Anhelos por un nuevo Burundi

Diez años de la Campaña del Rosario en Burundi. Festival por la paz, ordenaciones sacerdotales, y cada vez más peregrinos

Isidor, de Kenia (a la derecha) y un hombre del Congo llevan la Peregrina Isidor, from Kenya, and a gentleman from Congo carrying the Pilgrim MTA. Isidor aus Kenia(rechts) und ein Mann vom Kongo tragen die Pilgermutter.
El arzobispo de Bujumbura saluda al Padre Simón, de Kenia, antes de la Santa Misa en Gikungu, Bujumbura The archbishop greet Fr. Simon from Kenya before the Holy Mass at Gikungu, Bujumbura Der Erzbischof von Bujumbura begrüßt Pfarrer Simon aus Kenia vor der Heiligen Messe in Gikungu, Bujumbura
Procesión de entrada Entrance procession Einzug des Erzbischofs
Jacky, de Kenia (a la derecha) y la Sra. Gaudence, de Burundi, ofrecen a laVirgen Peregrina un gran ramo de flores en agradecimiento. Jacky, from Kenya (r.), and Mrs. Gaudence, Burundi, offering a big bouquet of flowers to the Pilgrim MTA Jacky aus Kenya (rechts) und Frau Gaudence aus Burundi  bringen der Pilgermutter ein großes Blumengesteck zum Dank
Los peregrinos de Kenia ofrecen a la Peregrina la bandera de su país. The pilgrims from Kenya offering their National flag to the Pilgrim MTA Die Wallfahrer von Kenia bringen der Pilgermutter ihre Nationalfahne Fotos: Sr. Lisette Seitzer © 2007

BURUNDI, P. Paul Zingg. Una vez por año, en la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora al cielo, la Virgen Peregrina ("la Vierge pèlerine") visita el Monte Sión Gikungu. Cientos de misioneros de la Campaña del Rosario llegan al Santuario de la Madre tres Veces Admirable de Schoenstatt con sus imágenes. Allí rezan, celebran y son nuevamente enviados para este apostolado tan fecundo en todo Burundi, Ruanda y el Congo.

Este año participó por primera vez en la fiesta una delegación de Kenia. Eran veinte personas, acompañadas por la Hna. M. Joanne, de Sudáfrica, y dos sacerdotes kenianos. Fueron recibidos con muchos aplausos en la multitudinaria Santa Misa cuando presentaron la bandera de su país y cantaron vigorosamente.

Muchos pasaron toda la noche junto al Santuario

La participación de fieles en esta gran fiesta fue impresionante. Ya en la vigilia la Iglesia de peregrinos estaba llena a reventar y también la escalera que está en torno a la iglesia estaba en parte ocupada. La fiesta comenzó con una solemne Eucaristía que duró más de tres horas. Especialmente impresionante fue una procesión con el Santísimo después de la comunión, llevado en medio de las filas de los fieles que cantaban y aplaudían. Al final se puso en marcha una procesión con candelas hacia el Santuario iluminado, donde fue venerada la Mater como Reina, en una ceremonia llena de símbolos. Mucha gente se quedó rezando toda la noche junto al Santuario, que estaba hermosamente adornado con flores y decorado con cintas azules. Antes de la Sta. Misa se formaron largas colas delante de la carpa donde se podía recibir el sacramento de la reconciliación.

Perdonar y comenzar de nuevo

El día de la fiesta desde muy temprano el Santuario estaba lleno de gente que rezaba, y cada vez llegaban más peregrinos al Monte Sión. A las 9,30 hs. comenzó la Sta. Misa presidida por Mons. Evariste Ngoyagoye, arzobispo de Bujumbura. Lo acompañaron en el altar 14 sacerdotes concelebrantes y tres diáconos. Entretanto el lugar estaba colmado, llegaba una persona tras la otra, hasta sobrepasar las ¡doce mil! Después del saludo inicial del rector del Santuario, P. Deogratias Maruhukiro, siguió una conmovedora ceremonia penitencial en la que una mujer, un joven y un hombre pidieron perdón a Dios en nombre de todos los presentes por todas las fechorías cometidas en la pasada guerra y por todos los pecados personales. Sobre una bandera nacional sucia y desgarrada fue izada una nueva, como expresión del anhelo por un nuevo Burundi. Se presentaron muchos dones en el altar, como símbolo de todos los alimentos que las familias de la Campaña habían traído para los prisioneros de guerra en Bujumbura y Gitega. La Mater recibió un cetro y el rector colocó una corona de flores a la gran imagen de la Mater.

Reina de la paz y de la reconciliación

La Eucaristía fue acompañada activamente por los dos coros principales del Monte Sión y duró unas cuatro horas. En la homilía, el Arzobispo exhortó a la unidad, a comprometerse en la vida diaria como apóstoles de la reconciliación y de la paz. Al final, todos los peregrinos se dirigieron cantando hacia el Santuario, también lo hicieron con ellos altas autoridades políticas. Allí saludaron una vez más a la Mater y rezaron por la paz. Con una solemne bendición, el arzobispo envió nuevamente a su apostolado a los misioneros de la Mater Peregrina. Una mujer veneró a la Mater de rodillas, con Himno a la Reina del cielo compuesto por ella misma. También los tambores proclamaron su veneración con su redoble y su danza.

Una celebración muy profunda que estimuló a los peregrinos a comprometerse a trabajar por un renovado Burundi y a prepararse para coronar a la Mater como Reina de la paz y de la reconciliación en el año 2009.

Niños de María

Y siguen los grandes acontecimientos... El 19 de agosto se realizó en el Santuario un "festival de la paz y la reconciliación". Después se ordenaron tres nuevos Padres de Schoenstatt. Para esa ocasión estuvo el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, de Santiago de Chile, que es también Padre de Schoenstatt.

Lo más grande, sin embargo, tal vez son las cosas más ocultas. El Padre Deogratias Marahukiro quiere escribir "alguna vez un pequeño articulo sobre las perlas de la corona de la Virgen, que son los niños de la calle que me dijeron que ya no son mas niños de la calle sino niños de Maria. En preparación a la fiesta del 15 agosto hice un retiro con los niños de la calle y ellos  me dijeron que ya encontraron un nuevo nombre: Son los niños de Maria. ¡Hay tantas lindas historias!..."

Traducción: aat, Argentina