Dios jamás se olvida de alguno de ustedes...

Jóvenes mexicanos hacen una gran misión en semana santa

Experiencias profundas Deep experiences Die Mission hinterlässt bei allen tiefe Eindrücke
Los tres Padres de Schoenstatt The three Schoenstatt Fathers who accompanied the Mission Die drei Schönstatt-Patres, die die Mission begleiteten
Encuentro con los niños Get-together with the children Treffen mit den Kindern
Misa de Pascua Easter Mass Ostergottesdienst
Via Crucis Stations of the Cross Kreuzweg Fotos: Montalvo © 2007 Album de fotos – photo album – Fotoalbum

MÉXICO, Aleida Montalvo. "Avanzando en fraternidad, construimos la comunidad". Con este lema en mente, jóvenes mexicanos tuvieron la oportunidad de entregarse y vivir intensamente la semana santa.

Todo comenzó meses antes con la organización de un viaje hacia un lugar desconocido para todos, en una comunidad humilde dentro de la Huasteca Potosina. Se reunieron las juventudes de Monterrey, Querétaro, San Luis Potosí, Torreón y Guadalajara con la dirección de los Padres Darío Balbontin, Bernardo Parra y Stefano Daneri, los tres de origen chileno.

La misión empezó el 31 de marzo en el pueblo llamado Tancanhuitz de los Santos, San Luis Potosí. Hubo muchos reencuentros de gente que se conocía desde años pasados y hacía tiempo que no se veía, y muchos más encuentros con gente nueva. Ese día todos los jóvenes pudieron conocerse sobre la base de dinámicas preparadas por los jóvenes provenientes de los diferentes estados, que fueron muy divertidas. Este tipo de misiones es algo que distingue mucho a Schoenstatt en México, ya que son nacionales y hay variedad dentro de una misma fraternidad y de ésta manera la enriquece. La unión entre estados fue algo increíble, todos la disfrutaron de una manera indecible y que esperamos continúe en el futuro.

Las altas temperaturas por las tardes y las fuertes lluvias por la noche nunca detuvieron a ningún misionero. Al siguiente día, al finalizar la Sta. Misa del Domingo de ramos, cada fraternidad se dirigió a su próximo destino, el que sería su casa durante la siguiente semana. Cada fraternidad llegó a uno de los 21 lugares establecidos, en unos hablaban el náhuatl y en otros el tenec, (lenguas nativas) pero esto tampoco fue obstáculo para alcanzar la gran misión ya que gracias a Dios el castellano está cada vez más vigente en estos lugares.

Lecciones de humildad

Con el alimento diario de tortillas, frijoles y arroz, los misioneros estuvieron aprendiendo durante la semana algo del estilo de vida que se lleva en estas comunidades. Las lecciones de humildad fueron verdaderamente impactantes, es de admirar ver como gente que vive en casas de carrizos, madera y palma es tan feliz.

De lunes a miércoles se realizaron visitas por la mañana y por la tarde actividades diferentes adecuadas para niños, jóvenes y adultos. De jueves a domingo se realizaron las liturgias de cada día de la semana santa: la institución de la Eucaristía y el lavatorio de pies del Jueves Santo, el vía crucis del Viernes Santo y la Vigilia pascual, con la bendición del fuego nuevo.

Las actividades estaban orientadas por las enseñanzas que se les quería dejar al pueblo; recordándoles que Dios, que María y Jesús existen y que jamás se olvidan de alguno de ellos. También tuvieron la oportunidad de tener la cercanía de un sacerdote ya que por la escasez de sacerdotes (uno solo para todas las comunidades mencionadas) tienen alrededor de 6 Stas. Misas al año.

Más de lo que cualquier maestro puede enseñar

Las enseñanzas con las cuales estos misioneros regresaron a sus casas una semana después son mucho mayores a cualquier lección que algún maestro les pudiera dar. Esas enseñanzas de la vida diaria que nos hace mejores personas y más agradables a Dios.

Ojalá que en muchos otros países del mundo se haya podido lograr algo parecido y hasta mejor, ya que esa fue una auténtica manera de vivir la semana santa y así recordar cómo Él murió y resucitó por amor a todos nosotros.