No digas que sí, cuando sientas que debes decir no. La virtud de saber decir que no

Fuerte resonancia de un tema actual: participaron muchas madres schoenstattianas en el encuentro de Rottweil

Intercambio en grupos Sharing in groups Austausch in Gruppen
Un tema de interés para todas las generaciones An issue for all of the generations Ein Thema für alle Generationen
Taller Workshop Gesprächskreis Fotos: Metzler © 2006

ALEMANIA, Christl Rathgeb. "El tema despertó mi curiosidad cuando esta mañana leí en el diario el programa de esta reunión". "Yo no puedo decir no, porque soy de esa clase de personas que siempre está lista para ayudar". Estas, y otras parecidas, fueron las reacciones de las participantes en el encuentro.

La rama de madres schoenstattianas del distrito de Rottweil invitó a la reunión que trataría este tema el lunes 13 de noviembre de 2006 a las 19,30 en Rottweil-Bühlingen. El aviso publicado en el diario, como también los diversos anuncios parroquiales, las invitaciones que dejaron las madres en muchos jardines de infantes y otros lugares convocaron a estas charlas. Los organizadores esperaban que por lo menos fueran de 12 a 15 personas. Luego vino la sorpresa. Tuvieron que agrandar el espacio y poner más sillas porque 36 madres de todas las edades fueron conquistadas por el tema. No había ningún hombre presente, por lo que quedó claro que el tema atraía principalmente a las mujeres,

Donde el no es especialmente difícil

Después de una ronda de presentación en pequeños grupos surgió enseguida el tema. La Sra. Miriam Metzler, expositora en esta tarde, confrontó con tres ejemplos de la vida de "Sandra" sus propios deseos pospuestos, porque a ella le costaba mucho decir que no a su mamá, a su jefe, y también a sus hijos y nietos. Una no quiere ser descortés, quiere quedar bien con todo y con todos. Hay temor a no ser más reconocida ni querida, y finalmente dice "sí" cuando siente que debería decir "no", ¡todo sea por la paz!

Las consecuencias se ven pronto: remordimiento y descontento con una misma y con los demás. En algunos el "sí" provoca acusaciones por parte del cónyuge. El esfuerzo trae descontento, porque ese "sí" muchas veces trae consigo más obligaciones. Hay problemas de salud y también problemas psíquicos, falta de sueño y casi siempre una gran decepción de sí mismo.

El ejemplo de Jesús

La Hna. Miriam aclaró a las asombradas mujeres que el título de las charlas "La virtud de decir que no" remite al Catecismo de la Iglesia Católica. En él se describe la virtud como "una continua y firme inclinación a hacer el bien y de tender hacia el bien". El objetivo de vivir una vida de virtud está descrito en la vida de San Gregorio Nacianceno, "Llegar a ser semejante a Dios". Dicho de otra manera, vivir y hacer las cosas con el ejemplo de Jesús. En el evangelio de San Lucas (l,35) se narra de la gran muchedumbre que buscaba a Jesús y lo quería ver, porque Él había curado a muchos de ellos de sus enfermedades. Los discípulos importunaban a Jesús, "¡todos te buscan!". Él, sin embargo, a riesgo del enojo de todo el pueblo y de la decepción de los discípulos, dijo: "vayamos a otro lado". Jesús tuvo el valor de hacerlo porque Él vivía para su Padre y solamente hacía las obras que Él le había encomendado.

La Biblia dice también que María, cuando el ángel le pregunta si quería ser la Madre de Dios, no reacciona simplemente con un "sí" ciego. María piensa y pregunta a su vez "¿Cómo sucederá esto?" (Lc. 1,34). Investiga lo que Dios quiere de ella, y recién entonces le regala su "sí".

¿Qué quiere Dios de mí?

No es una virtud cristiana decir un "sí" irreflexivo, sino una cuestión que surge del Padrenuestro: ¿qué quiere Dios de mí?

Los siguientes pasos nos pueden ayudar a decir que "no" alguna vez:

• Una buena lectura que me fortalezca.
• Buscar las huellas de Dios: ¿qué quiere hoy de mí?
• Escuchar lo que hay dentro de mí.
• Practicar el decir que no en pequeñas cosas, con palabras amables y no ofendiendo a nadie.
• Pedir tiempo para reflexionar y tener un tono conciliador
• Poner un límite de tiempo en lo que concierne al trabajo voluntario.

Finalmente no hay una respuesta general a la cuestión de dónde y cuándo debo decir si o no, pero hay un modo indicativo que puede ser una ayuda: soy responsable de mí mismo, por mí y por los demás.

Una pausa, con bebidas y bocadillos, les dejó a las participantes suficiente tiempo para intercambiar opiniones sobre lo escuchado. Como dijeron al despedirse, fue una tarde interesante, informativa y de mucho aprendizaje

Traducción: Marta Correa, Tres Arroyos, Argentina