Un paso más, sólo por Ella

Caminata de María: desde Montevideo al primer Santuario filial en Nueva Helvecia

Llegando a le ermita de Ecilda Arriving at the wayside shrine in Ecilda Ankunft beim Bildstock von Ecilda
Con la Virgen Peregrina y mucho compromiso –¡ adelante! With the Pilgrim MTA and much commitment – on! Mit der Pilgernden Gottesmutter und viel Einsatz geht es weiter!
Caminando... Walking... Jeder Schritt fürs Heiligtum!
Falta poco... ¡ya vemos el Santuario! Shrine in sight! Heiligtum in Sicht!
Cansados, pero felices... Tired, but happy... Sehr müde, aber sehr glücklich! Fotos: Federico Ferreira © 2007 Álbum de fotos – photo album – Fotoalbum

URUGUAY, Federico Ferreira. Hace 3 años, quién sabe por qué, comenzamos a caminar juntos... Algo motivaba a los jóvenes a caminar hasta Nueva Helvecia. En un principio no entendíamos el por qué, sólo nos motivaba caminar y llegar a un lugar que desconocíamos… En el año 2007 sabíamos muy bien a dónde íbamos: íbamos a la casa de mamá, caminábamos por ella, soñábamos con ella…

En el año 2005 fuimos solo cuatro, en 2006 ya éramos 12, esta vez, 55… Cincuenta y cinco personas que, con un mismo propósito, un mismo amor, dejaban de lados sus vidas, sus compromisos, sus responsabilidades para caminar juntos.

Así, nos encontramos a las 5,30 de la mañana para salir juntos a Libertad. ¡Qué coincidencia que justo en ese lugar dábamos un SI libre a la Mater entregándole a Ella nuestro peregrinar! En Libertad comenzaba nuestra historia de libertad y de amor. En la parroquia de la ciudad junto con los Padres Oblatos renovamos nuestras expectativas, y nuestros pasos comenzaron a resonar en el camino.

Sin cuenta

Cincuenta kilómetros nos esperaban para llegar a Ecilda Paullier, uno de los pocos pueblos con nombre de mujer… Cincuenta kilómetros y fue así mismo "sin cuenta" de lo que estábamos haciendo, "sin cuenta" del amor que nos cobijaba, "sin cuenta" de que continuábamos una historia juntos, "sin cuenta" del dolor, "sin cuenta" de las renuncias, "sin cuenta" del frío, del cansancio, de las ampollas.

Por fin Ecilda, y una hermosa ermita: era mamá que nos abrazaba, nos acariciaba después de una extenuante jornada, era mamá que nos cobijaba bajo su manto. Una noche fría durmiendo en el suelo, un desayuno de paso y nuevamente, salir a caminar.

Correr 300 metros al Santuario aunque las fuerzas ya no daban...

Treinta y cinco kilómetros nos quedaban, podíamos sentir el aroma del jardín, el calor del Santuario: estábamos cerca, tan cerca... Pero aun faltaba caminar. Porque esto es así, el sentimiento se presiente, pero el camino continúa, ¡abandonarlo cuando se siente tan cerca es perder el premio final!…

Y nuestro premio fue correr 300 metros aunque las fuerzas ya no daban, traspasar una puerta de medio arco, caer rendido en un banco de madera, apretarnos para que todos entráramos, mirar a los ojos a una Señora con un Niño en sus brazos y dejar que todo nuestra cansancio, nuestros dolores, nuestro sufrimiento se trasformaran en lágrimas que le regalábamos en ese momento…

Por tu luz voy. A vos todo, por vos todo, para vos todo, querida MTA

Setenta y cinco kilómetros, paso a paso sólo por Ella. ¿Cuántos pasos más tendremos que regalar para que nuestra Madre se establezca en Montevideo? ¿Cuánto más? No importa, importa el regalo que Ella nos dejó en el corazón a cada uno de nosotros, a la Juventud masculina, a las azucenas del Padre, a los matrimonios que nos acompañaron, a las misioneras que apoyaron, a las Hermanas que rezaron por nosotros, a los novicios, postulantes y seminaristas que vivieron esa experiencia… a toda la Familia de Schoenstatt del Uruguay y del mundo.

¿Cuantos kilómetros más por tu Santuario mamá? Así sean cien, así sean miles: aquí están tus apóstoles para decirte SÍ querida MTA. "Por tu luz voy" ¡a vos todo, por vos todo, para vos todo, querida MTA!