published: 2006-09-20 |
María transforma nuestras tribulaciones en GraciasTestimonio siciliano del encuentro de la Familia Italiana de Schoenstatt en Belmonte |
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ITALIA- Calogero Tuzzolino. Domingo 10 de septiembre – La Familia italiana de Schoenstatt festejó el segundo aniversario de la bendición del Santuario Mater Eclesiae de Belmonte, y en esa ocasión muchos misioneros italianos sellaron su Alianza de Amor con nuestra querida Madre. Desde Sicilia también llegó un numeroso grupo de más de cien personas, que cuentan su experiencia del encuentro con la Virgen de Schoenstatt en su Santuario, al que la mayoría de ellos visitaba por primera vez. Desde Sicilia hemos organizado una Peregrinación en la cual participamos ciento cinco personas, entre adultos y niños, acompañados por tres párrocos de otras parroquias y por primera vez misioneros sicilianos sellaron la Alianza de Amor con María. Fuimos veintidós quienes nos consagramos a la Virgen y para todos fue una experiencia inolvidable, nos sentimos cobijados entre sus brazos y nos confiamos a Ella con fe. Estando Sicilia tan lejos de Roma, la organización del viaje fue muy difícil: cuántas llamadas telefónicas, cuánto trabajo, cuánto sacrificio y cuántas veces pensamos en renunciar, pero siempre nos pusimos en manos de María. Queríamos darles la posibilidad a los misioneros de sellar su Alianza de Amor con la Virgen en su Santuario y la oportunidad a tantas otras personas de visitar el Santuario y permitirles recibir una experiencia inolvidable con María. Rezamos tanto en ese día en particular, para que la Virgen derramara sus Gracias sobre todos nosotros. Paz y serenidad al entrar al SantuarioLa voluntad de María superó cualquier obstáculo, y el 7 de septiembre partimos de Palermo, pasamos por San Giovanni Rotundo, por el Monte Sant`Angelo y finalmente llegamos a Roma. Sabemos que el demonio, cuando se está preparando una experiencia importante para nuestra fe, no se queda con los brazos cruzados, y es así que algunas cosas no anduvieron por el camino correcto, creando algunos malhumores e incomprensiones. Me sentí verdaderamente desanimado y mortificado, pero ofrecí todo al Capital de Gracias, evidentemente la Virgen quería que me presentara ante Ella con la vasija llena hasta el tope. Finalmente llegó el día más importante, el 10 de septiembre y apenas entré en el Santuario la Virgen me regaló inmediatamente paz y serenidad y olvidé todo aquello que había pasado en los días anteriores. Fue una jornada bellísima, llena de oración y de comunión fraterna, que culminó con la Alianza de Amor, el momento más tocante e importante. Sentí que la Virgen me envolvió en su Manto y me confié completamente a sus manos, con todas mis debilidades y mis miserias y experimenté que Ella me acogió así como soy. ¡Qué alegría sentirse cobijados por Ella! Un lugar de gracias especialesPor la noche recibí otro gran regalo de la Virgen, muchas personas me comunicaron su alegría y la emoción experimentada en ese día, muchos me dijeron: "este Santuario es verdaderamente un lugar de gracias especiales". Todos los misioneros que sellaron su Alianza de Amor me dijeron estar conmovidos al confiarse a la Virgen, en verdad todos, de un modo u otro, fueron tocados por las Gracias del Santuario. He aquí lo que María hizo con mis mortificaciones y mis sacrificios, los transformó en una Gracia inmensa, la cual jamás hubiera podido esperar. Para mí habría sido suficiente que una sola persona me hubiera dicho que estaba contenta con aquella experiencia, pero María quiso hacer mucho más. Hasta hace unos días, les dije a los otros responsables que nunca más organizaría otro viaje semejante, pero me di cuenta de que todo lo que la Virgen me pida de ahora en más, ¿cómo podré negarme? Es imposible decirle que no. |
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Last Update: 26.09.2006
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