"Sí Reina, mi entrega tu victoria"

La Juventud femenina de Chile en el año jubilar de la rama – Jornada de jefas

Jornada de jefas en Chile: lema Leaders’ Covnention in Chile: motto Verantwortlichentagung in Chile: Präsentation der Jahreslosung
Logo del jubileo Logo of the jubilee Jubiläums-Logo
Durante la jornada During the convention Während der Tagung
Peregrinación Pilgrimage Wallfahrt Fotos: Vinculo © 2006

CHILE, Javiera Larraín. El 15 de agosto del año pasado se abrió en Schoenstatt, en medio del Festival de la Juventud, un año muy especial para la Juventud Femenina: este año se cumplen 75 años desde su fundación. La gran celebración de la Juventud Femenina de Chile está prevista para el 15 de agosto en Bellavista. El Se trata de celebrar este aniversario como Juventud femenina de Chile y regalarle a la Mater una corona como Reina de la Juventud.

En preparación a este 75º aniversario se hará una jornada de dirigentes que comenzará el 12 de agosto. Unas 300 jóvenes quieren así renovarse en la misión original que el Padre José Kentenich  confió a la Juventud femenina.

Un paso importante en la preparación fue la Jornada de jefas. Este es un año de gracias, de alegría y fiesta, pero a la vez de misión… de responsabilidad por ser las refundadoras de la juventud. Y para eso era necesario reflexionar cómo se quería vivirlo.

El punto de partida fue tomar conciencia del significado de pertenecer a la juventud... Descubrieron nuevamente el ser parte del Reino de María, un reinado siempre presente y que tiene un sello especial mediante la Alianza de Amor con la Reina. Ella transforma a sus aliadas en pequeñas reinas que se entregan con entera disposición para ser sus instrumentos a imagen de ella. Pero, ¿cómo es este Reino? Es un Reino donde Dios es la medida de todas las cosas y por eso es un reinado de amor, de pureza, de veracidad, de victoriosidad, de libertad y de alegría. Estas características son las virtudes que están llamadas a vivir día a día en medio del mundo, contribuyendo a la redención de toda la juventud por medio de la aspiración a la santidad de las jóvenes schoenstattianas.

Hijas ante Dios

Una vez interiorizados estos rasgos, de los que quieren ser portadoras y guardianas, estaban preparadas para definir con qué actitud querían vivir concretamente este reinado durante este año. Después de discernir y descubrir las voces de Dios, analizando las realidades de cada una, percibieron el especial llamado a vivir como hijas ante Dios, hijas que se abandonan en Él, confiadas en que es un Padre amoroso, que se entregan totalmente a Él como instrumentos, con una disponibilidad inquebrantable. Por eso quisieron comprometerse a aspirar a los más altos ideales, con espíritu heroico y con especial radicalidad en este año de grandes desafíos. Definieron así que las actitudes a conquistar en este año eran la filialidad, la magnanimidad y la fidelidad.

Un momento de gracias

Era aún necesario concretar qué era lo que Dios pedía a la rama en cada diócesis, con su realidad original. En ese contexto renovaron la alianza de amor en nombre de todas, ofreciendo los desafíos, los sueños y los anhelos. Rezaron unos momentos en el Santuario ante el Santísimo y junto a María. Allí las esperaban los nuevos asesores nacionales, el P. Juan Ignacio Pacheco y la Hna. Mariela, ambos recibían el compromiso y las acompañaban en la entrega de la rama. Fue un regalo difícil de expresar lo que cada una vivió en ese momento. Partiendo desde la Iglesia del Espíritu Santo, donde el resto de las jefas acompañaba a Jesús en Adoración, cada comunidad se dirigía llena de anhelos a sellar nuevamente su Alianza al Santuario.

Comenzar el día a manera heroica

Con el espíritu renovado y lleno de expectativas y ansias por descubrir en el último día de trabajo cuál era el objetivo que Dios quería que alcanzaran en este año y cuál sería el lema con que lo expresarían, se dividieron en dos grandes grupos: por un lado las universitarias y por otro las Aliadas (secundarias). Cada grupo tenía que discernir cuál de las tres actitudes era la que se le quería ofrecer a Dios en este año y de qué manera concreta se la viviría como juventud nacional. Y una vez más Ella se manifestó claramente. A la hora de exponer las conclusiones de cada grupo, ambos habían llegado al mismo resultado: querían aspirar a los más altos ideales, arraigadas como hijas en Dios, con una profunda convicción en la misión de Schoenstatt, siendo fieles en lo pequeño y en lo grande de cada día. De esta manera reconquistar el espíritu de las primeras con heroísmo y radicalidad. Un alma grande es lo que se necesita para refundar a la Juventud, que la entrega no tenga límites y que cada día sea mejor que el anterior. Por eso la actitud fundamental es la magnanimidad.

Junto a esta actitud que eligieron conquistar, Ella les volvió a confirmar que todas estaban en sintonía con Dios, ya que los dos grupos llegaron al mismo propósito: levantarse de la cama apenas suene el despertador y de rodillas, consagrar (en plural) a la juventud. Al terminar la oración, decir el lema. Así quieren comenzar el día con radicalismo, como los primeros congregantes que en medio de la guerra se despertaban más temprano y de rodillas se consagraban a María. Es una manera de comenzar el día entregando la juventud a María para que la haga heraldo de su Reino. Comienzan el día cuidando los detalles más pequeños, aspirando a lo más grande, a lo excelso. Este fue el seguro que Ella regaló a la Juventud Femenina de Chile, pero también les hizo una invitación distinta a las jefas de Aliadas y Secundarias para contribuir con el capital de gracias: a las universitarias las llamó a conquistar la Sta. Misa diaria, y a las Aliadas a hacer lo pequeño lo mejor posible.

Sí, Reina...

Pero no basta solamente la emoción del momento, había que concretar la línea del año y el lema. La Mater no dudó en hacerles saber lo que quería de ellas. Mientras las jefas de foro, la jefa del consejo jubilar (Trini Vergara) y los nuevos asesores nacionales reflexionaban en el tema, el resto imploraba al Espíritu Santo para que se manifestara claramente. Costó un poco, pero después de una profunda oración, se llegó al lema: SÍ REINA, MI ENTREGA TU VICTORIA. De esta manera quieren pertenecer al Reino de la Juventud y entregarse como instrumentos dispuestos y magnánimos para seguir refundando la Juventud femenina en los próximos 25 años. Nada sin ti, nada sin nosotros… La Reina cuenta con cada una para manifestar su victoria.

Con campanas, banderas, oraciones y más de una lágrima se proclamó en el Santuario del Cenáculo esta misión para este año jubilar. Todas sintieron de inmediato la presencia real de Dios, experimentar claramente qué es lo que quiere de cada una: la total disposición para que Ella triunfe. Con una alegría inmensa, con un profundo gozo en el corazón, participaron en la última Sta. Misa en la que ofrecieron el nuevo lema y la línea del año. Con el canto del Himno jubilar terminaron la jornada, que dio inicio a un año lleno de desafíos, de los más altos desafíos: "SÍ REINA, MI ENTREGA TU VICTORIA".

Más informaciones en: www.juvfemchile.cl