Campeón para el Reino de Dios

Toma de Túnica en Tupãrenda

Novicios,  seminaristas y Padres en la procesión de entrada Novices, seminarians and Schoenstatt Fathers at the entrance procession Novizen, Studenten und Schönstatt-Patres beim Einzug
La familia de Schoenstatt acompaña a los novicios The Schoenstatt family accompanies the novices Die Schönstattfamilie begleitet ihre Novizen
Entran con la Auxiliar de la Campaña del Rosario Entrance procession with the Auxiliary of the Schoenstatt Rosary Campaign Einzug mit der Auxiliar der Kampagne
Durante la Misa During Mass Während der Messe
Los novicios en el Santuario The novices in the Shrine Die Novizen im Heiligtum
Los novicios con su tunica blanca en el Santuario The novices with their white tunic  in the Shrine Die Novizen  mit dem Sionsgewand im Heiligtum
Fotos: Fredy Aguero Album de fotos – photo album - Fotoalbum

PARAGUAY, Estela Franco. El sábado 8 de julio, día del aniversario sacerdotal del Padre Kentenich, en Tupãrenda -Nación de Dios, corazón de América- 24 jóvenes del noviciado Iberoamericano de Tupãrenda recibieron la Túnica de Sión, la vestidura litúrgica de la Comunidad de los Padres de Schoenstatt. Son 24 jóvenes que han iniciado su camino al sacerdocio de Cristo, según el carisma y ejemplo del Padre Fundador, José Kentenich.

La forma y el color de la vestidura representan a María, la Virgen Inmaculada, y evoca a los moradores de Sión, la eterna ciudad de Dios. El color blanco representa la vida virginal, el Cíngulo simboliza la obediencia evangélica y la sencillez de la vestidura expresa la pobreza.

Ser de Cristo hasta el final

La ceremonia estuvo presidida por el Padre Antonio Bracht, superior regional del Brasil, el Padre Juan Pablo Catoggio, superior de la Región del Padre (Paraguay, Uruguay y Argentina) y el P. Mariano Irurueta, superior de la Provincia Pentecostés (Chile) así como otros 15 padres de Schoenstatt.

Los familiares de los novicios y la Familia de Schoenstatt llegaron con varias delegaciones de Argentina, Brasil, Chile, México y Portugal.

Escribe Techi Pretel, de la Federación de familias de Argentina: "Acabamos de vivir una experiencia de Tabor, todos los que tuvimos el regalo de estar en Tupãrenda para la Toma de Túnica. El Padre Antonio Bracht dio una homilía espectacular. El signo del tiempo era el mundial de football. Convocó a cada novicio (luego de darles la bienvenida a la Comunidad de los Padres de Schoenstatt) a transpirar la Túnica de Sión si quiere ser campeón para el Reino de Dios. Que cada uno de los 24 novicios, luego de su encuentro personal con Cristo, sea una vida que se entrega, como el grano que muere, para que haya mucha vida. Amar y morir, siendo de Cristo hasta el final, atando vínculos de hermano a hermano. Atar los vínculos de hermano a hermano, eso es morir para dar mucho fruto: para ser hombres nuevos y entregarse a la formación del hombre nuevo, formados según el carisma del Padre Fundador, como discípulos y misioneros de Cristo, y para que en Cristo nuestros Pueblos tengan Vida... por eso en este inicio del camino al sacerdocio, es necesario alejarse un poco para que en el silencio Dios hable… Nos convocó a que todos rezáramos para que ellos sean los campeones de la Mater al transpirar la Túnica de Sión".

Compartiendo la alegría

Los 24 campeones de la Mater son:

Federico Alustiza - Argentina
Matías Vendrell - Argentina
Matías Clavijo - Argentina
Lucas García – Argentina

Juan Le Vraux - Argentina
Ignacio Siri – Argentina

Edson Golçalves da Cruz - Brasil
Julio Fabiano Rodrigues - Brasil
Tito de Morais Parizotto - Brasil

Ailton Brito - Brasil
Felipe Antonio Pérez - Chile
Claudio Andrés López - Chile
Pierre de Mussy - Chile
Nicolaus Alexander Vorwerk - Chile
Diego Calderón - Chile
Pedro Andrés Larraín - Chile
Gonzalo Augusto Illanes – Chile

Daniel Delfín Martínez - México
José Carlos Sánchez - México
Guillermo Martínez - Paraguay
Juan Carlos Vera - Paraguay
Manuel López - Paraguay
Gustavo González - Paraguay
Gonzalo Cravo – Portugal

A continuación de la Eucaristía, que duró dos horas, se compartió una merienda y un acto cultural folklórico. Todo acabó con un asado de cena con mesas maravillosamente preparadas y el salón de los peregrinos primorosamente decorado. La Familia paraguaya se destacó nuevamente por su gran espíritu de servicio y una maravillosa calidez y sus mil atenciones. Como escribió Techi Pretil en agradecimiento: "Queremos agradecer de modo especialísimo a nuestros hermanos paraguayos quienes con su calidez, alegría, servicio desinteresadísimo dan "hasta que les duele" pero con la mejor de las sonrisas y sin que se note, ese heroísmo silencioso del amor. Nos hacen sentir Familia, Nación de Dios. ¡Que Dios los bendiga especialmente!".