El cumpleaños de la Mater en Tupãrenda

Vivencias en la madrugada del 18 de octubre

Llegada de peregrinos Arrival of pilgrims Ankunft der ersten Pilger
Piedad popular Popular devotion Ursprüngliche Volksfrömmigkeit: Liebe zum Anfassen
El Santuario jubilar The jubilee Shrine Das Heiligtum im Festglanz
Unos minutos en el Santuario... Some minutes in the Shrine... Nur ein paar Minuten im Heiligtum sein
Peregrinos Pilgrims Pilger Fotos: Cabral © 2006 Albúm de fotos – photo album – Fotoalbum

PARAGUAY, Javier Cabral. Ocho de la mañana. Venía por la ruta desde Asunción. Me costó ingresar a Tupãrenda. Los agentes de tránsito ya estaban tratando de ordenar a la gente y los coches que llegaban desde temprano. La gente bajaba de los ómnibus en grandes cantidades. La mayoría portaba sus peregrinas, una más arreglada que la otra, con distintos tipos de flores coloridas, estampitas, varios rosarios. Di una vuelta en la ruta y luego ingresé a uno de los estacionamientos especialmente preparados. Había servidores en cada lugar ocupándose de cada detalle. Claro, era el gran día, el cumpleaños de la Mater en Tupãrenda.

Estacionamos y por un camino arbolado fuimos hasta el acceso principal. Vimos a Martha Peyrat que en su auto tenía una gran calcomanía "Transporte especial", la saludamos y nos explicó que su tarea, junto con otros, era llevar hasta el Santuario a las personas de edad o enfermas que tenían dificultad para caminar. ¡Qué espíritu de servicio!, pensé. Ómnibus con delegaciones del interior del país, de donde bajaban peregrinos sin cesar: Ciudad de Concepción, Pedro Juan Caballero, etc. leímos en los transportes.

Hacia la derecha un grupo de policías montados, hacia la izquierda una motobomba de bomberos, bajo una sombra una banda de música de la aeronáutica. Nadie podía faltar. En toda fiesta patronal tienen que estar todos. Unos servidores enviaban por radio mensajes a otros servidores, pidiendo tal o cual cosa. La gente ingresaba como en un partido de fútbol al estadio, en grandes grupos. Grupos de estudiantes de enfermería tomaban la presión.

Al pasar por la santería, la misma parecía un enjambre de abejas, lleno de personas tratando de conseguir algún objeto de piedad.

Reparto de pañuelos con el logo del Jubileo

Llegamos al inicio del caminero que sube hasta el Santuario. A ambos costados había numerosos toldos, uno de cada grupo que se precie: la Campaña del Rosario, el más concurrido; el Secretariado del Padre donde repartían un estampita con la oración de canonización; un toldo de la Juventud Femenina con la Hermana Katia con un cartel "Así comenzó Tupãrenda"; en eso veo una señora rodeada por un gran número de personas. Repartía gratis unos pañuelitos con el logo del Jubileo. Son pañuelitos para saludar a la Mater durante la ceremonia. A duras penas logré conseguir el mío, no fue fácil… es que gratis hoy en día no es tan común. Mucha gente pedía más de uno: "Para mi mamá", "para mi vecina…". Al pasar frente a uno de los stands, me colocaron una estampita adhesiva del Padre Kentenich

Subiendo hacia el Santuario, a la derecha, en un toldo bastante grande, se había montado una capilla, con la Hermana Edna montando guardia en la entrada. De repente fue como si las Hermanas de María se hubieran multiplicado, había varias. La Hermana Elisa escuchaba las explicaciones de la Hermana Cecilia María mientras subían. Me imagino que le iba contando: "Cuando estaba en la JF, esto no era tan grande….". Y cosas así. Por los parlantes se leían los mensajes de saludos de distintas partes del mundo, con aplausos de los presentes: Saludos del Padre Alberto Eronti, de la Hermana Virginia…

Todos querían tocarla

A la izquierda, a los lejos, en la Iglesia en construcción, estaba preparado un altar gigantesco. Los canales de televisión ya habían montado sus plataformas para transmitir en vivo la Santa Misa de las 9:00. Lo vimos al Padre Cruz confesando. Ahora que aprendió a escuchar confesiones en guaraní, lo envían a Chile. Cosas de la vida.

Y al fin, llegamos al Santuario. Arregladísimo. Super… como dirían los jóvenes. Frente a la gran Peregrina se agolpaba la gente, que no se contentaba con mirarla o rezarle, todos querían tocarla, es parte de la piedad popular. Bueno…, la vimos a la Hermana Andrea tocarla también. De tantos años de trabajar en Paraguay, algo se le pegó.

Entrar al Santuario de Tupãrenda fue más complicado, pues había cola. Se habían sacado los bancos. La gente rezaba parada, de rodillas… el altar estaba repleto de flores. La Mater lucía magnífica en su fiesta de cumpleaños.

Luego bajamos nuevamente, el calor empezaba a picar. Llegaban delegaciones de distintas ciudades con sus banderas de la Campaña del Rosario. Y todo esto antes de las 9:00 de la mañana.

Todos los testimonios del 18 de octubre en Tupãrenda "en vivo" (Archivo Octubre 2006).