Guardamos tu herencia

50 años de la ermita de Vatteone, diócesis de Bahía Blanca, bendecida el 18 de octubre de 1956

Misioneros de Carhué con su bandera Missionaries from Carhué with their flag Missionare aus Carhué mit ihrer Fahne
La ermita de Vatteone The wayside shrine in Vatteone Wegkapelle von Vatteone
Ermita en Carhué Wayside shrine in Carhué Wegkapelle in Carhué Fotos: Zunini © 2006
Placa conmemorativa en la ermita de Vatteone Conmemorative plaque in Vatteone Gedemnkplakette in Vatteone Foto:Jany  © 2006

ARGENTINA, Diana Zunini. Tradicionalmente, el tercer domingo de noviembre se realiza una peregrinación a la ermita de Vatteone. La comunidad a la que pertenece la ermita - la primera ermita a la Mater de la diócesis que cumplió 50 años el 18 de octubre pasado - es Carhué, una ciudad de la diócesis de Bahía Blanca. La ermita se encuentra a 18km de Carhué, en el medio del campo donde funciona un Hogar Escuela que era atendido pastoralmente por el Padre Franz Maibach, que fue el sacerdote que por su cercanía al P. Kentenich lo invita a venir a la diócesis y a predicar un retiro en Paso Mayor.

Todo comenzó el domingo a las 9hs.en la ermita de Carhué, bendecida el 27 de febrero de 2005, y es la Mater que recibe a sus hijos cuando llegan a esta localidad, con sus cinco arcadas. Nos decía Rubén Pérez: quiere ser Schoenstatt abierto a los cinco continentes, y uno experimenta esa sensación de estar pisando suelo santo y de comunión con toda la Familia. Y allí en el centro de la ermita, en la base, están en un cilindro de metal todas las cenizas de los capitalarios consumidos por la Familia de ese lugar.

Cuando llegaron los peregrinos de Pigüé hicieron juntos una oración a la Mater por todas las familias, los misioneros, la paz del mundo, las vocaciones, y partieron a Vatteone, a 18km, con bocinas y banderas al viento, que como es habitual soplaba fuerte.

Allí los esperaban las niñas del Hogar Álzaga Unzué y las hermanas "Siervas del Divino Rostro", a cargo del Hogar desde hace poco más de un año.

Filialidad, la gracia de sentirnos amados por Tata Dios

Luego de una oración y presentación de banderas en la ermita, entraron al Hogar. Cuando se creó el Hogar, se albergaban allí niñas huérfanas, que habían perdido a sus padres en la guerra. Hoy la realidad es diferente, pero tan dolorosa como entonces, porque son chicas huérfanas de amor, de familia, de vínculos. Todas están internadas allí por la Justicia, ya sea por ellas o sus padres, presos, alcohólicos, ausentes....

Por esas cosas de la Providencia, el taller que preparó el grupo de Carhúe era sobre "Filialidad", pues ese es el nombre del grupo que hace tantos años trabaja como misionero en esa ciudad y atiende pastoralmente a este Hogar. Reflexionaron cuándo nos sentimos hijos, cómo vemos al P. Kentenich como modelo de filialidad y cuándo recurrimos a él, a su intercesión para pedir la gracias de sentirnos hijos queridos de Tata Dios.

Mónica Pérez les conducía a reflexionar que sólo vinculados al Padre y a María podemos sentir la gracia de la filialidad, sinónimo de ser familia y experimentar la gracia del cobijamiento. Y el sentirse hijos de Dios se conquista por la intimidad, la oración, los sacramentos y la entrega, el ofrecimiento diario, en beneficio de todos. Así María nos educa y recibimos la gracias de la transformación y podemos llegar al apostolado, conducir a otros al corazón del Padre, el corazón del Padre, lo más importante. Y hay modelos a imitar, tenemos al P. Kentenich, Don Joao, el Padre Esteban, el P. Maibach, ¡cómo no contagiarse y contagiar a otros!

Mónica les invitó a rezar unos por otros, para no desanimarse, pedir por los que más sufren, vivir el Misterio gozoso de una nueva Visitación.

Esto invita a reflexionar: ¡Qué misterio y qué misión para todos, pero especialmente para los misioneros de ese lugar, mostrar a los huérfanos de todo afecto, el amor de una mamá y un papá que nos quiere, que nos ama a pesar de todas nuestras debilidades y por eso precisamente!

El Padre Maibach un instrumento de la Mater en nuestra tierra

Luego del almuerzo con las Hermanas y niñas, Rosario Morón les fue guiando por la vida del P. Maibach, precisamente en el 49 aniversario de su muerte: sus dificultades para ser sacerdote, sus luchas y su entrega filial a la Mater, a quien pide especialmente por su vocación.

Un gracias enorme al P. Maibach, que fue el instrumento para que en el Hogar, por la entrega del capital de gracias de esas chicas que vivieron allí, se construyera la primera ermita de la diócesis a la Mater. El P. Maibach la ofrece en agradecimiento porque haber sido llamado a ser sacerdote. Las niñas entregaron los pocos recuerdos que les quedaban, dieron de lo poco que tenían.

El Hogar es una huella del Padre; el Padre Kentenich, que creció en un Hogar de Huérfanos, estuvo en el Hogar de Vatteone en sus dos visitas, de 1948 y 1952, en las que recorrió también diversas localidades, como Dorrego, Bahía, Vatteone. En Bahía también visitó otro Hogar de niñas del Barrio Villa Rosas que era atendido por Hermanas de María. En 1988 se redescubre la ermita y comienzan las visitas y peregrinaciones.

Luego de la charla comenzó la peregrinación. Partiendo de la ermita y rezando el rosario recorrieron 500 metros hasta la ruta donde llegaron más peregrinos de Carhué. Participaron peregrinos de Daireaux, Rivera, Pigüé, Bahía y recibieron también al P. Daniel Jany quien presidiría la Eucaristía de las 17hs.

Luego del recreo de mate y tortas llegó la Misa, donde se consagraron las nuevas misioneras, se realizó la coronación de las imágenes peregrinas y la presentación de la nueva bandera del grupo Filialidad.

Y el final esperado: la colocación de la placa en honor del Padre Francisco Maibach por los 50 años de la ermita de Vatteone. y el compromiso de todos de decirle: "Guardamos tu herencia".