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 published: 2007-01-12

De puerta en puerta, para compartir la experiencia de Dios

El grupo misionero de Buenos Aires realizó su sexta misión de verano

 

Misión Henderson: La comunidad de Joaquín Achaval y Mercedes Baistrocchi

Mission Henderson: The group with Joaquin  Achaval and Mercedes Baistrocchi

Mission Henderson: Die Gruppe von Joaquin  Achaval und Mercedes Baistrocchi

 

Cantando y bailando en la Capilla

Singing and dancing in the chapel

Singen und tanzen in der Kapelle

 
 

El grupo de niños con Luisito, un niño de Henderson

The children’s group with Luisito, a boy from Henderson

Die Kindergruppe mit Luisito, einem Jungen aus Henderson

 
 

La Hermana Fiorella y el Padre Pablo Pol

Sister Fiorella and Father Pablo Pol

Schwester Fiorella und Pater Pablo Pol

 
 

La comunidad de Jorge Jaunarena y Carolina Cattáneo

The group with Jorge Jaunarena and Carolina Cattáneo

Die Gruppe von Jorge Jaunarena und Carolina Cattáneo

Fotos © Grupo Misionero MTA 2007

 
 

BUENOS AIRES, Alberto Sibileau, Desde el 26 de diciembre al 4 de enero pasados el grupo misionero MTA, bajo el lema: "Señor, muéstranos el camino", visitó por segunda vez Henderson, provincia de Buenos Aires. Alrededor de 150 jóvenes, provenientes en su mayoría de los Santuarios del Centro (Confidentia) y San Isidro, pero también con la presencia de extranjeros de Chile, México y Alemania. El grupo vivió un tiempo de fuerte presencia de Dios, hacia adentro y para el pueblo misionado.

Todas las mañanas, los misioneros visitaron las casas de Henderson, con la consigna de llegar nuevamente a todas las personas de la ciudad. Con la imagen de la Mater peregrina se tocaron todas las puertas, anunciando que la Misión estaba presente e invitando a las actividades para niños, jóvenes y adultos que se realizaron en las diferentes escuelas y en el Centro Mariano. En aquellas casas que abrieron sus puertas a los misioneros se compartieron, mates de por medio, experiencias de vida, la vivencia de Cristo, la Palabra de Dios y la oración. Con habilidad, oídos y labios misioneros se iluminaron dudas, se consolaron dolores, se irradió alegría y constantemente se animó a las personas para que se acerquen a Jesús en las actividades, el Rosario y la Misa diarios. La presencia de la Mater, llena del Espíritu Santo, acompañó a los misioneros en su tarea.

El grupo se dividió en cinco comunidades que poblaron cuatro escuelas y el Centro Mariano de esa ciudad, que tiene alrededor de 10 mil habitantes. Los misioneros fueron acompañados por dos sacerdotes argentinos, P. Pablo Pol y P. Antonio Nin Mitchel; cinco seminaristas, Facundo Bernabei, Juan Pablo Villani y Manuel Lopéz Naón, de Argentina, Pedro Miravalles, de Paraguay y Nicolás Ovalle, de Chile; y dos Hermanas de María, Hna. Fiorella y Hna. María Rosa. Todos ellos del Movimiento de Schoenstatt.

Una respuesta para cada necesidad

La respuesta del pueblo se notó en las actividades: aproximadamente 200 niños, 100 jóvenes y 50 adultos diferentes se acercaron diariamente a las actividades con los misioneros. Personas alejadas de la fe, muchas de ellas sin haber recibido los sacramentos, se acercaron a la Eucaristía participando de la Misa. En la actividad más importante para los jóvenes, 200 de ellos se reunieron en la "Noche Joven", realizada en la plaza central de la ciudad, en la cual se escuchó un conjunto musical formado por misioneros, y se los motivó para que ellos sean partícipes de un cambio de actitud para todo el pueblo.

También se realizó una Escuela de Líderes, con la participación de quince jóvenes, en la que a través de tres encuentros se los motivó para que sean las locomotoras que lleven muchos vagones y continúen con el trabajo misionero. Además, ocho parejas se acercaron al Taller de Matrimonios, que consistió en tres encuentros de formación humana y religiosa dirigidos para matrimonios o parejas con deseos de casarse.

La fe, un camino apasionante

En lo personal, fue una alegría enorme poder misionar con amigos y con mi novia. Además, el clima de comunidad me permitió también construir nuevas amistades. Creo que la Mater nos sorprende siempre con vivencias nuevas, algunas muy alegres y otras dolorosas, que nos van mostrando que este camino, lejos de ser estático y aburrido, es apasionante y está lleno de desafíos. Al volver de la Misión me encontré con mi hermana recién llegada de Europa, quien me contó que en París se celebra la Misa frente a los ojos de turistas que la ven como un espectáculo, o una representación de costumbres del pasado. A mí me tocó en cambio regresar de una Misión en la que constaté que es verdad que Dios obra en hechos concretos. Creo que, como decía Juan Pablo II, "América es el continente de la esperanza".

 

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Last Update: 12.01.2007 Mail: Editor /Webmaster
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