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 published: 2007-04-10

¿No ardía acaso nuestro corazón mientras nos hablaba...?

Encuentros pascuales en Schoenstatt

 

Encuentro „Emaús“ en la noche del domingo de Pascua: el matrimonio Wittich, de Tucumán, y el matrimonio  Liñares, de Buenos Aires, Argentina

“Emmaus” meeting at Easter evening: the Wittich family, from Tucumán, and the Liñares family from Buenos Aires, Argentina

“Emmaus”- Treffen am Osterabend: Ehepaar Wittich aus Tucumán, Ehepaar Liñares aus Buenos Aires, Argentinien

 

Horacio y Maria Rosa, misioneros de la Campaña de Rafaela, provincia de Santa Fe, Argentina

Horacio and Maria Rosa, missionaries of the Campaign, from Rafaela, Province of Santa Fe, Argentina

Horacio und Maria Rosa, Missionare der Kampagne aus Rafaela, Provinz Santa Fe, Argentinien

 

Mercedes Luque Colombres con su hijo Santiago (de la “Expedición Aconcagua”)

Mercedes Luque Colombres with her son Santiago (of the Aconcagua Expedition)

Mercedes Luque Colombres mit ihrem Sohn Santiago (von der Aconcagua-Besteigung)

 

„Expedición“ con el Padre Angel Strada

“Expedtion” with Father Angel Strada

Jetzt unterwegs mit Pater Angel Strada

 

Gloria Silvia, de México, entregando cientos de cartas a la MTA

Gloria Silvia, from Mexico, offering hundreds of letters to the MTA

Gloria Silvia aus Mexiko übergibt Hunderte von Briefen an die MTA

 

En la pila bautismal de Gymnich

At the font in Gymnich

Am Taufstein in Gymnich

 

La rifa, tambien un momento de encuentro

The lottery also makes for encounters

Auch der Losverkauf bringt Begegnungen mit sich

Fotos: POS Fischer © 2007

 
   

SCHOENSTATT, mkf. ¿No ardía acaso nuestro corazón mientras nos hablaba...? Fue un momento pascual, como el que vivieron los discípulos camino a Emaús: dos matrimonios argentinos que nunca antes se habían visto, sentados a una mesa en Schoenstatt, compartiendo chocolates, jugo de uvas y experiencias sobre sus respectivos apostolados, sobre la Alianza de Amor, sobre su vocación personal en Schoenstatt y en el mundo de la fe... donde de pronto pudo experimentarse la presencia del Padre, la presencia de la Mater. "Qué trabajo espectacular el de los Wittich en Tucumán, me ha dado tanta inspiración y fuerza", comenta Roberto Liñares al día siguiente. "Qué testimonio conmovedor el de los Liñares", dice Rainer Wittich. "Casi da envidia saber cómo fueron llamados a la fe ...". Qué bueno tener tiempo no sólo para visitar lugares y rezar en Schoenstatt, sino de vincularse y comunicarse mutuamente... ¿No ardía acaso nuestro corazón?

Detrás de cada persona se esconde una historia personal con Dios. A la experiencia del Ideal Personal, tan importante en Schoenstatt, corresponde la realidad de creer en una historia única y preciosa de cada uno con Dios, una historia con cientos de capítulos que tiene el potencial de hacer arder el corazón dentro de uno y sentir que se está con Jesús en el camino pascual... Estos días de Semana Santa y de Pascua estuvieron cargados de encuentros pascuales, de maravillosas historias compartidas.

En Sonnenau, Belén McPherson, una señora ecuatoriana que vive actualmente en Bélgica, comparte con John y Jan Beebe - un matrimonio inglés metodista que poco tiempo atrás se convirtió al catolicismo - su experiencia de vida de fe en un entorno rodeado de personas encaminadas en otras direcciones... aunque de todas maneras buscan a Dios, sin saberlo o a veces sin quererlo. Mientras tanto, las dos hijas de Belén dejan escrito un testimonio hermoso en el libro de condolencias de la Hermana Lisann. A pesar de ser tan chicas recuerdan cómo ella en su primera visita a Schoenstatt les regaló golosinas a la vez que su infinita paciencia y amabilidad también.

Tantas cartas, tanta confianza, tanto amor...

María Rosa y Horacio Alemandi, de Rafaela, provincia de Santa Fe, Argentina, tras ciertos accidentes sufridos en el camino – como el golpazo que se dio María Rosa al llevarse por delante una puerta de vidrio en la estación de tren de Mannheim – llegaron a Schoenstatt radiantes de alegría de poder estar por fin en el Santuario Original y en la tumba del Padre Kentenich – ¡aunque sea sólo por 26 horas! María Rosa es misionera de la Campaña del Rosario en Rafaela, y traía consigo todas las intenciones, pedidos y alegrías de los misioneros y misionados de su ciudad. En Sonnenau se encontraron con Teresa Blumers, del Instituto de Familias, que junto con su marido difundió la Campaña en Venezuela y dio inicio a "Un millón de niños rezando el rosario" para el 18 de octubre de cada año. ¡Demás está decir -¿no?- que María Rosa asumió el compromiso de introducir el rosario de los niños en Rafaela! Había oído hablar ya sobre esta iniciativa, al igual que de todo lo que acontece en Schoenstatt en los diversos países del mundo: "Entro todos los días a schoenstatt.de; leo todo, todo; no se me escapa nada, ¡pero nunca pensé que un día iba a salir yo en la página!".

Gloria Silvia, de Méjico, junto con su hija que actualmente se encuentra estudiando en Barcelona, llegaron a Schoenstatt el Viernes Santo – para dar gracias a la "Virgencita" que la ayudó tanto en su lucha contra la leucemia. "Hace tres años los médicos me dijeron que me quedaban como máximo dos años de vida. Y aquí estoy, curada, y llena de gratitud...". Una gratitud inmensa también para con Nidia Valenzuela, misionera de la Campaña, que le llevó en esos momentos cruciales la peregrina de los enfermos. Tanto ella como su hija participaron en la liturgia del Viernes Santo, tras lo cual llegó el momento más esperado: entrar al Santuario Original y depositar en la tinaja cientos de cartas de gente enferma de La Barco Jalisco, Méjico. "Fue un momento que nunca olvidaré", comenta Martina Rasch, de la rama de profesionales de Alemania, que justo en ese momento se encontraba en el Santuario Original. "Tantas cartas, tanta confianza, tanto amor...".

Gloria Silvia no quería salir más del Santuario. "Salgo y entro, entro y salgo y entro", dice, con los ojos llenos de lágrimas. "Es que quiero tanto, tanto a mi Virgencita de Schoenstatt, rezo la novena todos los días...".

Para la cena se encontraron con el matrimonio Flores, de Méjico también. El está trabajando en Suiza por un año y su mujer se quedó en Méjico con los hijos, pero en este momento está de visita en Suiza con su marido. "Pensábamos pasar unos días de vacaciones en el sur de Alemania", cuentan. "Pero como en Alemania no es válida mi licencia de conducir, no puedo manejar así que decidimos al instante: ¡vayamos a Schoenstatt entonces a pasar la Pascua allá!". Llamaron a Sonnenau, reservaron alojamiento allí y se pasaron tres días "sólo rezando en el Santuario Original, en la tumba del Padre, el Santuario de las Familias, y rodeados de ese clima infinito de paz que reina en el jardín de Sonnenau conversando como matrimonio...".

Schoenstatt es para los que quieren ser apóstoles

El jueves Santo, Roberto y Marta Liñares, misioneros de la Campaña del Rosario de Buenos Aires, recorrieron las Huellas de Don Joao en la Casa Marienau. "Nos llevamos un nuevo compromiso a Argentina", comenta Marta: "¡Avisarles a todos los misioneros que peregrinan a Alemania que no se pierdan por nada las Huellas de Don Joao en Schoenstatt y la ‘Peregrina del Padre’! El compromiso de Don Joao con el Padre nos lleva a asumir un nuevo compromiso, también". El sábado peregrinaron a Gymnich, lugar de nacimiento del Padre Kentenich, donde experimentaron una alegría muy especial al poder rezar frente a la pila bautismal del Padre, adornada en esta ocasión con una guirnalda de boj y de flores para la Vigilia Pascual, y renovar solemnemente allí las promesas bautismales. En la pila había rosas flotando en agua bendita – una costumbre tradicional de esta región de Alemania. Nuevamente rezaron allí por toda la familia de Schoenstatt para que en Alianza de Amor con la Mater, la forma concreta para los schoenstattianos de vivir la alianza bautismal, puedan vivir como hombres y mujeres pascuales: abiertos a la voluntad del Padre, ágiles y flexibles en su disposición a cumplir sus deseos, felices de vivir como niños ante el Padre. 

Antes de salir hacia Gymnich se encontraron con Rainer Wittich, de la Obra Familiar de Tucumán, que junto con su esposa estaba visitando a unos familiares en Alemania. El domingo por la tarde, en el ya mencionado encuentro en la Oficina de Prensa, Marta compartió su testimonio una vez más: "Soy de origen judío, pero no pertenecía a una familia practicante, hasta que en el año 2002 la Mater tocó mi corazón frente a una difícil enfermedad, y mientras duró mi convalecencia (8 meses) me preparé asistiendo a retiros, conferencias, en el Santuario de Florencio Varela y de Belgrano, bautizándome ese mismo año, un 18 de septiembre de 2002, y tomando mi primera comunión en una misa de Alianza en Belgrano, ese mismo día. Además, ese mismo año nos casamos por Iglesia, tras 20 años de estar casados por civil". Unos amigos – que más tarde se enteraron que eran schoenstattianos – en la etapa más dura de su enfermedad la invitaron a un "bello lugar": Nuevo Schoenstatt. Ni bien entró al Santuario, al mirar la imagen de la Mater, Marta se sintió atraída hacia ella como nunca imaginó. Después de llorar desconsoladamente le pidió tres cosas: la fe, su curación y una señal de que había escuchado sus pedidos. Recibió respuesta a todos y cada uno de estos pedidos. Al mismo tiempo, Roberto - "agnóstico desde mi adolescencia" – entró a la Iglesia de Dios Padre, que se encontraba totalmente vacía. "No sé qué pasó. Cuando volví junto a nuestros amigos, sólo les dije: Jesús es el Rey, es mi salvador...".

"Indudablemente, la Mater me regaló en su Santuario las tres gracias", continúa contando Marta, "y en realidad muchas más. Hoy, a casi 5 años de aquellos hechos, con Roberto misionamos como matrimonio con la Virgen Peregrina, y con la Mater de las embarazadas; soy subjefa de la rama de Madres de Belgrano, y como matrimonio pertenecemos a la Obra Familiar. Roberto, además, representó algunos papeles de la vida del Padre Fundador en la obra de teatro que se presentó en Buenos Aires y otros lugares, llamada José Kentenich, un Hombre, una Misión. 

Era tan importante para nosotros conocer la tierra del Padre, con quien sellamos como matrimonio nuestra alianza filial en Nueva Helvecia. Además es un pedido muy especial que le habíamos hecho en su momento a nuestra Madre, e, inesperadamente, por un trabajo que se nos dio como regalo, podemos acceder a tan gran bendición, ya que de lo contrario no nos hubiese sido factible por motivos económicos...".

Compartieron experiencias de la Obra Familiar con los Wittich, cuyo testimonio los reencendió nuevamente con el itinerario de introducción de matrimonios a Schoenstatt. "Schoenstatt es para los que quieren ser apóstoles", dice Rainer Wittich. "Para los que quieren olvidarse de sí mismos y entregarse en la vida diaria. A veces hay discusiones duras e intensas por la decisión por la Alianza de Amor, pero vale la pena: es impresionante ver cómo la Alianza de Amor cambia la vida de muchos matrimonios". Ardía el corazón. Es una nueva Pascua.

 

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Last Update: 10.04.2007 Mail: Editor /Webmaster
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