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 published: 2007-03-06

...y de repente estás sola

Un fin de semana para viudas recientes, organizado por la rama de madres del Movimiento de Schoenstatt

 

Participantes del retiro para viudas

Participants of the retreat for widows

Teilnehmerinnen des Seminars für Frauen nach dem Tod des Ehepartners

 

 

Pedazos de la vida

Broken pieces of life

Scherben des Lebens

Fotos: Ludwig © 2007

 

 

 

SCHOENSTATT. Claudia Brehm. "...y de repente estás sola". Así se tituló el encuentro en el que participaron 19 señoras de diferentes partes de Alemania, entre el 2 y el 4 de marzo en Schoenstatt.

Las dudas e inhibiciones del comienzo – ¿qué es lo que me espera?, ¿lo podré soportar?, ¿qué tiene que ver el tema conmigo?, ¿me sentiré comprendida?, este fin de semana ¿no prolongará mi tristeza? – se esfumaron en la primera noche. Al conocerse mutuamente cuentan como fallecieron sus maridos, intercambian sus experiencias, y hablan de lo que para todas fue un doloroso, enorme y punzante sentimiento de añoranza, la nostalgia por el esposo. Todo esto creó un clima en el que cada una se sintió protegida y aceptada. Así se pudo soportar que hubiera algunas experiencias parecidas. Por ejemplo, el dolor causado por alguna palabra hiriente de parientes o conocidos que "sólo tienen una buena intención", pero también hay experiencias individuales de cada una en su historia personal del luto.

Llevo luto tanto tiempo como lo siento

El poderse tomar la libertad de llevar luto tanto tiempo como lo sienta y no tener que actuar ya como opinan los demás, es una liberación para varias mujeres.

En diálogos grupales, motivaciones, mediante la contemplación de imágenes, momentos de oración y paseos meditativos en medio de la tormenta y de la lluvia, la imagen de los vidrios hechos añicos se transformó en el símbolo que las acompañó en esos días. La muerte del esposo ha roto en mil pedazos la imagen de la propia vida. El proceso del luto, del duelo, significa que yo debo, con un trabajo minucioso, infinitamente arduo, penoso, agotador, buscar los añicos para que al menos pueda encajarlos un poco, tengo que buscar estructuras totalmente nuevas de la vida cotidiana, porque ya nada será más como lo fue antes.

Una imagen de esperanza a partir de los añicos

A través del mutuo intercambio sobre las pequeñas cosas que siento que me hacen bien, y en el corto plazo me procuran algo de alivio en el trabajo doloroso de abrirse pasos por el luto, al pegar los añicos surge una lámpara, es una pequeña figura de la esperanza: surge una nueva imagen hecha con muchos añicos. Un hermoso lugar para el esposo en la casa, y un lugar para Dios y la Mater en el Santuario del Hogar, me ayudan frecuentemente a superar la opresiva sensación de soledad. "Estar solo, si, pero no quedarse solo" como dijo el Padre Kentenich.

Una participante comentó después de la excursión meditativa al Monte Schoenstatt en medio de la tormenta y de la lluvia: "Justamente así es como siento mi vida, la tormenta silbaba en torno a mi cabeza y me dejó tambaleando. Acá siempre encontramos alguna casa en el camino donde refugiarnos al detenernos en las diversas estaciones de nuestra peregrinación, cuando la lluvia arreciaba. Quiero creer que Dios siempre me envía su ayuda cuando la situación se hace difícil"

"Esta atmósfera tan bondadosa me hizo infinitamente bien."

En la Sta. Misa final, en la que cada mujer recibió una confortadora bendición personal, contemplaron a Maria Magdalena cuando buscó, llena de pena, a su Señor en el sepulcro vacío y Jesús la llamó por su nombre. Salió a anunciar la buena nueva, el evangelio. La búsqueda continúa: ¿cuál es mi lugar? Soy preciosa y llena de valores para Dios. Y Él ha pensado para mí una misión importante. Quiero arriesgarme a dar dos pasos para adelante, tres para atrás y de nuevo dos para adelante. Dios me acompaña, y también mi marido, en su nueva manera de estar conmigo.

"¡Me hizo muy bien, gracias!" "Ahora sé que no me volví loca, sino que las otras también se sienten así". "Me hizo muy bien escuchar estos nuevos pensamientos. Ahora puedo continuar meditándolos y no dar vueltas en mi cabeza solamente en torno a mis ideas".

"Esta atmósfera tan bondadosa, donde cada una puede hablar tan abiertamente con las demás y se siente comprendida, me hizo infinitamente bien."

"Al principio se me hizo muy estricto, cuando escuché hablar acerca de los distintos destinos pero luego fue tan agradable ver como algunas mujeres se relajaron en estos dos días, se reavivaron, como cambiaban los rasgos de sus rostros. Lo mejor fue que a pesar de tanto luto lo pasamos muy bien y pudimos reírnos con ganas".

"Mañana todas nos sentaremos de nuevo solas en la mesa. ¡Pero yo me sentaré sola de otra manera que la semana pasada!"

Traducción: Martina Boixater, Buenos Aires /aat, Argentina

 

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Last Update: 16.03.2007 Mail: Editor /Webmaster
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