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| Misiones Familiares Family Missions Familienmissionen |
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Misionando con la Peregrina On mission with the Pilgrim MTA Mission nie ohne die Pilgernde Gottesmutter |
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P. Pablo Mullín: bendición Fr. Pablo Mullín: blessing P. Pablo Mullín: Segen |
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Padres y hijos misionando juntos Fathers and children together on the mission Eltern und Kinder gemeinsam auf Mission Fotos: Bravo/Fiorucci © 2007 |
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ARGENTINA, Patricio Ladislao Boda. A Alcaraz llegué con una sensación de incertidumbre, yo particularmente no sabía a lo que iba pero sabía que iba a algo bueno porque, como ya me había pasado en la Navidad Solidaria (actividad de la juventud masculina platense), sentí una sensación tremenda de amor hacía el prójimo, una sensación que no se siente comúnmente hoy en día entre los jóvenes de este tiempo. Pero bueno, Schoenstatt me enseñó y me demostró que el catolicismo no es sólo para personas mayores...
Es difícil demostrar en palabras lo que me generó Alcaraz. Cuando llegamos vi un pueblito que uno está acostumbrado a ver pocas veces cuando entra con el micro en algún viaje...Con las primeras actividades personalmente yo seguía desconcertado, pero cuando fuimos a la primera casa a visitar y hablar con las personas que vivían ahí la cosa empezó a cambiar, ahí me di cuenta que uno podía llegar a la gente hablando con ellos de igual a igual. Muchas personas nos recibieron de muy buena manera y otras pocas no tanto, pero lo fundamental de todo desde mi punto de vista es lo bueno que uno puede aprender de los demás, escuchando uno puede hacer más que haciendo a veces, porque no hace falta levantarle una casa a una persona para poder dejarle una marca. Una vez un profesor me dijo: "Dios nos dio una boca y dos oídos, así que muchachos, escuchemos más y hablemos menos". ¡La verdad es que cada día me doy cuenta de que estaba totalmente en lo cierto!! Con el correr de los días y las oraciones le empecé a tomar el ritmo a las misiones...
Un ambiente muy cálido
También creo que un punto de inflexión en la relación de las misiones y el pueblo fue la peña, donde todos los misioneros pudimos constatar el trabajo personal que cada uno estaba haciendo, porque ahí estaba todo el pueblo, y las personas que no estaban en la peña, al otro día decían: "Escuché la peña desde casa, no pude ir pero la escuché desde acá sentado". También otro gran punto de apoyo de las misiones fue la radio, donde esas personas que no podían moverse escuchaban la radio y se enteraban de las actividades de los misioneros. Uno después de la peña pudo ver cómo el pueblo ya se acercaba más a la Iglesia y a las actividades, un reflejo de todo eso me parece que fue la misa del domingo donde no entraba ni una mosca, donde se vivió un ambiente muy cálido entre todos los misioneros y los habitantes del pueblo y fue una de las pocas oportunidades donde el pueblo de Alcaraz pudo conocer a los misioneros como grupo, ya que lo que la mayoría conocía era la misión individual de cada grupo (máximo 3/4 por grupo).
La Mater, fuente de vínculos
Ya el lunes fue un día muy raro como también la sensación que tuve… La verdad es que nunca pensé que podía estar 5/6 horas metido en la Iglesia sin moverme como lo estuve, pero sinceramente fue muy bueno poder compartir la actividad del corazón abierto, donde todos contaran su vivencia en las misiones, y así saber lo que la mayoría de las personas sintió en esas misiones, porque aunque en las misiones había muy buen ambiente, al ser 70 personas no se puede llegar a conocer a todos en sólo 5 días, y esa actividad ayudó a que uno se identificara con los sentimientos del otro. En fin, creo que todas las personas que estábamos allí en la Iglesia sentimos la conexión que había, ¡cuya fuente no era ni más ni menos que nuestra preciosa MATER!
El día terminó con un encuentro en Paraná muy hermoso, donde pudimos compartir una cena con nuestros hermanos misioneros de Sauce de Luna y contar cómo lo habíamos vivido cada uno.
Sin extenderme más, eso fue lo que viví. Los quiero y aprecio mucho a todos mis hermanos schoenstattianos...