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 published: 2006-07-11

El núcleo de la espiritualidad de Schoenstatt

Treinta sacerdotes latinoamericanos, camino a su doctorado, de visita en Schoenstatt

 

Treinta sacerdotes de Latinoamérica de visita a Schoenstatt: Santa Misa en la Capilla de Monte Moriah

Thirty priests from Latin America visiting Schoenstatt: Holy Mass in the chapel of Mount Moriah

Dreißig Priester aus Lateinamerika auf Besuch in Schönstatt: Heiligen Messe in der Kapelle auf Berg Moriah

 

En el Santuario Original

At the Original Shrine

Vor dem Urheiligtum

 

Treinta sacerdotes de Latinoamérica de visita a Schoenstatt

Thirty priests from Latin America visiting Schoenstatt

Dreißig Priester aus Lateinamerika auf Besuch in Schönstatt

 

Encuentro con el beato Carlos Leisner

Encounter with Blessed Kart Leisner

Begegnung mit dem seligen Kart Leisner

 

Una foto con el Padre Kentenich

A photo with Father Kentenich

Foto mit Pater Kentenich, bitte!

 

Momentos de oracion en la tumba del Padre Kentenich

Moments of prayer at the tomb of Father Kentenich

Augenblicke des Gebets am Grab von Pater Kentenich

Fotos: POS Fischer © 2006

 
 

SCHOENSTATT, mkf. "Mãe Admirável, ó Mãe Peregrina, A tua visita aquece e ilumina Pois trazes contigo teu Filho Jesus Que é vida caminho, verdade e luz..". Al finalizar la Misa en la capilla de la Inmaculada en la Casa de Sacerdotes Diocesanos en el Monte Moriah, un sacerdote brasilero entona el himno de la Virgen Peregrina, mientras que muchos otros se suman a él. Para casi todos los sacerdotes que están haciendo su doctorado en Roma es la primera visita a Schoenstatt, aunque no el primer encuentro con el Movimiento, que varios de ellos conocen a través de sus visitas a algunos de los Santuarios o el contacto con la Campaña del Rosario. Invitados por Adveniat y en compañía de Mons. Dieter Spelthahn, Padre de Schoenstatt que durante muchos años fue director de Adveniat, unos 30 sacerdotes latinoamericanos que están haciendo su doctorado arribaron a Schoenstatt el 9 de julio de 2006. El Padre Ángel Strada y el Padre Josemaría Garcia, miembros del Consejo General de los Padres de Schoenstatt, acompañaron el grupo durante su visita a Schoenstatt.

Se trata de una fuerte representación de la Iglesia perteneciente al continente de la esperanza en camino a la quinta Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y el Caribe, proveniente de Nicaragua, Perú, Colombia, Ecuador, Chile, Brasil... sacerdotes jóvenes con experiencias pastorales en su haber que actualmente se encuentran en Roma, el corazón de la Iglesia, haciendo su doctorado. Comienzan su peregrinación en el Santuario Original, desde donde parten hacia el Monte Moriah, donde los espera Mons. Peter Wolf, Director General del Instituto Secular de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt. En la capilla de la casa Moriah concelebran la Santa Misa, acompañada por dos de ellos con guitarras y cantos en portugués y español. Partiendo de las lecturas del día, el Padre Ángel Strada, en su prédica, hace alusión a las experiencias de infecundidad apostólica –tal como le tocó atravesar a Jesús en su paso por su ciudad natal que no quiso abrirse a su mensaje divino – y de fragilidad personal, como enfrentara San Pablo – experiencias ambas que acompañan la vida sacerdotal de cada uno, a las que Jesús responde con su "Te basta con mi gracia". Nos hace bien, continúa diciendo el Padre Ángel, saber que el gran discípulo de Jesús tuvo que sufrir también esa experiencia. El Padre Kentenich, el fundador de Schoenstatt, ha destacado siempre de nuevo la buena nueva del Padre Dios, que no nos ama a pesar de nuestros límites sino precisamente a causa de ellos – tal como un buen padre o una buena madre aman más al hijo más débil: una espiritualidad que en Schoenstatt nos regala una actitud muy positiva, si logramos dar ese paso de la aceptación de la propia limitación. En la preparación de la quinta conferencia general, la Iglesia de Latinoamérica, con justa razón, no se concentra en los métodos de pastoral, sino que se concentra en los sujetos de estos, en los portadores de la evangelización, que deben ser más misioneros, más discípulos, y confiar así más en la gracia de Dios sin dejar de hacer todo lo posible como instrumentos de Dios. Modelo de discípulo y misionero por excelencia, en esta actitud de reconocer su propia limitación y percibir todo lo grande que Dios hace en y por nosotros, es Maria, la mujer del Magníficat. "Ese es el núcleo de su espiritualidad, ¿no?", comenta más tarde uno de los sacerdotes. "Es lo que realmente me fascina de Schoenstatt".

Primera escala: Monte Moriah

Al cabo de la Misa y la correspondiente foto del grupo, Monseñor Wolf describe el simbolismo del altar y el sagrario de la capilla: el altar que une el altar de piedra hecho por Abraham con el altar de la cruz de Jesús, y el sagrario construido en representación de la zarza ardiente con el Arca de la Alianza, son símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo que peregrina, y símbolo de María también. Durante el almuerzo, Monseñor Wolf explica brevemente los diversos grados de vinculación con Schoenstatt, y la diferencia que existe entre la misión de los Padres de Schoenstatt y de los sacerdotes diocesanos. Se percibe el gran interés que despiertan Schoenstatt y los Movimientos en general en los sacerdotes visitantes, especialmente en lo que hace a su inserción en la parroquia y el servicio a la iglesia. "¿A quién tengo que dirigirme para solicitar Hermanas para mi país?", consulta un sacerdote de Nicaragua, mientras un ecuatoriano cuenta sobre su visita al Santuario de Quito en compañía de un amigo. "¿En Colombia existe Schoenstatt también?", pregunta otro. Sí, Schoenstatt está presente allí. "¿Pero cómo puede ser que en Chile esté mucho más arraigado que en Colombia?", quiere saber a continuación. "Somos un país tan fecundo en vocaciones religiosas...". Lo que brinda una buena posibilidad de hablar sobre la historia de Schoenstatt en Latinoamérica y su fundación en Chile, Brasil, Uruguay y Argentina...

Segunda escala: Casa Padre Kentenich

Por la tarde, se trasladaron al Monte Schoenstatt, donde en la Casa Padre Kentenich pudieron entrar en contacto con la vida del Padre Kentenich. Como no hay ni un solo texto en español ("Algún día estará en varios idiomas", comenta el Padre Josemaria García), los mismos Padres guiaron a los sacerdotes en su recorrido por la Casa, mostrándoles cómo a partir de textos y objetos se perciben los grandes rasgos de la historia y la espiritualidad de Schoenstatt, desde su fundación y profundización en la fe, hasta el vinculo familiar que nace del ponerse enteramente al servicio de la iglesia. Un sacerdote chileno recorre ansiosamente con su mirada el libro de visitas de la Casa Padre Kentenich. "¡No puedo creer! ¡Acá está mi firma del año pasado, en el mismo día, 9 de julio! ¡Qué regalo más grande es poder estar otra vez aquí, y nuevamente en torno al aniversario de ordenación del Padre Kentenich!". Todos los miércoles le celebra la Santa Misa a las Hermanas de Maria en Roma, y un año atrás pasó cuatro días en Schoenstatt, "que para mí fueron un regalo único", comenta.

Última escala: Iglesia de la Adoración

El encuentro con el Padre Kentenich culminó con una peregrinación a su tumba en la Iglesia de la Adoración, donde rezaron en silencio por sus familiares, amigos y todos aquellos que se confiaron a sus oraciones. La última hora de visita, con café y torta de por medio, se convirtió en un intenso intercambio sobre el tema del proceso de beatificación del Padre Kentenich... ¿y quién mejor que el mismísimo postulador del proceso, el Padre Ángel Strada, para dar respuesta a todas las preguntas e inquietudes que surgen sobre el desarrollo de éste? Es impresionante la cantidad de libros, con miles de páginas de textos del Padre Kentenich, cartas, testimonios (todo traducido al español, uno de las idiomas oficiales de la Iglesia universal). A través de lo que comenta el Padre Ángel Strada se pone de relieve, en pocas palabras, todo el dramatismo de esa "vida para la iglesia", transcurrida en una época de cambio radical en la iglesia, que el Padre anticipó por medio de su fundación y no fue comprendido en su época. Queda en claro que el proceso de una figura como el Padre Kentenich lleva su tiempo precisamente por esas dimensiones históricas de la Iglesia. Al mismo tiempo toda la vida del Padre Kentenich puede resumirse en dos palabras, esas dos palabras que están grabadas en su tumba: Amó a la iglesia. No pocos se emocionaron ante el relato del P. Ángel Strada: Cuando el Padre Kentenich, durante el exilio, solicitó al Santo Oficio a través de su superior palotino el derecho de defenderse, le respondieron duramente con la suspensión de sus funciones sacerdotales durante cinco días. Alguien que estaba con el Padre Kentenich en el momento de recibir la carta que contenía este aviso, recuerda que el Padre lagrimeó y, pidiéndole que lo dejara solo por un rato, agregó: "Cuando muera, quiero que escriban en mi tumba: Amó a la iglesia".


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Last Update: 11.07.2006 Mail: Editor /Webmaster
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