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 published: 2007-03-23

La primavera está amaneciendo en Roma

Apuntes romanos: Belmontina, Padre Pio, y el Pontificio Consejo para los laicos

 

Suelta de palomas en San Pedro

Doves released at St. Peter’s

Weiße Tauben als Zeichen des Friedens...

Foto: Osservartore Romano © 2007

 

„Belmontina“ sobre el techo del Santuario

“Belmontina” on the roof of the Shrine

“Belmontina” auf dem Dach des Heiligtums

 

Se siente en casa...

She feels at home

Sie fühlt sich schon ganz zu Hause

 

Llegada de las reliquias del Padre Pio

Arrival of the relics of Father Pio

Ankunft der Reliquien von Pater Pio

 

Oración en el Santuario

Prayer in the Shrine

Gebet im Heiligtum

 

Procesión a la parroquia

Procession to the parish church

Prozession zur Pfarrkirche

Fotos: Nuño © 2007

 
   

ROMA, Francisco Nuño. Desde hace casi una semana, justo desde la mañana del domingo 11 de marzo, nos acompaña en Belmonte una paloma blanca. Como no sabemos su procedencia ni el lugar de su próximo destino la hemos dado la correspondiente bienvenida – como corresponde a unos buenos custodios del Santuario. La llamo "Belmontina" y a ella parece agradarle el lugar y el nombre que le he puesto.

No entiendo nada de palomas aunque recuerdo con cariño a mi tío Pepe, hermano de mi padre, y el palomar que tenía en su pueblo, allá en las alturas de Sierra Nevada en Granada, con decenas de palomas blancas. A pesar de mi falta de experiencia tengo la sensación de que esta nuestra "Belmontina" llegó al terreno de Schoenstatt en Roma algo perdida, con falta de descanso y buscando cobijamiento. Durante los primeros cuatro o cinco días no se ha movido del Santuario. Ayer constaté que ya hace excursiones a tejados y árboles vecinos, aunque al atardecer, cuando el sol se pone, regresa a su lugar preferido en el tejado del Santuario, allí adonde pasa la noche, en la esquina posterior del canalón que recoge las aguas de lluvia del edificio.

Suelta de palomas en San Pedro

En nuestra preocupación por la paloma "perdida y hallada en el templo", nos vino a la mente que el Papa Benedicto XVI soltó dos palomas blancas el domingo 28 de enero de este año al finalizar el rezo del Ángelus. Dos jóvenes representantes de la juventud de la Acción Católica italiana le regalaron las dos palomas al finalizar el mes de oración (enero) por la paz en el mundo. Bello gesto que recogieron las cámaras de televisión y muchas personas reunidas aquel día en la Plaza de San Pedro para rezar con él, como tantos otros domingos y festivos, la oración del Ángelus. Se me ha ocurrido pensar que nuestra "Belmontina" puede ser una de estas dos palomas que, perdida y cansada de volar durante muchos días por los tejados de la inmensa urbe de Roma y habiendo incluso perdido a su compañera, buscó un lugar de cobijo y descanso y lo encontró en el pequeño cerro de la Vía di Boccea (altura número 757) en el cruce con la Via di Santa Gemma, adonde se encuentra el Santuario Matri Ecclesiae.

Una viva imagen de la bondad del Padre

Más allá de esta anécdota, el domingo 11 de marzo fue un día destacado en el calendario de nuestro centro de peregrinación romano. Y no me refiero ahora a la llegada inesperada de "Belmontina" que, por otra parte, sí tuvo la oportunidad de seguir todo el evento al que me voy a referir desde las alturas, desde el tejado del Santuario. Don Federico, párroco de Santa Gemma, quería que la recepción oficial de las reliquias de San Padre Pio a la parroquia se iniciara solemnemente en nuestro Santuario. Y así fue como a las cuatro de la tarde del domingo pasado se reunió aquí un número importante de peregrinos, devotos del santo y miembros de los "grupos de oración" del Padre Pio. Después de rezar delante de la Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt y de un rato de adoración al Santísimo en el Tabernáculo del Santuario, se organizó una procesión con las reliquias del santo para ir, rezando el rosario, hasta la Iglesia parroquial, adonde finalizó la tarde con la celebración de la Eucaristía.

San Pío da Pietrelcina (Francesc Forgione), presbítero, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Es el Padre Pío un santo "muy italiano" y muy al gusto de los italianos. Son cientos de miles los devotos de este santo y son también cientos de miles de personas, hijos e hijas espirituales del Padre Pío, los que se reúnen regularmente en las parroquias italianas para rezar en los conocidos "grupos de oración del Padre Pío". Durante el acto de la canonización del beato por el Papa Juan Pablo II el día 6 de junio de 2002, se reunieron más de dos millones de personas en San Pedro y alrededores. En la reseña oficial de este acontecimiento podemos leer el motivo que llevó a la Iglesia a llevar a este sacerdote italiano al honor de los altares: "La Iglesia, inscribiendo en el árbol de los santos al Beato Pío da Pietrelcina, propone a los fieles una viva imagen de la bondad del Padre, un apasionado imitador de Jesucristo y un dócil instrumento del Espíritu Santo al servicio de los fieles enfermos en el cuerpo y en el espíritu."

Una llave que abre el corazón de Dios

Este seguidor de San Francisco de Asís nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, arquidiócesis de Benevento, en los Apeninos al este de Nápoles. En enero del 1907 emite la profesión solemne de los votos perpetuos en la orden de los Frailes Menores Capuchinos y se ordena sacerdote el 10 de agosto de 1910. Es enviado pronto al Convento de San Giovanni Rotondo y permanece allí hasta su muerte, el 23 de septiembre de 1968 (¡una semana después de la muerte de nuestro Padre Fundador!).

El 20 de febrero de 1971, apenas tres años después de su muerte, Pablo VI, dirigiéndose a los Superiores de la orden Capuchina, dijo de él: "¡Mirad qué fama ha tenido, qué clientela mundial ha reunido en torno a sí! Pero, ¿por qué? ¿Tal vez porque era un filósofo? ¿Por qué era un sabio? ¿Por qué tenía medios a su disposición? Porque celebraba la Misa con humildad, confesaba desde la mañana a la noche, y era, es difícil decirlo, un representante visible de las llagas de Nuestro Señor. Era un hombre de oración y sufrimiento".

En efecto, la razón última de la eficacia apostólica del Padre Pío, la raíz más profunda de tanta fecundidad apostólica se encuentra en aquella íntima y constante unión con Dios, cuyo testimonio elocuente fueron sus largas horas de oración. Al Padre Pío le gustaba repetir: "Soy un pobre fraile que reza", convencido de que "la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el corazón de Dios". Esta característica fundamental de su espiritualidad continúa hoy presente en los "Grupos de oración" que él fundó y que ofrecen a la Iglesia y a la sociedad una contribución admirable y valiosa de una oración incesante y confiada. El Padre Pío unía a la oración una intensa actividad de caridad con el prójimo, visible también en la "Casa Sollievo della Sofferenza" (Casa del Alivio del Sufrimiento) inaugurada el 5 de mayo de 1956. Oración y caridad, he aquí la síntesis concreta de las enseñanzas del Padre Pío, cuyas reliquias pasaron por el Santuario Matri Ecclesiae de Roma en la tarde del domingo pasado.

A la espera de la Casa dell’Alleanza

A pocas horas de este evento, el lunes 12 a las 11 horas de la mañana estábamos Anneliese y yo citados con el arzobispo Mons. Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los laicos, en la Piazza San Calisto, 16, en el Trastévere romano. El Consejo General de nuestra Obra de Schoenstatt nos ha pedido que seamos en los próximos tres años los representantes de nuestro Movimiento ante el Pontificio Consejo para los laicos junto con una Hermana de María que vive en la Via Aurelia Antica. Nuestros superiores apoyaron este nombramiento y nosotros nos hemos presentado a Mons. Rylko en la fecha citada. También tuvimos oportunidad de saludar brevemente al Secretario del Consejo, obispo Mons. Josef Clemens y al Sub-Secretario, prof. Guzmán Carriquiry, personas que conocemos desde hace algunos años. La entrevista con Mons. Rylko fue muy personal y cordial. Tiene gran estima por nuestra Familia de Schoenstatt.

La primavera está amaneciendo en Roma. Seguimos a la espera de poder cambiarnos a la Casa dell’Alleanza. Vivimos en la tensión de la espera y en la alegría de los regalos que la Divina Providencia nos hace diariamente.

 

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Last Update: 23.03.2007 Mail: Editor /Webmaster
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