Del Santuario de Valldoreix, Barcelona, al Santuario Original

Familias de Schoenstatt de Cataluña en peregrinación a la fuente original

Encuentro con el Padre Kentenich – también para los más chicos Encounter with Father Kentenich – also for the youngest ones Begegnung mit Pater Kentenich – auch für die Kleinsten
Cantando al Padre A song for Father Kentenich Ein Lied für Pater Kentenich
Familias santas para un nuevo Pentecostés Holy Families for a new Pentecost Heilige Familien für ein neues Pfingsten
Misa en el Santuario de las Familias Holy Mass in the Shrine of the Families Heilige Messe im Heiligtum der Familien
Entrega de los Santuarios Hogares de Cataluña Presentation of the Home Shrines of Catalonia Die Hausheiligtümer Kataloniens werden symbolisch auf den Altar gelegt Fotos: POS Fischer © 2006
Albúm de fotos – photo album – Fotoalbum Vídeo

SCHOENSTATT, mkf. "Las familias –olé- de Schoenstatt –olé- en Alemania –olé- para el nuevo Pentecostés...". Mientras se "organizan" en las escaleras delante de la Iglesia de la Adoración para la foto grupal, las familias de Cataluña cantan, entre risas y gritos, una versión "adaptada" del lema de su peregrinación: "Padre, familias santas para un nuevo Pentecostés". Antes, en la tumba del Padre, al igual que en la Misa en el Santuario de las Familias y varias veces más, se escuchó una canción que expresa lo que los mueve y los une en vísperas al 10° aniversario de su Santuario en 2007: "Un Santuario catalán construimos...". Del tan anhelado y querido Santuario de Valldoreix, Barcelona, "Nuevo Pentecostés", peregrinaron 60 adultos y 30 niños a la fuente original de Schoenstatt para agradecerle al Padre y a la Mater por el ideal del Santuario y la misión que les confió, y para implorar las gracias necesarias para ser apóstoles valientes.

Llegaron el 9 de agosto y partieron el 15, fiesta de la Asunción de la Virgen. Durante esa semana llenaron la Casa de las Familias y todo Schoenstatt con su alegría y entusiasmo. Como en cada peregrinación a Schoenstatt, los lugares más importantes que visitaron para rezar, para renovar su compromiso con Schoenstatt y llenarse de gracias, fueron el Santuario Original, la tumba del Padre, la Iglesia de la Adoración y el Santuario de las Familias.

En la Misa en el Santuario de las Familias ofrecieron uno por uno todos los Santuarios Hogares de Cataluña – un momento conmovedor para todos. Después de la Misa, los nuevos superiores generales del Instituto de Familias de Schoenstatt, Bernhard e Elisabeth Neiser, saludaron a los peregrinos muy cordialmente.

En la Casa Padre Kentenich los padres consagraron sus hijos a la Virgen delante de la misma estatua ante la cual lo hizo la madre de José Kentenich cuando éste tenía ocho años. Entre las familias participantes de la peregrinación, había también argentinos, colombianos y ecuatorianos que actualmente viven en Barcelona.

"Todavía no puedo creerlo"

"Todavía no puedo creerlo", comenta Carlos Medina. "Me parece un sueño haber conocido Schoenstatt. Desde aquel primer momento en que me explicaron de la Mater y del Padre Kentenich, el cual me pareció una persona magnética desde que vi por primera vez su foto, ya han pasado 22 años, y desde entonces lo más cerca que estuvimos de imaginar cómo sería este lugar en donde Dios derrama particularmente dones, donde se junta la tierra con el cielo, fue hasta ahora a través de los relatos de los asesores o los que tuvieron la fortuna de viajar. La "fortuna" porque en aquel entonces vivía en Argentina, en Tandil, y hace más de 20 años los vuelos eran muy caros y era imposible para los tan siquiera pensarlo.

Así que con esta oportunidad de la peregrinación desde el Santuario de Valdoreix, todos estos sueños se hicieron posible, y no puedo dejar de pensar y rezar por mis hermanos de grupo. Por eso que cada visita y cada foto o recuerdo que hemos guardado también fue en su nombre, y por momentos me gustaría tomar 1000 fotos, pero me doy cuenta que una carta, una oración en la tumba del Padre son el mejor regalo para ellos...".

Ser un pequeño testimonio en mi vida diaria

"La primera vez que vine a Schoenstatt fue para el 25 aniversario de bodas de mis padres en el año 1990, y fue un viaje en familia preciosísimo y lleno de bendiciones", cuenta Maria Isabel Briz Briz, ecuatoriana. "Esta segunda vez que vengo a Schoenstatt lo hago acompañada de mi marido y en peregrinación con la familia catalana. A lo largo de todos estos años la Mater me ha regalado abundantemente sus gracias y me ha hecho sentir muy cobijada bajo su manto. Aunque existe una gran distancia física con mi familia, siempre me he sentido muy cerca de ellos a través del Santuario Hogar, el cual siempre me ha ayudado a sobrellevar los momentos difíciles y me ha dado la fuerza para seguir adelante. Y ahora, además, como parte de la familia catalana siento que he encontrado nuevamente a mi familia, ya que el Santuario me hace sentir como en casa. Sólo quiero agradecerle a la Mater por estos días de peregrinación, que han sido maravillosos y que me han servido para volver a descubrir a nuestro Padre Kentenich de una forma más cercana y personal. Que él me ayude a seguir cumpliendo fielmente con mi Alianza de Amor, para poder ser un pequeño testimonio en mi vida diaria".

Tan emocionada como el día en que nos íbamos a casar

El matrimonio Ramírez López, de Colombia, selló su Alianza de Amor en Schoenstatt – broche de oro de una peregrinación bendecida y de una historia maravillosa que comienza con un curso de catalán: "Y llegó el día. Yo le decía a Darío que estaba tan emocionada como el día en que nos íbamos a casar. Pues nada que ver, esto lo superó con creces.

Somos un matrimonio de Medellín, Colombia, casados hace más de diez años, con un niño de tres, y vivimos en Barcelona desde hace 7 años. Todo comienza a principios de 2005 con unas clases de catalán... Allí conozco, como venida del cielo, a la Hermana Ana Teresa. Fue amor a primera vista. El primer día ya la investigué: que de dónde era, su congregación... Estaba tan feliz de compartir algo tan trivial con una persona tan maravillosa que no lo podía creer.

En casa todos sabían de ella, mi marido y mi madre. Con el tiempo nuestros lazos de amistad se fueron afianzado y un día me invitó a una convivencia de matrimonios. Lo comenté con mi marido y decidimos ir. Eso fue en junio del 2005. Dios nos tenia reservado un encuentro muy especial con Schoenstatt. Nos acogieron de una forma muy cariñosa, y en los tres días que compartimos nos identificamos con lo que buscábamos para nuestra familia. Como anécdota, después supimos que todos se conocían, eran una familia. Los únicos que éramos "extraños" y nunca lo sentimos así fuimos nosotros. A la semana siguiente la biografía del Padre Kentenich ya estaba en casa.

¿Cuánto nos ha cautivado la Mater? ¿Cuánto nos ha llenado este Movimiento? Aquí y hoy está la respuesta.

Esperamos que cada día nuestra alianza con la Mater nos ayude a ser mejores personas y educadores de nuestro hijo. Que seamos apóstoles allí donde estemos. Le damos gracias a Dios por habernos permitido este encuentro y esta peregrinación maravillosa con nuestra familia catalana".