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 published: 2006-10-31

El pesebre de los pobres

Testimonio de un miembro de la Juventud Masculina sobre el Padre Carlos Cajade

 

Marcha en solidaridad con el Padre Carlos Cajade

Solidarity March for Father Carlos Cajade

Solidaritätsmarsch für Pfarrer Cajade

 

Su obra continua...

His work goes on...

Sein Werk geht weiter...

 
 

P. Carlos Cajade con „sus chicos“

Father Carlos Cajade with “his children”

Pfarrer Carlos Cajade mit “seinen Kindern”

Fotos: Obra del Padre Cajade © 2006

 

 

 

ARGENTINA, Jorgito Moviglia. La barba y el pelo enmarañados, barrigón y con un corazón tamaño familiar. Los amigos su debilidad, y la vida su gran amor. La guitarra, los amigos, el pincha, por ahí andaban sus pasiones. Su debilidad, aquello por lo que se jugó hasta dar la vida, sus pibes…

Carlos Cajade, Carlitos, o el Cura (como lo llamaban sus chicos), con miles de sueños en la mente y otros tantos en el corazón. No dejó nada por hacer. Armó, desarmó, caminó, luchó, perdió, ganó, amó, cantó, VIVIÓ. Sueños, ideales, fuerza, calidez, honestidad, entrega, solidaridad, amistad, fidelidad, firmeza, sencillez, revolución, sólo un poco de lo que su persona reflejaba. Nunca quiso ser otro, sino que fue él con esa autenticidad que era inevitable admirar.

El pibe que se crió en Villa Argüello, el que se prendía a los picaditos de fútbol, el familiero, el de los asados, el de la simplicidad de lo cotidiano. En sus palabras, en sus reflexiones, en cada paso iba dejando lo que era. Sonrisa para los pibes, justicia y dignidad para los excluidos…

El cura que estableció un vínculo con el Dios de los pobres, apostando a seguirlo, dejando el también su vida por los que amaba. Sin imposibles, corriendo tras un amor que está más allá de un sentimiento.

Su fe puesta en la Iglesia "Popular", aquella que fundó en la mirada del pueblo. La Iglesia de los vínculos, de la familia, de la amistad, del trabajo, del pan, del amor…

Dando su "Pulseada", mientras tuvo aire. Siendo confianza para los pobres, enseñándoles que la esperanza era lo único que nadie les podría robar. Aquel de las marchas y no de los escritorios. Aquel de las obras y no los discursos, aquel que vivió en Dios y en cada hombre que a su paso cruzó.

Una vida fundada en el amor

Una vida fundada en el amor. Luchando por los pibes de la calle, salvando la infancia perdida. Todo comenzó aquella Nochebuena, en la cual tres angelitos disfrazados de niños casi sin pedir permiso se metieron en su vida y él se metió en las suyas para nunca más salir. Un militante de la vida, un hombre que comprendió de qué se trataba eso de estar vivo…

Tal vez demasiado justo para este mundo de injusticias y desigualdades. Tal vez demasiado honesto para este mundo de corrupciones y opresiones. Tal vez demasiado soñador para este mundo de realidades desiguales. Tal vez su locura de amor no aceptó ver cómo se desvanecía su deseo de una humanidad humanizada. Hizo todo lo que podía y debía, por el mundo que él quería.

Ahí andará en algún lugar, haciendo de las suyas… Charlando con algún Santo, moralizando a algún político arrepentido, amando más de cerca a María. A los abrazos, debe andar con el "Barba". Jugando al fútbol con los pibes, tomándose unos mates, disfrutando de un buen asado, escuchando algún tema de Sabina, tocando alguna canción en la guitarra. Viviendo amando, y amando viviendo, rodeado de chicos como a él le gustaba. Me parece que Dios necesitaba de alguien así por allá. Por eso se lo llevó, un ratito, hasta que nos volvamos a encontrar…

En los ojos de los pibes te veo

La verdad es que uno lo extraña, se hace difícil no pensar en su imagen, pues su impronta es demasiado grande y maravillosa. Considero que la mejor manera de recordarlo es ayudarlo a cumplir su sueño, que creo que es también el mío y el de muchos otros, "construir desde lo pequeño y anónimo de todos los días, el sueño de tener: un país como un gran hogar; un país como una gran familia; un país con infancia; un país con papá y con mamá; un país con la abuela y el abuelo; un país con trabajo y con trabajadores; un país solidario; un país con justicia, que tenga que ver con el pan y no con las balas; un país con dirigentes que sean padres, hermanos y amigos; un país con remedios y guardapolvos; un país con el Dios verdadero y no con su caricatura."

Veamos en nuestra Argentina, en los pibes de la calle, en nuestras vidas a ese hombre que nos enseñó a vivir y cómo hacer de nuestros sueños la vida, y cómo hacer de la vida un gran sueño.

Pensar que en los ojos de los pibes te veo, con la misma sonrisa, con el mismo fuego, que alimenta la pasión de vivir por lo que uno está dispuesto a morir, como vos lo hiciste. Desde acá un gran cariño, y un fuerte abrazo ¡CARLITOS! Ah…me olvidaba, fijáte si arreglás las cosas por allá y ahora que estás más cerquita de María nos das una mano para cumplirte y cumplirnos el sueño…


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Last Update: 31.10.2006 Mail: Editor /Webmaster
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