¿Qué haría María si hoy viviera... digamos, en Berlín?

El P. Klaus Krenz celebró los cuarenta años de su ordenación sacerdotal

Santa Misa en la parroquia Sta. Hildegard en Berlin-Frohnau Holy Mass at St. Hildegard’s in Berlin-Frohnau Festgottesdienst in der St. Hildegard-Kirche in Berlin-Frohnau
P. Klaus Krenz (izq.) trabaja en la pastoral carcelaria Fr. Klaus Krenz (left) works in the prison pastoral P. Klaus Krenz arbeitet in der Gefängnisseelsorge Fotos: Sr. M. Irmtraud Denecke © 2007

ALEMANIA, Hna. M. Irmtraut Denecke. El pasado 1º de julio el P. Klaus Krenz celebró en Berlín, en el barrio de Frohnau, los cuarenta años de su ordenación sacerdotal, rodeado por muchos hermanos de comunidad, parientes, conocidos y miembros del Movimiento de Schoenstatt.

A las 13 hs. comenzó la solemne misa celebrada en la iglesia de Santa Hildegard, en Berlín, Frohnau. En la homilía, el Padre Ammann se refirió a la cita evangélica: "Y envió mensajeros delante de sí..." (Lc.9,52). En cada persona, dijo el predicador, hay un mensaje de Dios. Así sucede con el homenajeado: nacido en la Alta Silesia, se trasladó a Neustadt junto al Orla, actuó como capellán en Weimar, Dingelstädt y Eisenach, como párroco en Leinefelde, Ohrdruf, Magdeburgo, Dallgow y finalmente en la pastoral carcelaria en la prisión de Berlín–Tegel, y dentro de poco lo hará en Frankfurt junto al Oder. En su búsqueda de la verdad, el P. Klaus Krenz suele dialogar con teólogos, artistas y directores de cine. Estudió historia de la literatura polaca, escribió muchos artículos para el periódico "Märkische Allgemeine Zeitung", de Brandenburgo, y es autor de "Siete relatos sobre Schoenstatt", titulado "Viaje en tren por Silesia". El P. Klaus Krenz, un hombre moderno, en medio de la vida más actual. ¿Y nosotros?

Un hombre fiel en el amor

Cayó sobre él el manto del profeta Elías, se decía en la tradición de Schoenstatt sobre el Padre Kentenich. "I like Schoenstatt", amo a Schoenstatt, se lee en un escudo de su casa en la calle Diana. Se debe destacar especialmente su fidelidad a Schoenstatt y a la fundación de los Padres de Schoenstatt en la entonces República Democrática Alemana (bajo el comunismo), además de su trabajo por el Movimiento de Schoenstatt en Friedrichroda, y también su colaboración con "la mesa redonda" en Magdeburgo, institución política en el período de transición entre la caída del Muro de Berlín y el proceso de la reunificación de Alemania.

El homenajeado encontró su terruño espiritual en el curso "Caritas Patris" de los Padres de Schoenstatt. Se empeñó por la construcción del Santuario en Frohnau, que fue bendecido hace 37 años, y por el altar de la MTA en la antigua iglesia de San Ludgerus (hoy en manos de protestantes), donde se encuentra desde hace 57 años. El P. Klaus Krenz, un hombre fiel en el amor, un hombre de fe. ¿Y nosotros?

En el Evangelio de hoy se expresa más radicalmente el seguimiento de Cristo que en la Primera Lectura, dijo el P. Amman. Se habla sobre la falta de cobijamiento ("Los zorros tienen guaridas...") y del desprendimiento ("Quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás...") Vivimos en una Iglesia que cambia sus formas. El P. Klaus Krenz es un hombre con espíritu de búsqueda y de disposición para el cambio.

Finalmente el orador citó una frase de la solemne alocución que el P. Klaus Krenz pronunció el 23 de abril de 2006, con motivo de los 90 años de la existencia de Schoenstatt en Berlín. Un dicho del Padre Kentenich: "¿Qué haría la Mater si hoy viviera... digamos, en Berlín?", le dio pie para decir en ese entonces: "Estoy seguro: se quedaría con la mirada fija en Jesús y estaría, mejor dicho, está hoy aquí, en nuestra fiesta".

La dirección

Después de la misa el homenajeado agradeció al organista, al grupo musical de Rüdersdorf dirigido por el Sr. Klemens Stachowiak, y a todos los presentes que llenaban la iglesia. Los sacerdotes se tomaron una foto en el patio y todos los invitados a la fiesta fueron al Centro de Schoenstatt, donde hubo tiempo para las felicitaciones, saludos y encuentros. Los malteses se preocuparon por el bienestar corporal, y el buen tiempo permitió que los invitados se pudieran quedar afuera en torno a bonitas mesas decoradas.

En la hora de las vísperas, delante del Santuario, el P. Gremler habló sobre la fiesta de la Visitación de María, que en Alemania se celebra el 2 de julio. Terminó con la pregunta: ¿qué necesita la gente? Puso como ejemplo que para una persona sin hogar, lo más importante es tener una buena dirección. Alfonso, el vagabundo sin techo, no tenía casi nada. Pero llevaba escrito un número de teléfono en el dorso de su mano izquierda Cada vez que parecía estar en las últimas, le mostraba su mano a quien lo rescataba. Llamando a ese número se encontraban con su párroco, que siempre lo invitaba a su casa y jamás lo abandonó. "No puedo vivir sin un amigo, sin un aliado. Los cristianos tenemos esa dirección. ¿Cómo llego allí? El camino más seguro: ‘A Cristo por María.’"

Traducción: aat, Argentina / esw