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 published: 2006-12-28

Vinculados al Movimiento en todo el mundo

Bendición de la capilla de la MTA en Medellín, Colombia

 

Monseñor Alberto Giraldo,  en la aspersión en el oratorio de la MTA en Medellín, Colombia

Archbishop Alberto Giraldo blessing the MTA chapel in Medellín, Colombia

Erzbischof Alberto Giraldo segnet die MTA-Kapelle in Medellín, Kolumbien

 

Ofrenda de banderas de la Juventud femenina

Offering of the flan of the Girls’ Youth

Überreichung der Fahne der Mädchenjugend

 
 

Ofrenda de la custodia: Rama de Señoras

Offering of the monstrance: Mothers’ League

Überreichung der Monstranz: Schönstatt-Mütter

 
 

La Juventud Femenina ofrece un cuadro del Padre Kentenich

The Girls’ Youth offering a picture of Father Kentenich

Die Mädchenjugend schenkt ein Bild von Pater Kentenich

 
 

Bendición

Blessing

Segen

Foto: Mery Rodriguez © 2006

 

 

 

COLOMBIA, Silvia Alejandra Mery Rodríguez. "… Madre ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu Madre…" fueron las palabras que con gran alegría pronunció Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, arzobispo de la ciudad de Medellín, al bendecir la Capilla de oración dedicada a la Mater en la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá, el "Taller de conocimiento de la Madre de Dios", fue el calificativo y la gran tarea que nos entregó este Pastor y Padre a los miembros del Movimiento de Schoenstatt.

El 15 de diciembre la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Medellín, con gran dicha, se vistió de gala pues un gran acontecimiento marcaría su historia: la Madre Tres Veces Admirable llegaría para instalarse por manos del arzobispo de la ciudad.

Símbolo de expansión de Schoenstatt en Colombia

Todo comenzó con una celebración Eucarística, que comprendía también la bendición solemne del Altar Mayor y la del Santuarito, en una de las naves laterales del templo, de la Virgen de Chiquinquirá. El ofertorio fue todo elaborado por las ramas del Movimiento quienes en conjunto se encargaron de entregar lo distintivo de cada una; es así como se entregó a la Virgen peregrina, símbolo de expansión de Schoenstatt por Colombia. A ella le siguió la custodia que han conquistado en la rama de señoras en búsqueda del ideal que el Padre Kentenich les dio de "ser custodias vivas", la juventud no dejó de lado su trabajo y fue así como entregó su bandera nacional junto con la de Chile como signo del apostolado conjunto que han hecho estas dos naciones; también se le entregó al Señor Arzobispo una bandeja que llevaba una reliquia del Padre Kentenich, una foto de éste, ambas presididas por la bandera del movimiento. A esta ofrenda se le dedicó especialmente un aparte por la canonización de nuestro Padre, pues este es el gran objetivo que se ha propuesto la Familia de Medellín: rezar para que pronto se dé este gran acontecimiento. Cerraron la procesión los dos capitalarios que hasta ahora se han hecho, un libro de registro de visitas a la Mater y una pequeña ánfora, con el único fin de que María Santísima se instaure en esta capillita. Todos los textos que se leían al ser entregadas cada una de las ofrendas, además de ser lo más explicativos posible para que toda la comunidad que asistió a la ceremonia entendiese, tomaban partes de la Misa del Instrumento, lo que fue el complemento perfecto para una vinculación total al Movimiento de Schoenstatt de todo el mundo.

Mediadora de Cristo en la humanidad

Después de la Santa Misa, llegó el tan esperado momento de la bendición del Santuario Parroquial, donde fue llevado a cabo un rito delicadamente elaborado para la ocasión: el canto "Señor átame" resonó en lo más profundo del alma de todos los asistentes, tanto que milagrosamente se lo aprendieron y al unísono todos cantaron a la Reina, dos guías invitaban a entrar al santuario y asimismo al recogimiento, pues se trajo un gran aparte del acta de fundación, el "ego diligentes me diligo" (amo a los que me aman) que se hizo tangible para todos en este gran momento. En medio de todo esto el Arzobispo, Monseñor Alberto Giraldo, llevó a cabo la aspersión del agua bendita, la que renovaba las promesas del bautismo de cada uno. Todos los que acompañaron esta pequeña celebración atónitos observaban lo que sucedía que, como todo lo de Schoenstatt, tomaba ese tinte tan bendecido y particular de invitar a acercarse a María Santísima como la gran mediadora de Cristo en la humanidad.

Un pedacito de Schoenstatt

Al final fue el momento perfecto para una pequeña plática que invitaba a acompañar ahora más que siempre a la Madre del Redentor, la que por manos del discípulo amado había sido entregada en prenda del amor de Dios por los hombres. Sin embargo, algo aún quedaba por decir y es que después de que nuestro Señor Jesucristo entregó a María, el evangelio continúa diciendo "[…] y el discípulo la llevó feliz a su casa". En base a esto el Señor Arzobispo recordó que en este año había sido trabajado arduamente el discipulado, y eso había sido María, la discípula perfecta de Jesús, su verdadera discípula. Este era pues el mensaje que nos dejaba esta preciosa ceremonia de bendición del oratorio dedicado a nuestra MTA. Ahora todos se llevarían, con todo lo que había sucedido, un pedacito de Schoenstatt, un pedacito de la tarea que se le había encomendado a san Juan, pero con la alegría que acompañaba el momento, o sea, en esa capillita había quedado instalada la Madre del cielo y por ende la nueva obligación es mantener dicha presencia siempre vigente, y ya que se habían escuchado las palabras de ese 18 de octubre de 1914 había que empezar a hacerlas vida.

Bienaventurados los que oyen mi palabra y la ponen en práctica

Al terminar, Monseñor Alberto Giraldo de una manera muy auténtica agregó que mejor era decir "Bienaventurados los que oyen mi palabra y la ponen en práctica", lo que significa que María, además de llevarse en el corazón, se lleva en el actuar, en el diario vivir, allí donde se forjan los discípulos que buscan la construcción del hombre nuevo en la comunidad nueva como tanto lo repitió el Padre José Kentenich.

 

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Last Update: 28.12.2006 Mail: Editor /Webmaster
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