¡Deben crecer en amplitud! ¡Hay un mundo que conquistar!

Un verdadero Cenáculo el encuentro de la Federación de Señoras de Chile y de Alemania en Schoenstatt

Madres de Alemania dan la bienvenida a sus hermanas chilenas Mothers from Germany welcoming their sisters from Chile Mütter aus Deutschland heißen ihre chilenischen Schwestern willkommen
El Padre Rudolf Mosbach después de su conferencia fue rodeado por señoras chilenas After his talk, Fr. Rudolf Mosbach was surrounded by excited mothers from Chile Nach seinem Vortrag war Pater Rudolf Mosbach von begeisterten chilenischen Müttern „belagert“
Presentación de ideales de curso: un arco iris para el Santuario Presentation of course ideals: a rainbow for the Shrine Vorstellung von Kursidealen: ein Regenbogen für das Heiligtum
Rosas de agradecimiento y compromiso Roses of gratitude and commitment Rosen des Dankes und der Bereitschaft
Despedida emotiva en la tumba del Padre Emotional farewell at the tomb of Father Kentenich Bewegender Abschied am Grab von Pater Kentenich Fotos: POS Fischer © 2006 Albúm de fotos – photo album – Fotoalbum

SCHOENSTATT, mkf. Al finalizar el encuentro brotaron las lágrimas... La despedida llegó demasiado rápido, o mejor dicho: se habían estrechado demasiado los lazos en estas pocas pero intensas horas como para tener que despedirse tan pronto. El encuentro de 29 madres de la Federación de Chile – con representación de casi todos los cursos, desde los más nuevos hasta los más antiguos – con madres de la Federación de Alemania estuvo marcado por la cordialidad, el espíritu fraterno y la vivencia de tener una misión y vocación comunes. Este encuentro – como continuación del primer gran encuentro internacional realizado en Chile en 1999 – se llevó a cabo con motivo de la peregrinación a Schoenstatt de la Federación de Señoras de Chile que celebraba los 25 años de su fundación.

"Les agradecemos desde los más profundo del corazón", dijo la portavoz de las madres chilenas. "Lo que hemos vivido aquí ha superado todas nuestras expectativas: desde el saludo en el aeropuerto, la tarjeta de bienvenida en cada habitación, y ahora, este día de encuentro... todo es sencillamente maravilloso". Mientras que en la conferencia mundial por la paz en Asís se hablaba de "La globalización con rostro humano", en la sala de conferencias de la casa Marienland casi 80 personas contemplaban ese rostro: el rostro de la MTA, y mirándose luego mutuamente a los ojos descubrían este "rostro humano de la globalización".

¡Bienvenidas a casa!

La mañana del 5 de septiembre las madres alemanas se encontraban ante la entrada de la Casa Marienland con una gran pancarta. El coro ya está "posicionado", mientras todas oteaban sin cesar el horizonte: ¿Ya vienen? ¡Sí, ahí llegan! Con un dejo de timidez bajaron de los autos las primeras madres chilenas junto con las anfitrionas que las habían ido a buscar. Miraron un poco a su alrededor, tibiamente agitaron la mano en un saludo, y a continuación – con los primeros acordes del canto de bienvenida ofrecido por las madres alemanas – como por arte de magia desaparece toda timidez, y es como ese reencuentro entre hermanos de una gran familia que viven dispersos.

Pero es más que una hermosa experiencia de conocerse mutuamente: Se trata de contemplar juntas la historia de la Federación de Señoras en ambos países para descubrir en ella una historia en común.

Las madres sintieron el deseo de agradecer juntas que el Padre les haya abierto a las madres las puertas de la Federación en la Obra de Schoenstatt, con el llamado de portadoras de la Obra de cara al futuro en honda corresponsabilidad. "Deben crecer en amplitud", afirmó el Padre Kentenich en la fundación de la Federación de madres. "¡Hay un mundo que conquistar!".

La conciencia de solo poder cumplir, ahora en común, la misión universal de la Federación de Señoras es la fuerza motriz y a la vez la finalidad de este encuentro.

La Hna. Luciane Machens – "Jefa" interina elegida por la Federación de Señoras en Alemania – conquistó el corazón de las madres chilenas con un breve saludo en castellano y aún más cuando encendió una vela que había estado prendida en el Santuario de Bellavista, en Chile, el 31 de mayo de 1999 durante la celebración del Jubileo de Oro.

Si la Federación se establece aquí, debe hacerlo también en otros países

El P. Rudolf Mosbach, que como asistente espiritual acompañó durante años a la Federación de Señoras, les habló sobre el rostro de esa comunidad. Su conferencia, entusiasta y chispeante, fue pronunciada en castellano y captó el interés de todos (¡hasta de las madres alemanas, que no entendieron una palabra!). Un relato de primera fuente, auténtico, cautivador, actual. Quedó bien en claro allí el anhelo del Padre Kentenich con la Federación de madres. Los ideales surgen de la vida y de las vivencias. Un viaje a Roma, el ataque a la Pietà de Miguel Ángel, la imagen de la MTA, "Transparente de la MTA"... Pilar Sáenz retoma el tema y habla de la constitución de la Federación de Señoras en Chile en el año 1981 y de la previa consagración de algunas madres, diez años antes, que ofrendaron su vida por la existencia de la Federación de madres en Chile.

Esas madres se vincularon con la Federación de Alemania, uniéndose a un curso alemán en su consagración. De ahí que la Federación de madres alemana ha contribuido – quizás sin saberlo concretamente - a la existencia de la Federación en Chile. "Quisiéramos saber si hoy está presente aquí alguien de ese curso de 1971". Transcurrieron algunos segundos que parecieron una eternidad... Se levantó una señora, tres, cuatro más... y entonces alemanas y chilenas se fundieron, emocionadísimas, en un fuerte abrazo. En aquel tiempo tenían contacto entre ellas, pero en el correr de estos 35 años se fue perdiendo, con la barrera natural del idioma además. Ahora, sin conocer tampoco el respectivo idioma, se entienden mutuamente. Es un pequeño Pentecostés. "Si la Federación se establece aquí, debe hacerlo también en otros países" – son las palabras del Padre Kentenich pronunciadas en los ejercicios espirituales de la fundación que hoy se han hecho vida. Con los regalos de las madres chilenas, confeccionados con cariño y envueltos con primor, entregados personalmente culminó una mañana plena de contenido.

Una frase, un símbolo, un ideal: "esto es como entre nosotras..."

"¡Tendrías que haber visto el video de los ideales de curso en Alemania! ¡Fue algo hermoso, maravillosamente hermoso!". Dos jóvenes madres chilenas estaban ante la mesa de las tortas. Ha pasado ya la pausa del mediodía, que en realidad no una pausa: paneles informativos de las regiones alemanas, un breve video sobre los ideales de curso – todo traducido al castellano – visita al Santuario, intercambio con y sin traducción mediante, muestras de cariño en los símbolos, fotos... alegría que crece en aumento en los demás.

A las 15 hs. es el turno de las madres chilenas. Existen actualmente trece cursos en Chile, el más nuevo de ellos aún sin nombre. Hay representantes de todos los cursos, excepto del penúltimo. Al cabo de muy poco tiempo ya casi ni se nota que hay que traducirles todo: ¡la vida se transmite – "en vivo"!

Las presentaciones son originales y siempre, de algún modo u otro, adecuadas al respectivo ideal de curso.

El curso que tiene por ideal el Arco iris, alegre y conmovido a la vez, deposita una guirnalda con los colores del arco iris delante del Santuario construido sobre el escenario; un curso joven brilla casi aún más que su lámpara de vidrio, símbolo del envío; otras han traído réplicas de sus símbolos para todas, y continuamente corre un murmullo por las filas: es como nosotras, esto lo tenemos nosotras también... frases, símbolos, ideales, los contenidos se encuentran. No hay nadie presente del 12º curso, pero hay que contar el gran regalo de este curso que hace un mes ha encontrado su ideal. Este curso joven, cuyos miembros provienen casi todos de la juventud femenina, ha asumido en su ideal el contenido y hasta la formulación del ideal del primer curso: un regalo para las bodas de plata de la Federación de Chile. Y a su vez este curso vivaz, dinámico y alegre, se ve como "el primer curso de los nuevos 25 años".

También lo da todo: El marido de una de estas jóvenes madres padece una enfermedad incurable. El curso reza pidiendo un milagro obrado por intercesión del Padre Kentenich. Reza para que a través de este milagro el Padre Kentenich sea beatificado por la Federación de madres chilena. Y con el fuerte anhelo de que este milagro se realice el 15 de septiembre, si todos se unen en oración con ellas, todos...

También se presentó el curso más joven. "Lo del curso 12 es algo insuperable ya", dice la representante, y a continuación da su testimonio en un perfecto alemán: "somos el primer curso del sur de Chile", cuenta ella, y continúa diciendo: "¡Anoté todos los ideales de curso, también los alemanes, ¡y por cierto que nosotras vamos a encontrar el ideal más, más, más hermoso de todos!".

Rosas en las manos del Padre

¿Qué habrá pensado el arzobispo de Cambrai al llegar a la Casa Padre Kentenich cerca de las 17 hs.? Justo al instante en que posaban para la foto grupal ochenta mujeres (y un par de maridos, Padres, Hermanas), y en medio de ellas, el Padre Kentenich con un gran ramo de rosas rojas en sus manos. Momentos antes las mujeres formaron un gran círculo en torno a la estatua del Padre. Todas tenían en sus manos un cuadernillo bilingüe, con textos en castellano y alemán, que contenía palabras del Padre pronunciadas en los ejercicios al momento de la fundación; palabras que hablan de la misión mundial de la Federación de madres. Fuerte resonaba la gratitud por la fundación de la Federación apostólica en Hörde, por los ejercicios espirituales en tiempos de la fundación de la Federación de Señoras, por el desarrollo de los ideales. Gratitud por los 18 cursos en Alemania y los 13 cursos en Chile, gratitud por los cursos existentes en la Argentina, Brasil, Portugal, Paraguay, EE.UU. (Texas) y Sudáfrica. Por la constitución en Alemania (1970), Chile (2003) y en la Argentina (2003), por el encuentro internacional de 1999 y la primera reunión internacional de dirigentes en 2002, y por mucho más. Con cada expresión de gratitud, dos o tres madres alemanas y chilenas le entregaban de regalo una rosa al Padre Kentenich... hasta que sus manos se vieron desbordadas por un único y magnífico ramo de rosas.

Con las ofrendas nos damos a nosotras mismas...

Angélica Callegari, María Lohaus y Birgit Nikolayczik – tres hermanas músicas miembros de la Federación de madres – tocaron con gran precisión y solemnidad en la Iglesia de la Adoración, tal como lo habían hecho anteriormente en el acompañamiento musical. El coro de la Federación de madres de la región oeste, con el acompañamiento de Ulrich Callegari, dio el marco musical a la Santa Misa, que coronó el cierre de este día tan bendecido. Concelebraron la misma el P. Theo Breitinger y el P. Claudio Martínez, que acompañó a las madres chilenas en estos días. "Con las ofrendas nos damos a nosotras mismas" cantaba el coro para el ofertorio, que resume lo que a todas conmovía en esa hora.

Tu misión es nuestra misión

Después de la bendición todas se dirigieron a la tumba del Padre Kentenich para que él las envíe nuevamente a cumplir con la misión mundial de la Federación de madres. Las madres chilenas tomaron de encima del sarcófago pequeños regalos de ofrecidos por las madres alemanas: agua bendita y velas del Santuario original. Como signo de la misión cada una recibió una foto del Padre Kentenich. A continuación todas renovaron en conjunto la alianza con él: Padre, nuestro corazón en tu corazón... tu misión es nuestra misión. Y con esto comenzó también la despedida. La cena en común, que como verdadero broche de oro culminaría con fuegos artificiales a las 22 hs. frente del Santuario, tuvo que ser cancelada debido a una planificación no muy estratégica del programa de peregrinación chileno, que tuvo que regresar a la Casa Sonnenau para cenar y de ahí partir a su hora privada en la tumba del Padre Kentenich.

De modo tal que la despedida comenzó ahí nomás, en la tumba del Padre. Pero no terminó ahí... A lo largo de ese día fueron creándose o profundizándose lazos demasiado profundos como para decirse "hasta la vista" así nomás. En el final se regalaron mutuamente pañuelitos de papel... "ata estrechamente el vínculo familiar entre corazón y corazón, entre país y país". (Hacia el Padre, Nº 563)

Algunas madres alemanas habían viajado varias horas para estar allí. La vivencia del encuentro del año pasado con la Federación de madres en Texas fue decisiva para la preparación de este encuentro: "no podía imaginármelo, pero esto de hoy fue verdaderamente... el Cenáculo".