Flora Anselmo, mujer de fe

Esther Flora Ramato de Anselmo, fundadora del Círculo Vocacional, ha partido al encuentro con el Padre y la Mater

Flora Anselmo con la Hna. M. Elisa y el P. Guillermo Mario Cassone Flora Anselmo with Sr. Elisa and Fr. Guillermo Mario Cassone Flora Anselmo mit Schw. Elisa und P. Guillermo Mario Cassone
En Schoenstatt, en el centenario del Padre Kentenich 1985 In Schoenstatt,  at the centenary of Fr. Kentenich in 1985 Im Gedenkjahr zum Hundertsten Geburtstag Pater Kentenichs 1985 in Schönstatt Fotos: Anselmo © 2008

ARGENTINA, Círculo Vocacional. El 19 de febrero partió a la casa del Padre Flora Anselmo con 92 años plenamente vividos. Entre sus obras deja una que ella consideraba y amaba como a un hijo: el Círculo Vocacional Padre Kentenich, fundado por ella y un grupo de señoras hace exactamente 25 años, en Buenos Aires. Cuando se estaba preparando para festejar en mayo este Jubileo Dios nos sorprendió llevándosela a Flora junto a El.

El Padre Guillermo Mario Cassone, Asesor del Círculo Vocacional, la caracteriza como un mujer de fe, que tuvo una vida muy fecunda, "con numerosos hijos, nietos y bisnietos, a quienes se brindó con su enorme afectividad que no ocultaba. Seguramente estarán haciendo su duelo y los acompañamos a cada uno de ellos.

Fue una mujer de Iglesia, con un compromiso afectivo y efectivo en sus Parroquias, instituciones y obras. Fue una fiel hija de Schoenstatt con un fuerte vínculo a la Mater y al Padre y con una incansable creatividad. En su larga e interesante biografía, que una de sus hijas escribió para sus 90 años aparecen tantas anécdotas que la muestran como mujer de fe operativa y tenaz, que sería imposible enumerar...

Ella celebrará en el cielo junto al Padre Fundador y a tantos seres queridos que comparten la felicidad eterna, el jubileo de plata de su querido Círculo Vocacional Padre Kentenich.

El Circulo de Vocación

Este Círculo reza diariamente por vocaciones para Schoenstatt y para la Iglesia. Tiene alrededor de 1000 miembros que en más de 20 centros se juntan los primeros jueves de cada mes para rezar por esta intención; otros lo hacen desde sus casas o participando en la Misa parroquial. Flora no sólo lo fundó sino fue el alma a lo largo de todos estos años, vivía pendiente de todo lo que pasaba en el Círculo.

Pero no sólo rezaba y hacía rezar sino que se preocupaba de colaborar para la formación de los seminaristas y novicias generando recursos, acompañando a cada uno, participando de las celebraciones y difundiendo este tema por todos los medios posibles.

¡Gracias Flora!!! Le pedimos que ahora junto al Señor siga intercediendo por la vocaciones y también por el Círculo, que nos ayude a crecer y a que por medio de tantas súplicas Dios siga llamando a muchos corazones jóvenes a una entrega total por el Reino de Dios".

"Cómo se la va a extrañar en la fiesta de Sión el domingo", fue una de las primeras reacciones cuando la noticia de la muerte de Flora Anselmo recorrió el 19 de febrero el Movimiento de Argentina. "Siempre la veía ahí, siempre tan activa, tan llena de vida y proyectos...".

Una práctica probada del Padre Kentenich era presentar a los congregantes en Schoenstatt, en los primeros años de Schoenstatt, biografías – de ficción o verídicas - de jóvenes santos, para brindarles modelos e inspiraciones "vivas". Desde el año 1917 introduce en la revista MTA un género nuevo de artículos, y son ellos casi los únicos (salvo noticias sobre falta de fondos o pedidos de enviar direcciones actualizadas) escritos por él mismo. Se llaman RETRATO y son una fuente de inspiración hasta el día de hoy, más aún: son una muestra de vidas fecundas, santas, trasformadas por Schoenstatt. Los RETRATOS son biografías de congregantes fallecidos, escritos en la fe en la providencia divina que actuó en ellos. En cada uno de ellos, comentó el Padre Kentenich, se encuentra un mensaje vivo sobre lo que significa uno u otro elemento del mundo de Schoenstatt. Se agradece a Angélica Anselmo el retrato de su mamá, Flora Anselmo:

Toda su vida fue iluminada por una Gran Fe

Fue una hija fiel, en todos los momentos de su vida, tanto de alegrías como de sufrimientos, siempre conservando la sonrisa y sintiendo la cercanía amorosa de Dios. Su vida de niña y joven fue muy dura.

Desde ese tiempo, se perfiló un temperamento luchador, emprendedor y de empuje en sus ideales e ideas. Fue una esposa compañera y comprensiva, acompañando en todo a su esposo Juan. Fue feliz en tiempo de opulencia y conservó la dicha en tiempos de escasez. Fue una increíble docente.

Fue una madre ejemplar de 4 hijos a los que les dedicó tiempo, amor y brindó educación. Siempre les dio la consigna de la fe en Dios, les inculcó la cultura del trabajo, la honradez y la solidaridad. Su casa era como su corazón, abierto, cálido, alegre y esperanzado. Como abuela, siempre se alegró con cada uno de sus siete nietos que llegaba a su familia. Alegría que se tradujo en hablar, en escuchar, en acompañar, en servir, en darles alegrías, seguridad, confianza con amor maternal. Sus nietos le hicieron el regalo de 7 bisnietos con los que siguió la misma línea de acompañar, darles alegría y confianza.

Tuvo varios hijos y nietos de corazón a los que les dio el mismo amor que a los propios.

Toda su vida fue iluminada por una Gran Fe. Creyó en Dios y vivió según su convicción. Tenía una gran vinculación con la Virgen, se sintió amada, cuidada y abrazada con amor maternal.

A ella le confiaba sus preocupaciones y le compartía sus alegrías. Todo lo dialogaba con ella y se sentía escuchada y acompañada.

Fundadora del Círculo Vocacional Padre José Kentenich

En la década del 80 se integra al movimiento de Schoenstatt y en 1983 funda el Círculo Vocacional Padre José Kentenich, junto con los padres de Schoenstatt. Sacerdotes, religiosas y laicos se unen a la convocatoria. Desde ese instante enarboló la bandera del Círculo Vocacional, a nivel nacional, y propuso rezar por vocaciones sacerdotales y religiosas y apoyar el camino de formación de los postulantes y la fidelidad en el camino sacerdotal.

Flora era un líder nato, su cabeza no descansaba y llevaba adelante todos los proyectos planeados. En 1985 participó con la bandera del Círculo Vocacional y un grupo numeroso en el centenario del padre fundador en Alemania. Fue una vivencia inolvidable conocer los lugares santos. Acompañaba personalmente cada vocación con llamadas, mails y saludos personales. Gozaba con cada etapa que iban consiguiendo los postulantes o novicias de las Hermanas de María. Desde la creación del voluntariado de la Casa María Reina ella fue voluntaria hasta el día de su partida.

Actuaba también en la Parroquia Inmaculada Concepción de Belgrano: en la Liga de Madres, habiendo sido presidenta, tesorera y en la última etapa revisora de cuentas. Fue ministro de la Eucaristía durante 10 años. En 2004 funda el Círculo San José, junto al Padre Ricardo Ochoa, con la misma finalidad de rezar por las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Flora fue una mujer que sellaba cada contacto personal con una amistad. Siempre tenía vínculos. Cada persona que la conoció quedaba ligada a su carisma y se sentía aceptada, comprendida, acompañada para siempre.

Sus últimos días

Así como fue su vida fueron sus últimos días, luchadora y religiosa. Sobrellevó sus más de 3 semanas internada con valentía, entereza y poniéndose en manos de Dios. Al ingresar al sanatorio, le dijo a la Mater: "no me sueltes de tu mano". Recibió varias veces la Unción de los enfermos y la bendición sacerdotal, administrada por los distintos sacerdotes amigos que fueron a visitarla en su internación, Padre Ricardo Ochoa, Padre Guillermo Mario Cassone, Padre Guillermo Carmona y Padre Edgardo Iriarte. Recibió la Bendición Papal y la Absolución General del Padre Guillermo Mario Cassone quien fuera a visitarla antes de su partida a Roma. Fue también visitada por la Hermana Elisa y por varias Hermanas de María, quienes le brindaron su amor y agradecimiento.

Flora mantuvo siempre su alegría y su fe hasta el último momento.

Partió al Padre el martes 19 de febrero a las 21:30 en el sanatorio Mater Dei.

Ahora goza de la presencia de Dios, de nuestra Mater y de todos sus seres queridos que seguramente estarían esperándola.

En su velatorio los padres Javier Arteaga, Antonio Cosp y Adolfo Lozada rezaron con los presentes un emotivo responso y un misterio del Santo Rosario, expresando palabras de sus experiencias personales y afectivas con Flora, y el trabajo conjunto con el Círculo Vocacional Padre José Kentenich.

A las 13 horas del día 20, los sacerdotes, Padres Edgardo Iriarte, Luis María Rodríguez Melgarejo y Adolfo Losada esperaban en la Iglesia Inmaculada Concepción de Belgrano, junto a la escalinata, la llegada de esta hija fiel y comprometida. Al ingresar al templo, comenzaron los cánticos, tal como le gustaba a Flora. Se realizó la Misa de cuerpo presente, con su foto, sonriente, sobre el féretro. Dos nietos leyeron las lecturas y otros dos nietos expresaron el sentir de la perdida de la abuela, todo lo que había significado su vida, con un hasta luego, concluyeron su relato muy cariñoso y emotivo.

Su familia y sus amigos dan gracias a Dios por todas las cosas hermosas que hemos compartido, y por las vivencias de unión familiar.