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 published: 2007-05-04

Volto Santo – la Santa Faz: tocar, mirar, dejarse mirar y conmover

El autorretrato de Cristo visible para todos

 

Manopello: el primer grupo de Schoenstatt en peregrinación al „Volto Santo”

Manopello: the first Schoenstatt group on pilgrimage to the “Volto Santo”

Manopello: erste Schönstatt-Pilgergruppe beim “Volto Santo”

 

Mirar a tus ojos...

Looking into HIS eyes

Ihn anschauen und sich anschauen lassen

 
 

Basílica de Manopello

Basilica of Manopello

Basilika von Manopello

 
 

Encuentro con el Santo Padre

Encounter with the Holy Father

Begegnung mit dem Heiligen Vater

 
 

Todos con banderitas

All „armed“ with little flags

Fähnchenpflicht

 

En el centro de la Iglesia universal

In the center of the universal church

Im Herzen der Weltkirche

Fotos: Steffen Beyer © 2007

 
   

ROMA / SCHOENSTATT, mkf. Al mismo tiempo que en la diócesis de Tréveris tenía lugar la jornada anual de la túnica inconsútil , y el obispo diocesano, Mons. Reinhard Marx, anunciaba una gran peregrinación para el año 2012 con motivo de los 500 años de la primera peregrinación a la reliquia más valiosa de la diócesis, un grupo de lo más variado en cuanto a edad y regiones de procedencia, acompañado por el P. Franz Widmaier y la Hna. M. Andrea, visitaba otro velo, el de la "Santa Faz" de Manoppello, el velo de seda de mar que lleva estampado el rostro de Cristo, que tal como sucedió con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe no ha sido pintado por el hombre.

"Vivimos en la era de los medios, de las imágenes. A veces en Hollywood se celebra esto en forma sobreexagerada, y hasta absurda. El hombre posmoderno cree en cientos de cosas esotéricas, desde las abducciones de los ovnis hasta las pirámides de energía. La fe se ha convertido – o ha degenerado – en un bien de mercancía hecho a medida de cada uno. ¿Por qué en general no se cree en la verdad última? Desde hace dos mil años esta verdad fue y es Dios, hecho hombre en Cristo y revelado en el nuevo testamento. Para que este acontecimiento no refleje "sólo" palabras recolectadas de un antiquísimo libro, hay al menos dos verdaderas imágenes que dan prueba de él : una es la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, milagrosamente impresa en la tilma del vidente Juan Diego, que puede verse en Tepeyac, Méjico.

La otra imagen es la de Nuestro Señor Jesucristo, quien quiso dejar visible para todos su autorretrato del domingo de Resurrección en el santo velo de seda del mar en Manoppello. Dado que se ha comprobado científicamente que ninguna de las dos imágenes pudo haber sido pintada por el hombre, sería un "pequeño paso" para la fe ver que Jesús y María nos han dejado sus retratos visibles aquí en la tierra... Sólo cabría duda entonces para los agnósticos y para los que anteponen la superstición a la fe", escribió el Dr. Heinz Liechti en un comentario al libro de Paul Baddes sobre el velo santo de seda de mar. Por primera vez un grupo de schoenstattianos visitó Manoppello el pasado 24 de abril, en lo que para muchos fue el punto culminante del viaje a Roma.

Contemplando tu imagen...

Es mucho lo que se ha escuchado y leído sobre el Velo Santo de Manoppello, sobre todo desde la visita que hizo allí el Santo Padre. Y sin embargo es muy distinto estar allí. Desde Roma hay que viajar tres horas y media para llegar a este pequeño lugar, siempre tranquilo, con una sencilla basílica – el Santuario de la Santa Faz – un restaurante, una tienda y un par de callejuelas. "Es algo indescriptible ver realmente el Velo", dijo la Hna. M. Andrea. Un regalo de Dios, Jesús tan cerca. "Ante este Velo se olvidan todas las dudas, todos los cuestionamientos", continuó diciendo. "Sólo se sabe: es Él".

Cuando llegó el grupo de schoenstattianos a la basílica, justamente se celebraba la Santa Misa para un grupo de italianos, por lo que tuvieron tiempo para ubicarse, rezar y contemplar. Siguió entonces la Santa Misa en alemán, una experiencia maravillosa. Hubo tiempo para acercarse personalmente a la Santa Faz. Algunas mujeres italianas apoyan estampitas y tocan con su rostro el vidrio que protege el Velo Santo. Tocar, mirar, y dejarse mirar y conmover.... ¿Por qué este Velo?, ¿por qué justamente aquí?, ¿es auténtico? Son cuestiones que ya no cuentan.

Al mediodía se cierra el templo. Hay tiempo para almorzar y hacer compras. Más tarde muchos aprovechan aún la oportunidad de volver a ver la Santa Faz. La joven que poco antes estaba vendiendo estampas en la tienda, sube hasta el "Volto Santo" y reza silenciosamente.

Un camino mariano en Roma

El grupo que peregrinó a Roma estaba integrado por 13 matrimonios y varias personas solas. Algunos eran schoenstattianos, otros conocían Schoenstatt más bien fugazmente, y para algunos fue este el primer contacto. El mayor de los peregrinos tenía 82 años y participó en todo. Los más jóvenes eran dos voluntarios mejicanos. Gracias a un anexo en el nuevo libro para peregrinos de Schoenstatt con información sobre Roma los peregrinos no sólo se ubicaron perfectamente en Schoenstatt sino también en la Ciudad Eterna. En Roma, los peregrinos siguieron el "Camino Mariano", guiados por el P. Widmaier con su excelente conocimiento de dicha ciudad y su historia. Visitaron las grandes basílicas dedicadas a María y las no tan grandes, además de otras que no están en las guías comunes. Entre los templos marianos, visitaron, obviamente, los dos Santuarios de Schoenstatt en Roma: el de las Hermanas de María en la Vía Aurelia Antica, y el del centro internacional en Belmonte. En ambos lugares los peregrinos fueron cordialmente recibidos, velando los anfitriones por todos los detalles. La vivencia fue muy profunda.

Hay que llevar banderines en la plaza de San Pedro

El 25 de abril fue "día obligado de banderitas". Cada uno de los peregrinos – schoenstattianos y/o no - fue abastecido generosamente de una banderita con el logo de Schoenstatt, que todos hicieron flamear vivamente con gran entusiasmo. Era el día de la audiencia general con el Papa en la plaza de San Pedro de modo que la aglomeración era muy grande, pero aún así los peregrinos lograron llegar a su lugar. Cerca del grupo schoenstattiano había un grupo de Borken, claramente distinguible por sus pañoletas de Schoenstatt anudadas al cuello. Al momento de los saludos a cada grupo, los peregrinos de Schoenstatt descubrieron con alegría que el Colegio Mariano de Schoenstatt se encontraba presente también allí. "No alcanzamos a verlo", contó más tarde la Hna. M. Andrea, "pero igual lo aplaudimos también". El Santo Padre pasó dos veces cerca del grupo. "Hermana ¡la miró a usted!", dijo uno de los hombres a la Hna. M. Andrea, que enarbolaba bien en alto una Peregrina.

La vivencia de este día fue el encuentro con la Iglesia universal, el encuentro con el Papa.

Finalmente se dirigieron a Asís. En el lugar de encuentro con San Francisco y con Santa Clara vivieron la experiencia de un lugar de peregrinación que está vivo, al que llegan torrentes de peregrinos que hacen una larga fila para llegar a la tumba de San Francisco.

"Dentro de cien años pasará lo mismo en Schoenstatt", afirma con convencimiento la Hna. M. Andrea. Ahora es el momento de ponerse en marcha y trabajar para que así sea. Una de las señoras de Coblenza dijo al despedirse: "No tenía idea de lo que había tan cerca de aquí, en Schoenstatt. ¡ Pienso volver muy pronto!"

Traducción: aat/mca, Argentina

 

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Last Update: 08.05.2007 Mail: Editor /Webmaster
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