published: 2007-10-05 | |
"Un siervo de María nunca muere"El Doctor Miguel Villalba y Fritz |
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PARAGUAY, Cristina y Javier Cabral. El Dr. Villalba, Miguel Antonio para sus hermanos del Curso Pilares del Santuario, era una persona alegre. Lo extrañan sus amigos, aunque saben que no se fue... Le gustaba contar chistes sanos, sobre todo aquellos que tenían como protagonistas a los médicos, su propia profesión. Cuando ofrecía alguna cena, iba personalmente a la feria, para elegir los mejores ingredientes. Aplicando sus conocimientos de cirujano, él mismo sacaba los filetes de las tilapias (un pescado que se cría en estanques por acá). También elaboraba chipa (una comida típica de harina de maiz y almidón )para la semana santa, en un tatacuá (Tatacuá: es un horno de barro Tatá = fuego - cuá = Agujero: se refiere a la boca del horno de barro) que mandó construir en su casa, actividad que una vez compartimos con él. A Fritz no sé si le gustaban estas cosas. La chipa, seguro que no, pues me refiero a Fritz Hesser, un seminarista de la Congregación Mariana, de los primeros años de Schoenstatt, que en 1916 fue convocado para luchar en la primera guerra mundial junto con José Engling y otros. Fritz se enfermó de tuberculosis en el frente de batalla, en esa época una enfermedad sin cura, y por eso le dieron de baja. Retornó y quedó como capellán del Santuario original. Un día trajo unas maderas en las que había tallado la frase: "Servus Mariae nuncuam peribit". Un siervo de María nunca perecerá". Nunca muere. Fue en el año 1919. Siempre nos llamó la atención que esa frase fuera tallada y colocada por una persona en sus últimos tiempos de vida (murió en 1923). Es una demostración de una fe firme e inquebrantable. Te llevamos en el corazón y te recordamos con alegríaMiguel Antonio retornó a la Casa del Padre desde Santiago de Chile el 18 de septiembre. Antes de viajar para someterse a varias operaciones, quiso profundizar su ser hijo de María y adelantó su consagración perpetua en el Santuario Joven (Santuario que el 21 de septiembre cumplió 10 años) como integrante de la Federación Apostólica de Familias. Cuando su cuerpo llegó a Ciudad del Este, se lo trasladó al Santuario del Terruño. Allí, bajo la atenta mirada de la Mater, daba la impresión que el marco luminoso del cuadro estaba más radiante. La frase "Un siervo de María nunca muere" daba una respuesta esperanzadora al dolor que todos los presentes sentíamos. Ahora que Miguel Antonio y Fritz están juntos, quizás estén intercambiando chistes, recetas, pero de seguro que va a interceder para que nosotros, sus hermanos de curso, lleguemos a ser hijos pequeños del Padre, que, unidos en Alianza, lleguemos a ser pilares para una comunidad santa. Miguel Antonio: te llevamos en el corazón y te recordamos con alegría |
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Last Update: 05.10.2007