No puedo dejar de pensar en Tuparenda… es un recuerdo que me re-enciende con el heroísmo de los primeros…

18 de octubre en Tuparenda: Nada nos puede sacar esta alegría tan inmensa

Ella es la gran misionera... de todo el pueblo She is the great missionary… of the people Sie ist der große Missionar... des ganzen Volkes
Nada les puede quitar su confianza Nothing can take away their confidence Nichts kann ihnen ihr Vertrauen nehmen
Tuparenda,  Dios entre nosotros Tuparenda, God in our midst Tuparenda, Gott ist da
Clara Benitez de Pardo (izq.) durante la fiesta Clara Benitez de Pardo (left) during the feast Clara Benitez de Pardo (li.) beim Fest
La belleza de ser aliado de esa madre The beauty of being her ally Die Schönheit, mit ihr im Bündnis zu sein Fotos: Pardo/Agüero © 2006 Album de fotos – photo album – Fotoalbum

PARAGUAY, Clara Benitez de Pardo. "Tuparenda=Morada de Dios", un lugar donde Nuestra Mamá María nos llama para cobijarnos, transformarnos y enviarnos con una fuerza que solo Ella puede regalar. ¡Gracias Padre Bueno por este Tabor en Paraguay!.

La verdad es que a días del 18 no puedo dejar de pensar en Tuparenda… es un recuerdo que me re-enciende con el heroísmo de los primeros… Estoy muy feliz de ser schoenstattiana, de que hayamos hecho con Joaquin la Alianza de Amor como matrimonio con la Mater.

El movimiento es una bendición para mi familia. Con Joaquin dijimos el otro día "que ya no nos vemos sin Schoenstatt en nuestras vidas". El Padre Kentenich sabe muy bien lo difícil de nuestra rutina (trabajo, salud, compromisos, etc.), pero estoy segura que nos mira y nos bendice cada día.

La emoción de haber estado en Tuparenda en casi casi indescriptible con palabras, solo las lagrimas dulces como las gotas que cayeron pueden ser el reflejo visible de la dulzura de nuestros más profundos sentimientos. Nada nos puede sacar esta alegría tan inmensa. Nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt esta coronada en su Santuario de Tuparenda y también en nuestros corazones. Este jubileo no acaba, al contrario, nos esta invitando y nos lanza con mucha más fuerza, nos lanza hacia delante al sentirnos felices y privilegiados re-fundadores del movimiento como los primeros y re-fundadores de la "Nación de Dios" como nuestro primer santo mártir San Roque González de Santacruz! ¡Que hermosa tarea! ¡Que hermosa herencia! ¡Esta es nuestra gran misión! Pues entendemos que a esto nos llamo Ella hoy aquí en su Santuario junto a su Hijo Jesus. Aquí en Tuparenda hoy 18 de octubre día de Alianza, día de alegría, la felicidad es plena, es inmensa que no cabe en el pecho. Tuparenda se convirtió en un Cenáculo donde a cada uno de nosotros se nos regalo el Espíritu Santo como fuego que tiene que contagiar a los demás. Nuestra vida ya no puede ser la misma de antes, no debe continuar pasiva, llego el momento de regalar a otros este precioso Tabor que tenemos en el alma. ¡La Mater nos quiere muchísimo! ¡Ella se estableció y nos espera en Tuparenda!.

La Mater no se deja ganar en generosidad

Hemos vivido la Alianza de Amor como nunca… cada integrante del movimiento, con sus miles de capitales de gracias a través de todo el año jubilar se habrá quedado corto con las acciones concretas que la Mater ha obrado en los corazones de sus hijitos en todo estos 25 años.

"Ella es la gran misionera, Ella es la que obra milagros"

Las misioneras de la esforzada "Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina", vinieron de todos los rincones del país para saludar a su Madre, para ser bendecidas en su misión de llevar a Maria hasta los diferentes hogares. No les importo el mal tiempo de primeras horas de la mañana, igual salieron de sus casas y al llegar a Tuparenda permanecieron firmes, fieles y a los pies de la Mater y su Hijo.

Las misioneras son el claro ejemplo de la heroína mujer paraguaya, llenas de emoción y devoción estuvieron con sus peregrinas hermosamente adornadas y ellas mismas vestidas de fiesta en las diferentes misas oficiadas en este día de Alianza. Algunas solo tenían para su pasaje de ómnibus… pero igual trajeron alcancías repletas de monedas; también trajeron flores, oraciones, capitalarios, rosarios, testimonios, y por sobre todo el valor de seguir adelante, educando a sus familias, luchando por sus niños y por darles un futuro mejor. Cantando deleitadas el magnificat con el hermoso coro las misioneras saben que nos están solas. ¡Las misioneras saben que son siervas de Dios!.