Ángeles, pastores u ovejas

Una motivación para el adviento destinada a madres e hijos, en el Centro de Schoenstatt de Liebfrauenhöhe

Jornada de adviento para madres y hijos Advent retreat for mothers and children Adventeinstimmung für Mütter und Kinder
Simbolos de adviento Advent symbols Adventsymbole
Momentos de intercambio Moments of sharing Austausch Fotos: Lämmle © 2006

ALEMANIA, Hna. M. Anika Lämmle. "Meee, meee, meee". "¡No tengan miedo!". "Vengan, vamos a Belén". Con mucho entusiasmo participan los niños en tres jornadas de Adviento. Es en Liebfrauenhöhe, y llevan los ángeles, pastores y ovejitas hechos por ellos mismos en un juego espontáneo: el anuncio de la Buena Nueva a los pastores del campo.

¿Ángel, pastor u oveja?. "¡El tema suena interesante!". "Esto estimula a reflexionar. ¿Dónde me ubico a mí en el cuadro?" Atentas y expectantes están las más de 90 mujeres – algunas con sus hijos y otras sin ellos – en la motivación para el Adviento. Muchas de ellas ya hace años que participan cada Adviento, incluso sin inscribirse previamente. "Ustedes ya saben que yo vengo todos los años, que sencillamente necesito estas tardes para mí", dice Annemarie V. al saludar. Aproximadamente un tercio de las participantes de este año están allí por primera vez. A Lydia K. le cayó muy bien el retiro "Las madres rezan por sus familias". Kerstin Z. aceptó la invitación cuando participó en una de las "tardes con capuchino", y ahora llegó con su hija Katherina. "Kathi está muy entusiasmada" dice muy feliz y radiante junto a su hija, que no suelta de ninguna manera la ovejita hecha por ella misma que tiene en sus manos.

Hoy ha comenzado el camino a Belén

No solamente los niños están entusiasmados por los ángeles, los pastores y las ovejas. También las madres tienen el corazón abierto y dispuesto para recibir los impulsos de los tres mensajes de Adviento, como ayuda para descubrir el hilo conductor de sus vidas, toda su personalidad y la misión original que Dios les encomendó. Todas las que ya participaron anteriormente confían en la costumbre de escribir – para depositar en la tinaja – los nombres de las personas para las que se pueda ser un poco un ángel habilidoso, venido del cielo, para cuidar por ella y acompañarla como el Buen Pastor. También escriben las situaciones en las que cada una experimenta su debilidad y sus limitaciones, tal como una ovejita. Lo ofrecen como regalo de la vida diaria, confiando que de ello surgirán bendiciones.

"Estoy aquí por primera vez, y pienso volver". "Hasta la vista, vuelvo en el mes de enero para la tarde de villancicos". Con sus ojos brillantes, se despiden los ángeles grandes y pequeños, los pastores y las ovejitas que esta tarde han iniciado su camino a Belén.

Traducción: aat, Argentina