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 published: 2006-09-22

Schoenstatt  Italia : espíritu de familia y amor a la Virgen en la Alianza

Entrevista al Padre Ludovico Tedeschi , responsable de los Padres de Schoenstatt en Italia sobre el encuentro de Belmonte, el día 10 de septiembre de 2006

 

P. Ludovico Tedeschi en el Santuario de Belmonte, con un grupo de peregrinos de Pisa

Fr. Ludovico Tedeschi in the Shrine in Belmonte, with a group of pilgrims from Pisa

P. Ludovico Tedeschi im Heiligtum von Belmonte, zusammen mit einer Pilgergruppe aus Pisa

 

 

10 de septiembre en Belmonte: Mons. Peter Wolf, Mons. Ignacio Sanna, P. Ludovico Tedeschi

September 10 in Belmonte: Mons. Peter Wolf, Mons. Ignacio Sanna, Fr. Ludovico Tedeschi

10. September in Belmonte: Mons. Peter Wolf, Mons. Ignacio Sanna, P. Ludovico Tedeschi

 
 

La generación más joven en el Santuario de piedras

The youngest generation in the Shrine of stones

Die jüngste Generation im Heiligtum aus Steinen

 
 

Dos años después de la bendición del Santuario Matri Ecclesiae, existe una familia de Schoenstatt italiana

Two years after the blessing of the Matri Ecclesiae Shrine, a vibrant Italian Schoenstatt Family has made it their own

Zwei Jahre nach der Einweihung des Matri Ecclesiae-Heiligtums, hat sich eine lebendige italienische Schönstattfamilie entfaltet

 
 

Celebrante principal: Mons. Sanna

Main celebrant: Archbishop Sanna

Hauptzelebrant war Erzbischof Sanna

 
 

Peregrinos en el Santuario

Pilgrims filling Belmonte

Italienische Pilger in Belmonte

Fotos: Signorini © 2006

 
   

ITALIA, Francesca Signorini. Después del éxito del encuentro de Belmonte del 10 de septiembre del 2006, se sintió la necesidad de profundizar el significado de aquel momento para la Familia de Schoenstatt en Italia, y hacerlo con el responsable de la Familia de Schoenstatt en Italia,  Padre Ludovico Tedeschi

-Ud. esta viviendo los comienzos de la Familia de Schoenstatt en Italia  y trabajando  personalmente para esto, ¿cuál es su impresión del significado del Encuentro del 10 de septiembre ?

P. Ludovico: estoy todavía tan contento, Francesca, por lo que hemos vivido juntos.

Creo que el encuentro del 10 de septiembre en Belmonte formará parte de aquellos momentos de Gracia propios de una Fundación, en los cuales se experimenta de una manera particular la presencia de la Virgen y se vive el carisma regalado por el Fundador. La gente que participó lo percibió claramente. Se está repitiendo de un modo original en Roma aquello que sucedió el 18 de octubre de 1914 en el Acto de Fundación, la presencia de la Virgen ha sellado un momento de Gracia y las personas han aceptado Su propuesta confiándose a Ella en la Alianza de Amor.

Imagínese: un señor de Toscana me dijo que quería construir un Santuario… ¡usted estaría feliz! Pero le expliqué que primero surge la Familia, grupos de familias y jóvenes que se sientan responsables del Santuario y de su espíritu.

-En lo que respecta a su experiencia anterior en Argentina, en Paraguay y en Alemania, ¿cómo ve al Movimiento en Italia, se puede hacer una comparación con otros países, hay diferencias o alguna particularidad que lo hayan impresionado?

P. Ludovico: Diría que en Italia Schoenstatt nace muy unido a la Iglesia. Bueno, no podía ser de otro modo: ¡estamos en Roma! La originalidad de Schoenstatt en Italia está dada por el carisma que se expresa desde el Santuario, con el nombre dado por el propio Fundador: Madre de la Iglesia. Por eso aquí el Movimiento es particularmente abierto a todas las realidades eclesiásticas. Durante el encuentro de Belmonte esto se vio de un modo evidente. Diecisiete sacerdotes concelebraron la Santa Misa y de estos, doce eran sacerdotes diocesanos. Por lo tanto, en Italia nace un movimiento que tiene la vocación clara de llevar el carisma del P. Kentenich a las parroquias y a las diócesis. Para este propósito fue especialmente significativa la presencia fraterna, durante toda la jornada del domingo, del Arzobispo Monseñor Ignacio Sanna, primer sacerdote diocesano de Schoenstatt en Italia, del párroco y de tantos feligreses, y la oración común por el Santo Padre.

Dilexit Ecclesiam, Amar a la Iglesia, la Iglesia concreta como actualmente la vivimos en las personas.

-¿Fue difícil organizar un encuentro que para Italia se pude considerar el primero por lo grande? ¿Cómo fue la colaboración de las personas?

P. Ludovico: el encuentro fue preparado por un pequeño grupo, en el cual cada uno tuvo diversas tareas. En América Latina se habla de un "circo pobre" donde los dueños del circo son una pequeña familia y todos hacen de todo. La persona que vende las entradas es también el trapecista y domador de leones. Schoenstatt en Italia es como una pequeña familia con una gran tarea.

Estamos en un período de Fundación, por eso hay que estar dispuesto a hacer muchas cosas. No obstante esto, se vio que si bien el encuentro fue preparado por unos pocos, todos colaboraron espontáneamente, como podían, como por ejemplo trasladando las  mesas y las  sillas, colgando los cuadros, decorando el palco o recogiendo la basura. Fue fundamental la ayuda de las Hermanas de Maria, con su estilo de trabajo silencioso, que pasa desapercibido. También los custodios del Santuario, las familias del Instituto y los Sacerdotes Diocesanos que se esforzaron muchísimo. Sin ellos el encuentro de Belmonte hubiera sido imposible.

Se notó que este Schoenstatt es típicamente italiano: se sabe organizar pero también se sabe improvisar. Hemos sabido utilizar la capacidad que descubrimos aquel día en la gente: el Padre Pino Spadaro, con sus cantos simples y alegres; Giorgio, que organizó los juegos con los niños; en cierto sentido todos trabajaron. ¡Esperamos que siempre sea así! Somos una familia abierta donde todos se sienten bien, desde aquellos más comprometidos hasta aquellos que son simplemente amigos del Movimiento, partícipes de nuestro espíritu.

-¿Está satisfecho con el encuentro del 10 de septiembre? ¿Qué lo hizo más feliz? ¿Cambiaría algo para el próximo año?

P. Ludovico: No ceso de agradecer a la Virgen. Me hicieron feliz dos cosas en particular: ver que la gente vivía el espíritu de la Alianza, se confiaba a María y vivía con profundidad aquel momento de la Alianza: muchos son los que salían con lágrimas en los ojos del Santuario. Luego el espíritu de familia que reinaba en el encuentro, mucha alegría, vivacidad y deseos de conocerse y de ayudar. Finalmente hasta los conductores de los ómnibus participaron del encuentro y estaban felices, aunque habían ido sólo por trabajo.

Lo que no volvería a hacer es alquilar la carpa a la misma persona, que la armó con retraso, la noche anterior, entregándonos las sillas sucias y el palco media hora antes de que todo comenzara. Bueno... quizás intentaré otra vez. Son los mismos que trabajaron para nosotros en la bendición del Santuario, ¡y la verdad es que la carpa era linda!

Ahora ¿cómo continúa? ¿Ha cambiado algo luego del encuentro de Belmonte del 10 de septiembre?

P. Ludovico: desde el punto de vista espiritual diría que hace falta continuar en el espíritu de la Alianza, como en 1914, llevar a muchos a hacerla y a vivirla. Creo que este es un don de la Fundación. Estratégicamente es importante formar a los responsables del Schoenstatt italiano, de manera que puedan formar a su vez a los demás en todos los niveles: Campaña, Liga y Jóvenes. Además se ha visto que la presencia de los jóvenes y de la familia es un gran desafío para Italia. Los jóvenes, por ejemplo, no eran muchos en número, pero todos muy comprometidos. A nivel local debemos comenzar a crear los centros que sean puntos de referencia para las distintas zonas, donde se celebre la misa del 18 del mes, comenzando por lo tanto a crear una estructura local. Ya son diez las parroquias donde todos los meses se celebra el día de Alianza.

-¡Gracias, Padre Ludovico, lo queremos mucho, es un gran regalo para nosotros!

P. Ludovico: Gracias, Francesca, ¡ustedes también son un regalo para mí!

Traducción: Clara Bianco de Herbon, Argentina


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Last Update: 06.10.2006 Mail: Editor /Webmaster
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