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| En Bedfordview, Johannesburg, las apóstoles de María tuvieron una jornada hermosa – unidas, sin saber, profundamtente con las apóstoles de Maria en Atibaia In Bedfordview, Johannesburg, the Marian Apostles had a beautiful retreat – united, without knowing it, with the big celebration of the Marian Apostles in Atibaia In Bedfordview, Johannesburg, hatten die Marienapostel ein herrliches Treffen – inhaltlich und zeitlich, ohne es zu wissen, mit dem großen Fest der Marienapostel in Atibaia verbunden Foto: Holding© 2007 |
SUDÁFRICA, Sarah Leah Pimentel. 25 de agosto: en Atibaia, Brasil, las Apóstoles de María celebraron los 80 años de la fundación – en Schoenstatt – de estos grupos de niñas, que son el estadio previo a la Juventud femenina. Al mismo tiempo, en otro continente, en Sudáfrica, un grupo de Apóstoles – pequeño pero muy dinámico – se reunió en el Santuario de Bedfordview, Johannesburgo, para un día de retiro titulado: "Somos estrellas que deben brillar".
Es obvio que los dos grupos no habían tenido ningún contacto, pero evidentemente la Mater trabaja para educar a sus hijas en todo el mundo, para acercarlas a Ella y a su Hijo. Durante el día de retiro, se les presentaron a las niñas varios juegos mediante los cuales aprendieron que, a pesar de vivir en condiciones socio económicas distintas es posible ser amigas, pues tienen algo en común: cada una es una estrella. En una breve representación para ilustrar el tema del día, las niñas vieron como Palesa, una huérfana pobre, podía ofrecerle a la reina de su país un regalo más precioso que el de todas las otras niñas de su escuela – que tenían padres, juguetes y vestidos bonitos – porque ella se ofreció completamente a sí misma a la reina.
Todas son princesas porque todas son hijas de la Reina
Las niñas descubrieron que todas son princesas porque todas son hijas de la Reina. Como princesas, cada una tiene una corona adornada con brillantes piedras preciosas para que todo el mundo pueda ver que pertenecen a la casa real, y que, como las estrellas del cielo, cada una está llamada a brillar en un cielo oscuro. Analizando la "Pequeña consagración", las niñas descubrieron como usar sus ojos, oídos, lenguas y corazones para brillar totalmente en el mundo. También aprendieron que existen muchas oportunidades de brillar todos los días en casa, en la escuela, con las amigas, y que así pueden agregar estrellas a esa corona de la Reina que habían hecho en el mes de julio, como una representación gráfica de sus contribuciones al Capital de Gracias.
A la tarde las Apóstoles pintaron sus propias estrellas y las recortaron para continuar contabilizando en casa sus contribuciones al Capital de Gracias. Tomadas de la mano de la Mater, y con el corazón lleno de alegría fueron al Santuario, donde cada una fue invitada personalmente para encontrarse con Jesús presente en el Santísimo Sacramento. Por medio de cantos y de una meditación guiada, tuvieron la oportunidad de conversar con Él y decirle como querían ser estrellas que brillan para que todo el mundo vea su amor.
La reina conduce y une a sus princesas en todo el mundo
Algunos días después me pidieron que tradujera un artículo que contaba algo de los 80 años de la fundación de las Apóstoles de María, y como lo celebraron las Apóstoles de Atibaia, en Brasil. Cuando estaba por traducirlo, me di cuenta que ambos grupos estaban trabajando con varios temas en común, sin siquiera saber aquí, en Sudáfrica, como fue que las niñas de Brasil se estaban preparando para ese aniversario (para ser sincera, aquí no sabíamos que este año se celebraban los 80 años de la fundación de las Apóstoles de María). Y con mucha humildad reconozco que, siendo miembro o dirigente de esta gran Familia de Schoenstatt, nunca actuamos solamente por nuestras propias fuerzas, sino que somos enteramente instrumentos de una Madre que sabe muy bien como quiere educar a sus hijos, aunque estén dispersos por todo el mundo. En este momento me parece que la Reina quiere que todas sus princesas brillen para que todos puedan ver su luz.
Traducción: aat, Argentina