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 published: 2006-10-19

La alianza cobra amplitud ante nosotros y nos lleva a la reciprocidad

Homilía del 18 de octubre de 2006 en la Iglesia de Peregrinos, P. Heinrich Walter

 

Padre Heinrich Walter: predica

Father Heinrich Walter: sermon

Pater Heinrich Walter bei der Predigt

 

 

Foto: POS Brehm © 2006

 

 

 
Querida Familia de Schoenstatt,

Los textos de las lecturas de hoy nos remontan a Atenas y Jerusalén.

1. Atenas está en todos lados

Las vivencias de San Pablo en Atenas transcurrieron dos mil años atrás, y sin embargo aún podemos experimentarlas hoy día. No nos resultaría extraño vernos confrontados hoy con expresiones tales como "Parece ser un predicador de divinidades extranjeras" o "¿Qué estará diciendo este charlatán?" (Hechos, 17, 128). El areópago de Atenas es actualmente nuestro lugar de acción, quizás incluso dentro de nuestra propia familia. En ese momento, como San Pablo, podríamos montar en cólera súbitamente – nos topamos con ídolos por doquier. Los ídolos de entonces y de nuestros días tienen algo en común: son ídolos que no conducen a Dios, no revelan su misterio ni ensanchan nuestros corazones.

La Atenas de la época de San Pablo está aquí en medio nuestro. De modo tal que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué debemos proclamar en nuestro propio areópago? ¿Qué mensaje queremos transmitir en este Día de Alianza a la gente que nos rodea?

Nosotros proclamamos que Dios es una realidad, Él está vivo y visible en todo lo que acontece en la creación y en todos aquellos que comparten mi vida. Proclamamos que María nos ha hecho cercano a este Dios y nos conduce hacia Él. Proclamamos que experimentamos esta pequeña capilla, que llamamos Santuario, como nuestro lugar más sagrado, porque es eso lo que vivenciamos allí con total certeza. María nos ve y nos comprende. Este diálogo se transforma en una alianza, que le da a la vida un nuevo sabor. Le da sentido al dolor y al sufrimiento que nos toca vivir. Me vincula a muchísimas personas, incluso con uno u otro personaje algo extraño, y me impulsa a trabajar por la paz. Esta alianza es para nosotros un camino que nos abre al contacto con otras culturas.

Es por eso que celebramos el 18 de octubre. En este día queremos agradecerle a Dios todo lo que hemos experimentado, los regalos que hemos recibido, el proceso de madurez y transformación que hemos atravesado, los senderos por los cuales fuimos conducidos, y una vez más queremos entregarnos por entero a esta alianza, pues podemos contar con ella, que nos brinda seguridad y cobijo.

2. La alianza cobra amplitud ante nosotros

La alianza de amor es nuestra visión del mundo (Weltanschauung). No sólo es una inspiración para nuestra vida personal. Nada de lo que sucede a nuestro alrededor nos deja indiferentes.

Vivimos en alianza, vinculados con otros. La gente debería percibir esta realidad en nosotros. Hay una respuesta para cada interrogante en el mundo, aún cuando solamente nos lleve a confiarle esta inquietud al amor misericordioso de Dios en la oración.

Hay gente que habla del ethos mundial, nosotros nos sumergimos en una alianza, tal como la que selló por ejemplo nuestra juventud en nombre de toda la juventud mundial. Seguramente algunos de ustedes habrán sido testigos de la renovación de esa alianza la noche del 15 de agosto. En la fuerza de esta alianza nuestros pensamientos y nuestros corazones se ensanchan. Nos abrimos a los intereses de otros países. De esta manera, los pueblos se nos hacen más cercanos, aunque no podamos viajar demasiado.

El día de hoy nos invita a tener en cuenta y tomar consciencia de la realidad de otros países. La Familia de Schoenstatt de Paraguay celebra el Jubileo de Plata de su primer Santuario. Se espera la participación de unos ochenta mil peregrinos en las cuatro Misas celebradas en el Santuario nacional. Se han preparado intensamente para este Jubileo, como testimonia un sello postal emitido por el Correo Nacional. Han dado a conocer su lema ampliamente a lo largo y ancho de todo el país: "Todo Paraguay un Tuparenda" (Todo Paraguay una Morada de Dios). Quieren compartir su propia experiencia de alianza de amor en el Santuario con todos sus compatriotas: Dios vive en medio nuestro. Su aporte al país a partir de la alianza se ha hecho concreto a través de múltiples iniciativas. Están llevando a cabo grandes proyectos educacionales, sociales y políticos. Podemos regocijarnos con su vida y representarlos con orgullo aquí en el Santuario original.

En estos días un millón de niños en Venezuela están rezando el Santo Rosario por la paz mundial.

En Brasil una nueva iniciativa se ha sumado a la Campaña de la Virgen Peregrina de Joao Pozzobon: el rosario de los hombres, que comenzó en el nordeste brasilero. Hoy día cerca de cincuenta mil hombres rezan el rosario una vez por semana en cientos de parroquias. Esto no sólo promueve la vida espiritual de cada uno de ellos sino que además se reúnen después del rosario a la entrada de la parroquia para concretar alguna acción social, como por ejemplo la búsqueda de trabajo para quienes lo necesitan, etc.

Recordamos también los numerosos colegios e iniciativas sociales que han surgido en Asia, África y América latina, con los cuales muchos de nosotros aquí hemos asumido un cierto compromiso.

Asimismo recordamos también a las primeras jóvenes vietnamitas postulantes a las Hermanas de María.

Esa alianza sencilla sellada aquí en este lugar hace un montón de años se ha abierto y ampliado ante nosotros. Esto se hace cada vez más visible, especialmente en los meses de verano cuando numerosos grupos de países se dirigen hacia aquí para ponerse en contacto con el lugar que dio origen a Schoenstatt.

Cuando percibo la vida que se ha despertado y ha crecido en tantos países, a menudo tengo la impresión de que estamos sólo al comienzo, a juzgar por el torrente impresionante de crecimiento que se está dando en todos los continentes.

La amplitud de la que hablamos es de lo más variada. Va más allá de los países, las culturas y los pueblos. Tiene que ver también con muchas áreas de nuestra vida social. La alianza se hace fructífera en nuestra realidad social, económica, cultural y política. No queremos ser simplemente un reducto de gente feliz, podemos ejercer influencia en la vida de las personas, como sal y levadura. A lo largo de la Semana de Octubre escucharemos testimonios de nuestro país al respecto, y todas estas iniciativas llevadas a cabo en otros países, incluso en el orden político, nos darán fuerza y coraje.

3. La alianza nos lleva a la reciprocidad

Este crecimiento extensivo que se está dando nos lleva a la reciprocidad. La gente no viene aquí solamente para encontrarse con la Virgen en el Santuario original o para escuchar hablar sobre el Padre Fundador en el lugar de su tumba y dar gracias por este contacto con la fuente de origen. Traen consigo un montón de riquezas enormes que sin duda pueden enriquecernos a nosotros: su gozo en la fe, su vitalidad y la fuerza de sus jóvenes fundaciones, su diversidad cultural. La corriente de retorno está en su máximo esplendor. Ahora que Schoenstatt se ha expandido por todo el mundo, la corriente de vida original que ha surgido en los demás países fluye nuevamente hacia su lugar de origen. De esta manera el Schoenstatt original se transforma en un organismo vivo cuyos miembros ostentan una sana autoestima, órganos, nervios y circulación sanos. Nos aguardan múltiples sorpresas. En Suiza, sin ir más lejos, el Movimiento está creciendo a pasos agigantados en este momento entre los ciudadanos de otros países, que son un aporte muy valioso para la Familia de Schoenstatt suiza.

Estos procesos sólo llegarán a ser fructíferos si ampliamos nuestra esfera de pensamiento y adquirimos una mentalidad internacional. Estos últimos meses los alemanes nos hemos hecho conocidos por nuestra enorme hospitalidad. El don de la hospitalidad presupone la actitud de abrirse e interesarse por la vida de los demás, y querer aprender de ellos. Hemos vivido experiencias muy importantes durante la Jornada Mundial de la Juventud aquí. Para Schoenstatt esto significa que los alemanes no siempre hemos de ser los "maestros". Nos ha sido confiado el carisma de origen. Vale decir que debemos mantener abierto este origen a fin de que todos puedan experimentarlo. Parte de este carisma implica regocijarse con el aporte de otros países, quizás mayores que los nuestros. ¡No siempre tenemos que ser los campeones del mundo! Nuestra apertura y alegría ante la diversidad de otros pueblos tendrá mucho peso para un vínculo vital, internacional y familiar, porque todo el mundo quiere sentirse en casa en el lugar de origen.

4. La amplitud de la alianza

Para abrirnos y expandirnos, debemos crecer en una mayor profundidad. Cuanto más abrimos la alianza a otros pueblos, más fuertemente deben crecer nuestras raíces. De modo que hoy le ofrecemos a la Mater nuestro corazón. Que su amor reine en el centro de nuestra persona, que la fuerza unitiva de su amor nos haga semejantes a Ella, como expresó el Padre Kentenich en su octavo sermón de Cuaresma, en 1954, sobre el juego del amor:

"Lleva mucho tiempo en la fusión de amor entre corazones el desprendimiento de toda atmósfera egocéntrica; toda dureza, toda tensión y arrebatos que despiertan los falsos reclamos de nuestra naturaleza hedonista, que salen a la superficie, y que hay que hacer a un lado; a fin de que esta fusión lleve a una venturosa biunidad que exclame jubilosa: ""Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado" (Cant 2,16). Ya no busco tanto sus regalos, ya no me busco a mí mismo, lo busco a él. El proceso de purificación y liberación de sí mismo que esto conlleva es sumamente doloroso, pero al mismo tiempo nos hace inmensamente felices. El juego del amor que está en juego aquí es realmente muy atractivo. Nos sobrecoge y nos hace profundamente felices".

Dispongámonos ahora a asumirlo. María nos invita a salir al amplio mundo para que su alianza de amor pueda ampliarse, para incorporar conscientemente en ella a otras personas u otras realidades – algunas personas en particular, algunas iniciativas, o al presidente de Corea del Norte. También pueden ser cosas muy personales, como por ejemplo una cierta tendencia emocional a amar más allá que hasta ahora.

Que la Santísima Virgen nos conduzca a esa amplitud que ella está abriendo ante nuestros ojos.

Traducción: mca, Argentina 


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Last Update: 27.10.2006 Mail: Editor /Webmaster
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