Un lugar de esperanza

Renovación de la Alianza de Amor, 18-10-2007

Mons. Dr. Peter Wolf: Invitación e introducción.

Nuestra Iglesia de Peregrinos se ha llenado de a poco. Hemos venido desde los montes y desde el valle, desde diversas diócesis e incluso desde otros países y continentes.

Lo que nos congrega esta tarde es el anhelo de celebrar juntos el día de Fundación de Schoenstatt y tocar esta tierra que es la cuna de nuestra esperanza. Por esto les doy – también en nombre de la Presidencia general – una cordial bienvenida.

A este fin puede servirnos de inspiración una imagen bíblica que le sirvió de ayuda también a nuestro Fundador en aquel memorable 18 de octubre de 1914 para dar a conocer en forma explícita a sus jóvenes oyentes su "secreta idea predilecta". Surgió en él la secreta esperanza de que aquí, en este lugar, sucediera algo semejante a lo que ocurrió con Jesús en el Monte Tabor. ¿No podría surgir aquí un lugar donde se manifestaran las glorias de María? Su anhelo y su esperanza no fueron fruto de una visión o de un sueño. Nuestro Padre siguió estas huellas buscando a tientas, basado en la fe en la Divina Providencia.

La pequeña capilla en el valle debía transformarse en nuestro Tabor "donde se manifiesten las glorias de María". En los años siguientes, nuestro Fundador se detuvo una y otra vez en este aspecto: tomar en serio la presencia real de la Mater y confiar en su silencioso obrar. Parte de esta confianza creyente la encontramos también en la manera en que la iglesia ortodoxa se vincula con sus íconos. Ellos veneran la presencia del Señor y de su Madre en sus íconos por medio del incienso y del beso. Cuentan con su cercanía y su eficaz obrar, como nosotros lo hacemos en relación con nuestro Santuario y con la Virgen peregrina. Con esta actitud nos queremos abrir al acontecimiento de la esperanza que contemplamos en el ícono de la transfiguración en el Monte Tabor.

Queremos encendernos en esta esperanza y ponernos en camino. Quien tiene la luz de Cristo puede caminar en medio de la oscuridad. Para él, todo camino es camino de esperanza, sobre todo si se encamina precisamente a un lugar de esperanza. Es exactamente eso lo que queremos hacer esta tarde, ya que el pequeño Santuario en el valle es nuestra verdadera cuna de esperanza. Desde el corazón de nuestro Padre la chispa de la esperanza ha encendido a muchos. Muchos corazones jóvenes han sido cautivados por su fuego: en aquel entonces y ahora. Queremos que esto suceda también esta noche, cuando renovemos la Alianza de Amor en el lugar santo. Nuestro caminar hacia allí es una manifestación sensible de que este Santuario se ha transformado en cuna de nuestra esperanza.

Es una manifestación de la experiencia de que nuestro Movimiento mundial tiene aquí un hogar en el corazón de la Mater.

Es una manifestacion de esperanza en que la gracia de este lugar nos transforme continuamente y nos capacite para una vida nueva.

Es una manifestación de que en medio de los cambios radicales de nuestro tiempo se ha desarrollado aquí y desde aquí una corriente de vida para el futuro de la fe y de la iglesia.

Los invito a abrirse a la gracias de este día de Alianza y a continuar transitando juntos el camino de nuestra celebración de Alianza.