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Entrada de los reyes
Entrance of the Kings
Einzug der Könige
Foto: Scherer © 2008 |
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Diez minutos junto al pesebre
Ten minutes by the crib
Zehn Minuten an der Krippe
Foto: POS Fischer © 2008 |
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Coro de las Hermanas de Maria
Choir of the Schoenstatt Sisters of Mary
Chor der Schönstätter Marienschwestern |
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6 de enero en la Iglesia de la Adoración
January 6 in the Adoration Church
Am 6. Januar in der Anbetungskirche |
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Momento de las estrellas
Moment of the stars
Die Sterne werden zur Krippe gebracht
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Momentos personales
Personal encounter
Eine ganz persönliche Begegnung |
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Fotos: © 2008 |
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SCHOENSTATT, mkf. "Vean, apareció una estrella..." Así
dice una antigua canción para la fiesta de los Reyes Magos. No
hubo ningún decreto que los hiciera viajar desde tan lejos a otro
país, ninguna recompensa monetaria, ninguna esperanza de tener
una tarea mejor. Fue solamente una estrella la que no los dejó
descansar hasta que encontraron al Niño y a su Madre. Una estrella
como esa brilló sobre Schoenstatt desde el 26 de diciembre. En
la fiesta de los Reyes Magos su brillo fue intensamente claro pues la
gente que acudió al pesebre parecía crecer y crecer en cantidades
impresionantes...
En un ómnibus llegaron desde Gelsenkirchen schoenstattianos y
familias que reciben la visita de la Virgen Peregrina. Ya en los días
previos llegaban continuamente ómnibus del Bajo Rin, de Essen,
de Borken... El grupo de Gelsenkirchen participó en la hermosa
celebración de la Misa de Reyes en la Iglesia de Peregrinos. Los
tres Reyes Magos – en realidad eran "reinas" – verdaderamente llegaron
desde lejos: desde Chile. Con sus lujosas vestimentas orientales, fueron
la atracción de grandes y chicos, ¡y seguramente los Reyes mejor
vestidos que jamás hubo en Schoenstatt!.. "Fue muy bueno ver como
se involucraron los niños", dijo Gabriela Sudermann, de Dinslaken,
que se había unido al grupo que viajó en el ómnibus
desde Gelsenkirchen. "Y también los adultos pudimos aprovecharlo
mucho".
La fe de los niños
Melissa Ann Schmid, economista de Colorado, EE.UU., que está temporalmente
como practicante en la Oficina de Prensa, tocó la flauta traversa
en los "Diez minutos junto al pesebre" en dos de las representaciones
de la tarde. Está entusiasmada y a la vez profundamente conmovida:
"Todos estamos llamados a tener una fe como la de los niños. Frecuentemente
la vida es complicada y estresante. Y no es difícil perderle el
rastro a lo que realmente cuenta: sencillez, humildad, alegría,
curiosidad, un corazón abierto. Todo esto sucedió junto
al pesebre de la Iglesia de la Adoración. En torno a la Nochebuena
llegaron allí centenares de personas para ver al Niño recién
nacido. Miraron atentamente como cantaban y bailaban los niños
con los villancicos acompañados por piano, flautas, guitarras y
flautas traversas.
Las risas de los niños, que retumbaban en las paredes, enternecían
los corazones de los adultos. Contemplar la inocencia de los niños
nos recuerda que Dios nos invita a cada uno – no importa cuantas faltas
hayamos cometido, de cuántas cosas tengamos que arrepentirnos,
de cuan grande sea la carga que llevamos a cuestas – a encontrarnos con
Él. Como lo dijo ayer por la tarde un pequeño y sabio Rey
Mago de cinco años: el tintineo de las campanitas nos recuerda
todo el día que Jesús está aquí, ¡Jesús
está aquí!. Los ‘Diez minutos junto al pesebre’ han renovado
la fe filial en los corazones de muchos de los que estuvieron aquí.
En todo caso, la renovaron en mi corazón".
Bajo la estrella
"Tienes que ver esto", le dijo a un conocido un colaborador de la Editorial
Patris. "Esto parece un campo de instrucción militar después
de una maniobra". Opinaba así de la pradera que está delante
de la Casa Padre Kentenich, transformada en playa de estacionamiento,
que no resistió a la concurrencia masiva de autos... Al final todo
se sumergió en el barro. Otra cosa también repleta como
la pradera fue el granero, trasformado en cafetería, pero pudo
soportar la avalancha de gente y hasta el final, el 8 de enero, siempre
se sirvió allí el té con las masitas navideñas,
también esta vez gracias a las muchas donaciones. Conversaciones,
encuentros, recuerdos de anteriores visitas a Schoenstatt, siempre, mucho
interés en las informaciones sobre las futuras actividades: es
bueno detenerse allí antes o después de la visita al pesebre.
El 6 de enero – como ya lo hizo el 30 de diciembre – un coro de las Hermanas
de María acompañó los "Diez minutos" cantando villancicos
a varias voces. Por momentos no cabía nadie más en la Iglesia.
Los bellos Reyes Magos de Chile se instalaron solemnemente y le dieron
a todo un brillo festivo. "Ahora hay aquí un clima de especial
densidad", dijo alguien. "Se nota que todo es armonioso y que los encargados
también se sumergieron en el clima reinante."
Entretanto, se ha desarrollado todo un programa en torno a los "Diez
Minutos": rifas, ventas, actividades diversas en la Casa Padre Kentenich,
"peregrinaciones navideñas" desde lugares cercanos y alejados.
Todo esto no sería posible sin los "diez minutos", y al mismo tiempo
ellos ya son parte fija del programa de los retiros que tienen lugar en
estas semanas. ¡Todos pueden venir a ti, Niño Jesús!
Mi niño en el pesebre
Y en toda esta alegre, animada y jubilosa bulla, entre estrellas, té
y villancicos, están quizás los momentos más silenciosos,
más personales, en los que algo sucede en los corazones, entre
este Niño en el pesebre y uno, que llega allí liviano como
un niño o con el peso de una larga y difícil historia. ¿Qué
será lo que el niño pequeño guardará como
recuerdo de los minutos en los que estuvo totalmente absorto, con la campanita
en sus manos, mirando y mirando al Niño en el pesebre? .. ¿Y el
hombre que sostuvo largamente en sus manos una esquela con la estrella,
y que luego escribió allí algunos nombres y la depositó
en el pesebre? ¿Y la joven madre, que con lágrimas en los ojos
fotografiaba a su hijo transformado en un angelito?
Hacemos todo para estos momentos, en los que Dios es tangible... Y lo
haremos de nuevo en la próxima Navidad.
Traducción: aat, Argentina |