published: 2007-11-30 | |
La Ruta del PadreUn viaje para avivar el fuego |
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CHILE, María de los Angeles Miranda B. "La Ruta del Padre – un viaje para avivar el fuego" fue un regalo a la Familia de Schoenstatt chilena para recorrer el paso del Fundador cuando vino a Chile buscando aliados y fundó el Movimiento en Valparaíso, hace 60 años. Incluye la capilla del Hospital Mena, donde el Padre celebraba la misa y que actualmente fue cedida al Movimiento. Ahora todos los peregrinos pueden conocer esta historia y tratar de hacerla vida. Ya es una realidad: la Ruta del Padre fue inaugurada y entregada oficialmente a la Familia de Schoenstatt chilena como parte de la celebración de los 60 años de la fundación del Movimiento en el país. Quienes peregrinaron el 17 de noviembre al Santuario de Agua Santa, en Viña del Mar, pudieron subirse a este recorrido y desde ahora todos los que quieran revivir nuestra historia podrán hacerlo. Es el fruto de dos intensos años de trabajo y capital de gracias de muchos miembros de la Familia del Santuario Cenáculo de Fundación (conocido como Santuario Agua Santa, que comprende las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso) de Viña del Mar, que asumieron la tarea de conocer mejor y reconquistar los lugares por donde pasó el Padre Kentenich buscando aliados para la misión. Bajo el lema "Somos fuego de tu fuego", lograron establecer este recorrido y facilitar el acceso de todos los que quieran conocerlo. Un nuevo terruñoEl itinerario pasó frente al Pasaje Quinta. En esa estrecha calle, en la casa 28, fue el mismo Padre Kentenich quien fundó Schoenstatt el 27 de junio de 1947, junto a las primeras señoras. Ese lugar hoy es una casa de acogida de las Religiosas Adoratrices para la rehabilitación de jóvenes marginadas. Luego los peregrinos se fueron encaramando por los cerros, hasta llegar a la avenida Alemania N° 6994, lugar donde el Padre Kentenich se alojó en sus tres visitas a Valparaíso. Allí se ubicaba el hospital de la Fundación Mena, donde trabajaban las Hermanas en la administración desde 1947. En este lugar hay una capilla donde el Fundador celebró muchas veces la eucaristía. Hasta ahora estaba convertida en una bodega. (¿Historia conocida? Lo mismo ocurrió con el santuario original, que era la antigua capilla dedicada a San Miguel, que servía de bodega y fue reconquistada por los primeros congregantes). Comenzaba la tarea de reconquistarla, empezando por restaurarla y luego ambientarla replicando la decoración de la época. "La primera tarea respecto de la capilla fue conseguir fotos para determinar dónde estaba ubicado el altar y cómo eran las bancas, el altar y el tabernáculo. La Providencia quiso que durante el mes de julio la Hermana Yerthy consiguiera los archivos fotográficos de la estadía del Padre Kentenich, que guardaba la hermana Gundis"- cuenta el matrimonio de John Smok y Francisca Cantin, de la comisión organizadora. De este modo quedó la Mater sobre una cortina blanca y mandaron a hacer un altar exactamente igual al original. Las bancas corresponden a las que estaban en la capilla privada de los Padres Pallottinos en la Parroquia San Luis Gonzaga. El cuadro de la Mater fue donado por las Hermanas de Alemania y enmarcado por la Rama de Señoras. Finalmente la comisión Ruta del Padre consiguió que este lugar fuera cedido en comodato por la Fundación Mena al Movimiento por 30 años. El santuario de ValparaísoLuego, el recorrido continuó hacia la Parroquia San Luis Gonzaga, en el Cerro Alegre, hogar de los Padres pallottinos desde 1890. El Padre Kentenich fue a visitar a sus hermanos de comunidad y cenó con ellos en este lugar en junio de 1947 y en noviembre de 1948. También éste fue el punto de encuentro de los primeros schoenstattianos chilenos, que cada domingo, después de misa, se vinculaban a la Mater a través de un cuadro que estaba en un ala lateral. En 1935 asumió como párroco el Padre Clemente Klepper, que había participado en el desarrollo de Schoenstatt en Alemania. Desde esta iglesia inició con un grupo de mujeres jóvenes profesionales de la Acción Católica las primeras reuniones sobre el Movimiento Apostólico de Schoenstatt, con la ayuda de Benedicta Daiber. Por eso es un lugar lleno de historia. Hay allí un retablo idéntico al que está en los santuarios y está abierto para los peregrinos. Otro lugar de la Ruta es el mismo Santuario de Agua Santa, donde está el acta de fundación firmada por el Padre Kentenich. También el Cementerio de Playa Ancha y el Católico Nº 2, donde descansan los restos de varias de las fundadoras. ¡Canta conmigo!Luego del itinerario por la historia, la celebración continuó con música. La historia de Schoenstatt en Chile ha sido fecunda en cantos de alabanza. Como si lo dijera el Padre Kentenich, se hizo la invitación con el lema: "¡Canta conmigo!". Y con las letras a la vista de todos se congregaron los peregrinos para entonar algunas de las melodías que han encendido el corazón de muchos schoenstattianos. Primero se presentó el Coro Voz de Comunión, que pertenece a la juventud del Agua Santa y que ya tiene 12 años de historia. También actuó el seminarista Enrique da Fonseca, más conocido como Dafo, uno de los destacados compositores del Colegio Mayor. Por último el Coro de Familias de Agua Santa, que cerró con el himno de los 60 años: "Es la herencia que en Schoenstatt se hace llama, para fundar tu Reino en mi tiempo". No se trata de turistearSólo llevaban tres años en el Movimiento cuando John Smok y Francisca Cantín recibieron el desafío de dar vida a la Ruta, hace dos años. El primer paso fue ponerse a investigar la historia, leyendo y recogiendo testimonios. Y entonces se dieron cuenta de que no eran sólo recuerdos: "Lentamente, la imagen del fundador de un movimiento religioso pasaba a transformarse en la más cercana figura paternal que habíamos conocido y en el más profundo profeta y educador", testimoniaron en la misa solemne presidida por el Padre Iván Simicic. Dos años tardó la reconquista de estos lugares, en la que participaron intensamente miembros de la Familia de Agua Santa, para habilitarlos, señalizarlos y embellecerlos, dejándolos acogedores para la visita de los peregrinos. Pero la idea no es que sea un paseo: "La Ruta del Padre no es un recorrido meramente turístico. No es una vuelta estéril al pasado", aclaró Smok. "Esta ruta responde al profundo anhelo de proyectarse creadoramente, desde las raíces, fielmente vinculados a los lugares y a las personas concretas que hicieron vida ayer los ideales de Schoenstatt en Chile, en el corazón de nuestra Iglesia, para que ésta sea alma de un mundo nuevo, aportando el carisma de nuestro Fundador y su gran legado profético: la Alianza de Amor con María en el Santuario". Y eso sucedió en los peregrinos, como cuenta Pilar Bernabé: "Preciosos los dos lugares que visitamos y lo que ocurrió en cada uno; me emocionaron y me reafirmaron mi deber de misión". Y así también lo asumió el P. Iván Simicic, quien, como director del Movimiento, recibió el cuadro que contiene el plano de la Ruta del Padre de manos de Mónica y Jaime Varas, coordinadores de la Familia de Agua Santa. El P. Iván insistió en la importancia de ser verdaderamente fundadores y advirtió que, a quienes hoy se comprometen libremente, el Padre Kentenich les exigirá fidelidad y resultados concretos. Al decirlo apeló a cada uno de los que participaron en esta fiesta desde distintos lugares de Chile y agregaron su firma en el acta de fundación, prometiendo ser fieles a esta "misión divina", como lo hicieron el Padre y el grupo de señoras hace 60 años. Por eso ahora todos somos fundadores. Detalles sobre los viajes del Padre Kentenich a Chile se encuentran en: P. Esteban Uriburu, Huellas de un Padre, Editorial Patris Argentina, ISBN 950-9579-07-6 |
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Last Update: 30.11.2007