No a la queja estéril. Sí a la valoración positiva

Día de Peregrinación de familias a Schoenstatt

Santa Misa en la Iglesia de Peregrinos con participación de los niños Holy Mass in the Pilgrims’ Church with participation of the children Familiengottesdienst in der Pilgerkirche mit aktiver Beteiligung der Kinder ...
...y de los jovenes ... and of the young people ... und Jugendlichen
Panel con el matrimonio Braun, el P Elmar Busse y el matrimonio Thießen Panel with the Brown’s, Father Elmar Busse, and the Thießen’s Podium mit Ehepaar Braun (l) Pater Elmar Busse (m) und Ehepaar Thießen (r) zum Thema "Wachsen statt Zerbrechen".
Muchas ofertas para los niños A lot of fun for the children Vielfältiges Angebot für Kinder und Jugendliche: z.B. Kistenklettern, Menschenkicker und Spieleparcours Fotos: POS Brehm © 2007
Muchas ofertas para los niños A lot of fun for the children Die Kleinsten hatten Spaß auf der Hüpfburg
Cierre en el Santuario Original Closing at the Original Shrine Abschluss der Familienwallfahrt am Urheiligtum Foto: Scherer © 2007

SCHOENSTATT, peb / mkf / Claudia Brehm. "En vez de quejarse inútilmente, mejor evaluar positivamente": este fue el mensaje fundamental de la homilía del P. Busse en la Iglesia de Peregrinos, con motivo de la peregrinación de familias que llegó a Schoenstatt el pasado 24 de junio, fiesta del nacimiento de San Juan Bautista Tenían como lema: "Vivir la familia: dar un futuro al país". No hubo una multitud, pero para los que estuvieron allí fue una hermosa vivencia de familia en un día agradable y con un clima de fiesta de verano en Schoenstatt.

El día comenzó después de un programa de animación con la celebración de la Santa Misa en la Iglesia de Peregrinos, adonde los niños entraron agitando banderines.

El P. Busse explicó en la homilía que la Iglesia celebra litúrgicamente solamente tres nacimientos: el de Jesús, el de María y el de San Juan Bautista. Celebrar el día del nacimiento significa: hoy todo gira en torno a ti. Hoy estás en el centro de nuestra atención. Pero hoy no es tan evidente que los niños reciban este regalo en sus familias. Si los padres tienen demasiados problemas consigo mismos, o si viven separados, entonces los niños no reciben lo que ellos realmente necesitan para vivir felices. Si los padres viven en armonía, entonces tienen también el amor y el interés de regalar a sus hijos suficiente amor y valoración. El P. Busse contó cómo su padre, la tarde anterior a algún cumpleaños, siempre se tomaba mucho tiempo para prepararle al niño que los cumplía, una torta adornada por él mismo con crema de mantequilla. No compraba una hecha en la confitería. ¡Cuánto amor y valoración ponía en este símbolo!

La cultura de la queja estéril

Hoy existe, como lo más natural, una incultura de la queja. La queja, en forma de diatriba, se diferencia de la crítica justificada y necesaria. Es una queja que no tiene ningún fundamento real, se la hace porque se está de mal humor, se busca algo exterior a uno mismo que justifique el enojo o la queja. La queja estéril – la crítica destructiva, la diatriba – es la búsqueda obstinada del pelo en la sopa, y si no se lo encuentra, entonces se sacude un buen rato la cabeza sobre el plato hasta que caiga allí un pelo. Quien critica de este modo, busca consciente o inconscientemente lo negativo – en todo caso en forma artificiosa – para hacerlo el tema de su pensar y de su hablar.

Lo que significa evaluar positivamente, se lo puede ver en un agente inmobiliario. Su trabajo consiste en verificar cuidadosamente el valor de un objeto para documentarlo y con ello conquistar interesados en este producto valioso. Hay distintos tipos de agentes, como los agentes inmobiliarios y los corredores de bolsa. El propietario de una casa con frecuencia desconoce absolutamente que allí tiene un tesoro. Cuando el vendedor, con su escala de valoración, tasa objetivamente el valor de una casa, un terreno o una acción de la Bolsa, frecuentemente el propietario se asombra de poseer un tesoro que no había valorado correctamente hasta ese momento.

De vez en cuando también puede suceder esto en el matrimonio: se han acostumbrado tanto a las buenas cualidades del cónyuge, que se ven solamente los defectos y entonces se irritan o se lamentan por ellos. Ya no se aprecian correctamente los valores del otro. Así, ser vendedor significa: me esfuerzo en tener los valores del otro ante la vista y en el corazón. Entonces puedo alegrarme por ellos y mirar al otro como un regalo que Dios ha pensado para mí.

Un muchacho de 16 años reprochó a sus padres que tuvieran muchos hijos (eran siete). A causa de eso él no podía permitirse – como sus compañeros de clase – comprar calzado deportivo de marca. Los compañeros de colegio se burlaban frecuentemente de él por su calzado deportivo común. El padre lo provocó con este comentario: "Bueno ¿a cuál de ustedes debo matar para que puedas comprarte el calzado deportivo de marca?". El hijo no quería renunciar a ninguno de sus hermanos. En ese momento maduró: comprendió la diferencia entre la riqueza material y la riqueza de las relaciones familiares. No podemos tener todo a la vez. Debemos decidirnos qué valor nos importa y qué precio estamos dispuestos a pagar por él.

¡Qué bueno que hayas nacido!

Sólo quien siempre de da cuenta de esto, puede dejar a los otros ser distintos, sin caer en la trampa de la autocompasión. Esto es lo que el P. Elmar Busse quería mostrar con el ejemplo del agente de valores. Ser consciente del valor de algo y entonces estar también dispuesto a pagar su precio. ¡Lo mereces!

Zacarías, el padre de Juan Bautista, volvió a hablar y alabó a Dios diciendo: "Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo..." (Lc.1,68). María, cuando llegó a la casa de Zacarías y de Isabel, cantó una alabanza a la grandeza y a la misericordia de Dios. Ambos cantos de alabanza, el de Zacarías y el de María, los encontramos en el Evangelio de San Lucas. Ellos no se quejaron estérilmente, no criticaron la realidad en forma destructiva, sino que manifestaron la belleza y lo valioso. No querían ni podían hacer otra cosa que alabar a Dios. Quien vive quejándose de sí mismo, ofende a su Creador. Quien vive quejándose de los demás, disminuye sus valores y falta contra la veracidad y especialmente contra el amor al prójimo.

El nacimiento de San Juan Bautista y el relato de cómo se alegraron por ello los parientes, nos estimula a que también nosotros podamos decir con alegría – por nosotros mismos y por los demás integrantes de la familia –: "¡qué bueno que hayas nacido, te hubiéramos echado mucho de menos! Qué bueno que estemos juntos, te felicitamos en tu cumpleaños". Esta "serenata de cumpleaños" se la cantamos también todos – niños y adultos – a San Juan Bautista

Estoy agradecido...

El P. Busse terminó la homilía con un texto del libro de Cristina Reftel, "Contigo he ganado"

Estoy agradecido...
porque tengo que limpiar después de una fiesta:significa que tengo amigos.
Porque tengo que pagar impuestos:significa que tengo trabajo.
Porque la ropa me queda un poco chica: significa que tengo comida.
Porque tengo que cortar el césped, lavar las ventanas y limpiar los desagües: significa que tengo una casa,
por todas las quejas sobre los políticos: significa que puedo opinar libremente,
por tener que caminar un largo trayecto desde el estacionamiento: significa que puedo tener un auto,
por el alto costo de la calefacción: significa que puedo estar abrigado,
por la mujer que está a mi lado y desafina al cantar: significa que puedo oír,
por la montaña de ropa sobre la tabla de planchar: significa que tengo ropa para ponerme,
por el despertador que suena cada mañana: ¡ significa que tengo otro día para amar!

El crecimiento

La tarde comenzó con un panel integrado por el P. Elmar Busse, los matrimonios Thiessen y Braun, sobre el proceso del crecimiento: crecimiento en la libertad, crecimiento en las desilusiones, crecimiento en la enfermedad. Son temas que conducen a lo nuclear de la vida. Ver las necesidades propias y no simplemente reprimirlas, luchar por su realización o libremente reprochar su cumplimiento: el P. Busse mostró con muchas experiencias vitales concretas por qué esto es importante y cómo sucede. El matrimonio Braun aportó ejemplos originales acerca de cómo superar las desilusiones y crecer con ellas. Fue impresionante el testimonio del matrimonio Thiessen sobre la enfermedad de Parkinson que padece él, lo que resultó en este resumen: vivir una crisis significa no quedarse hundido en el sufrimiento, sino aceptar el destino – también cuando no es fácil – y reconocer y aprovechar las nuevas posibilidades. "La mitad de la noche es el comienzo de un nuevo día".

Un variado programa para jóvenes y adultos

Hubo un variado programa para niños y jóvenes. Los pequeños de 2 a 5 años jugaron en el jardín de infantes, trabajaron con macetitas y plantaron berro, que crece rápidamente. Lo mejor fue la visita al castillo inflable donde podían saltar suavemente y sin miedo, lejos de la compañía "peligrosa" de niños más grandes. Los chicos de 7 a 11 años fabricaron handys con la Hna. Anngard y la Hna. Andrea. Muy pronto comprendieron que siempre se lo puede llamar a Dios y que Él nos envía innumerables SMS (mensajes de texto) durante el día. En ellos me quiere transmitir: "Te quiero. Tú eres valioso para mí. Estoy a tu lado. Me interesa todo lo que te conmueve..."

Los adolescentes de 12 a 15 años se reunieron en un grupo de debate con la Sra. Lerchen. Hablaron sobre la amistad y el amor. A todos les encantó, y por eso decidieron participar con interés también de la segunda parte.

Después comenzó el juego del recorrido. Se podían probar, en diez estaciones, las propias habilidades, la rapidez y la concentración. Pescar con caña, cazar ratones con queso, pasear con esquíes sobre el césped, caminar con zancos, arrojar argollas al puercoespín, tirar pelotas con un grueso cañón pequeño o jugar al bingo. Cada uno encontró enseguida su juego favorito, con el que más tarde podía también presentarse. Entretanto, los aficionados a trepar – asegurados con una larga cuerda de alpinista – apilaron cajones de soda, y así, metro a metro, treparon a las alturas. No se pudieron apilar más de 15 cajones, con esto se llegó a la "cumbre más alta".

Los más resistentes jugaron a una versión muy divertida del fútbol. Mientras caían sobre el césped incontables litros de transpiración, las carcajadas de los futbolistas resonaban en todo el lugar.

La atracción de la tarde fue un "rickshaw" a pedal, con un conductor resistente del siglo XIX (sombrero de copa, levita, reloj de bolsillo). Esta oferta fue pensada como un momento de descanso para los matrimonios, para que tuvieran un lugar para el diálogo, para intercambiar sobre temas importantes como: ¿qué valoro especialmente en ti? ¿qué me gustaría emprender contigo en el próximo tiempo? etc. Con el tiempo, el rickshaw para matrimonios se transformó en un rickshaw para familias, quienes al salir ya podían adquirir una foto de su viaje en rickshaw.

Esto es puro descanso

Un matrimonio dijo al final: Durante la semana no tenemos tiempo para nosotros. Cuando vuelvo del trabajo, mi esposa sale para el de ella y además estamos construyendo una casa. Pero siempre venimos a Schoenstatt. Esto es un auténtico descanso para nosotros. También este día nos ha hecho inmensamente bien. Nos sentimos bien abastecidos y estamos de nuevo provistos para las próximas semanas.

La peregrinación de las familias terminó en el Santuario original con una búsqueda de huellas sobre las vivencias y experiencias del día y con el rezo de una letanía por la familia.

Traducción: aat/es, Argentina