, el ascenso es más llevadero. Ahora nos queda otro compromiso mayor: llevar en alto esta Alianza, ser agentes de cambio para los demás, ayudar a nuestros hermanos, buscar nuestro Tabor para alcanzar el ideal de ser matrimonios santos. ¡Gracias Mater! ¡Gracias P. Kentenich!

 

 

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Last Update: 05.02.2008