Esparciendo la semilla de Schoenstatt

Schoenstatt vivido: Clarisa Toledo de Brown, instrumento para la difusión de Schoenstatt en Rancagua, Chile

Visita a su querido Santuario, 28 de mayo Visiting her beloved Shrine, May 28 Besuch in ihrem geliebten Heiligtum am 28. Mai
Su saludo al Padre Kentenich Her letter to Father Kentenich Ihr Brief an Pater Kentenich
En el lugar del Padre At the Father room Im Gründerzimmer
Todos ese día estaban muy contentos de ver a Clarisa y se alegraron mucho de tomarse una foto con ella This day, all were excited to see Clarisa, and wanted a photo with her An diesem Tag freuten sich alle, Clarisa zu sehen, und wollten ein Foto mit ihr Fotos: Patricia Ahumada © 2008

CHILE, Sandra Caro Rodríguez. El domingo 3 de febrero falleció la Señora Clarisa Toledo de Brown, fundadora del Movimiento Schoenstatt en Rancagua, Chile. Estuvo grave durante tres semanas y el Dios Trino y Bueno y la Madre tres veces admirable de Schoenstatt se la llevaron al Schoenstatt eterno.

La Sra. Clarisa, destacada profesora, ya que fundó también un Liceo Técnico en Rancagua, recibió en su casa como Asesora del Hogar, en la decada del 60 del siglo pasado, a Cecilia Álvarez. Esta última era integrante del Movimiento en Temuco y fue enviada desde el Santuario de Ayinrehue a fundar allí, cuando supieron que se iba a mudar de esa zona a Rancagua. Le comenzó a hablar del Movimiento a su patrona y la semilla cayó en tierra fértil. La Sra. Clarisa invitó a otras cinco mujeres para tener reuniones en su casa. Ellas eran mujeres adultas y jóvenes. Sintieron el llamado en su corazón y fueron esparciendo la semilla de Schoenstatt hasta que en el año 1989 vieron sus sueños realizados, cuando se bendijo el Santuario de Rancagua, Hijo del Padre para una Tierra Santa Mariana.

La Sra. Clarisa Toledo fue velada en el subterráneo del Santuario hasta el día martes 5 de febrero. Luego se celebró una Misa en la Iglesia El Buen Pastor, vecina a la sede del Movimiento, y en el Santuario a las 11:00 hrs. Después la familia de Schoenstatt la acompañó al lugar de su descanso definitivo. "La Sra. Clarisa es muy importante para todos nosotros, un instrumento de Dios muy querido", se escuchó una y otra vez en estos días de luto y agradecimiento. Se entiende al escuchar las historias que cuentan de sus encuentros con ella...

Un verdadero ejemplo de vida cristiana

Patricia de Ahumada cuenta el día que pasó con ella en el Santuario de Rancagua, en mayo pasado: "Las últimas fotos que tomé de ella son del día que nos fuimos al Santuario, el 28 de mayo, día del aniversario, ya que no nos había sido posible ir el día en que celebraron el aniversario junto a toda la familia de schoenstattianos. El día 28 de mayo la fui a buscar a su casa donde me esperaba muy contenta como siempre; ella solía andar, aunque tuviera los más grandes dolores. Llegamos al Santuario y comenzó a relatar todo lo que había sido ese día de la inauguración y bendición del Santuario Hijo del Padre para una Tierra Santa Mariana. Recorrimos el terreno, visitamos a la Mater en el Santuario, y estaba muy contenta porque estaba expuesto el Santísimo y me pidió que le tomara una foto ahí; luego le pedimos a Octavio Galarce si nos podía prestar las llaves del Lugar del Padre, desde donde ella el día de la bendición había estado rezando el Santo Rosario. Ahí me contó todo lo sucedido ese hermoso día en que la Mater se quedó con todos nosotros. Luego escribió algo al Padre Kentenich en el cuaderno de visitas y finalmente rezamos para dar gracias a Dios, a la Mater y pedir por la pronta canonización de nuestro querido Padre Fundador. Rezamos por todas aquellas personas que habían partido al encuentro con el Señor, como la Sra. Rosa Araya, el Sr. Yacaman, mi querida amiga Angela Fuenzalida y Teresita Henríquez, y también por todas las personas que están solas y abandonadas y por todos los enfermos. Al salir nos encontramos con personas que también eran parte de los inicios de Schoenstatt en Rancagua y aproveché de tomar más fotos por lo alegre que estaba Clarisa de ver a sus hermanas de Alianza de aquel entonces.

Después nos fuimos y estuvimos todo el día juntas donde conversamos de muchas cosas.

Se ha ido una gran amiga y un verdadero ejemplo de vida cristiana, a quien nunca olvidaré y la tendremos siempre en nuestro corazón y nuestras oraciones. Clarisa fue una persona que siempre repartía mucha alegría y amor. Tengo pena, pero estoy segura que desde el cielo ella siempre nos cuidará".