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 published: 2006-06-09

Un hogar para la paz

Inauguración del "Centro Reina de la Confianza" en Gikungu

 

Bendición de la „Casa de la Confianza“ en Burundi

Blessing of the “Center of Confidence” in Burundi

Einweihung des Friedenszentrums “Haus des Vertrauens” in Burundi

 

La casa en la mañana de la bendición, 20 de mayo

The house in the morning of the blessing, May 20

Das Haus am Morgen der Einweihung, 20. Mai

 
 

Tamborileros

Drummers

Trommler

 
 

Da nos la paz...

Give us peace...

Gib uns deinen Frieden...

 
 

Imagenes para la casa

MTA pictures for the house

MTA-Bilder für das Friedenszentrum

 
 

Capital de gracias

Capital of grace

Gnadenkapital

Fotos: Seitzer © 2006

Fotoalbum – album de fotos –photo album

 

 

 

BURUNDI, P. Paul Zingg. La fecha escogida por las Hermanas de María para la inauguración del "Centro Reina de la confianza" fue sumamente simbólica: el 20 de mayo, aniversario del regreso de Dachau del Padre Kentenich, en 1945. Todo estuvo magníficamente preparado para el gran día: la construcción casi terminada en su mayoría, y la dirección, tanto espiritual como en lo organizativo, en buenas manos (las de las Hermanas).

Cuando los tamborileros, vestidos con sus trajes típicos, comenzaron a hacer sonar sus instrumentos a las 9 de la mañana, ya se hallaban reunidos en el lugar muchos peregrinos, dentro y fuera del Santuario, y reinaba un clima excelente. A las 10 comenzó la procesión encabezada por los monaguillos y novicios, seguidos de 18 sacerdotes, el nuncio y el obispo diocesano, Mons. Evariste Ngoyagoye. En el Santuario los esperaba el P. Déogratias Maruhukiro, quien dio la bienvenida a ellos y a todos los fieles. El Obispo bendijo varias imágenes de la MTA para la nueva casa. Una multitud de peregrinos inició la procesión hacia el Centro. Frente a las puertas aún cerradas, el constructor, Sr. Houben, hizo entrega de las llaves a la superiora regional, Hna. Pía Marit, que a su vez se las pasó al Obispo, quien procedió a la solemne apertura de las puertas. El interior de la casa lucía alegre y embanderado. Bajo un sol radiante siguió luego la bendición eclesiástica. El Obispo y los sacerdotes recorrieron los cuatro amplios edificios, para reunirse nuevamente a continuación en el parque, junto a los mástiles de las banderas, donde flameaba ya la bandera de Burundi. Al son de los acordes del Himno de la Familia de Schoenstatt se izaron simbólicamente las banderas del Vaticano y de Schoenstatt.

Quien confía, lo tiene todo

Acto seguido, la procesión se dirigió nuevamente hacia la Iglesia de peregrinos, donde se celebró una solemne Eucaristía acompañada por dos coros juveniles y un encantador grupo de bailarinas. El testimonio de la Hna. Bernita fue impresionante. Es la única sobreviviente de las tres Hermanas pioneras, del tiempo de la fundación. Señaló la importancia del nombre del nuevo Centro en el trasfondo de la historia fundacional, que ella testimonió sobre todo a través de experiencias concretas de confianza - confianza que encontró plena expresión de su significado en el Santuario de Mutumba. "Quien confía, lo tiene todo", dijo la Hna. Bernita, que fue superiora durante muchos años, citando al Padre Kentenich. Antes de la bendición el Nuncio apostólico transmitió un saludo y bendición especial enviados por el Santo Padre para esta ocasión.

Al servicio de una cultura de la paz

Como cierre, se ofreció una recepción a los doscientos invitados en el nuevo Centro. La amplia sala estuvo a la altura de la cena (festiva-de agasajo). La mayoría de los invitados eran schoenstattianos, entre ellos, el nuevo superior general de los Hermanos de María, Sr. Dietger Kuller y una pequeña delegación de Butare, Ruanda. La superiora regional, Hna. Pía Marit, saludó a los invitados al final de la comida explicando brevemente la importancia del Centro al servicio del Movimiento y de la Iglesia, incluso más allá de los límites del país. La intención principal es la formación de la juventud y de las familias al servicio de una cultura de la paz.

Entre dos cantos de los Novicios, el P. Paul Zingg, en nombre de los Padres de Schoenstatt y del Consejo nacional, agradeció a las Hermanas por el empuje que tuvieron para concretar esa magnífica obra. Como regalo ofreció un cáliz con una gran patena, expresión simbólica de la presencia de los Padres y sacerdotes de Schoenstatt en ese Centro y la disposición a trabajar conjuntamente al servicio del Movimiento y de la Iglesia. El ex ministro, Sr. Denis, agradeció cordialmente la invitación y se aseguró de pedir algo más de cerveza. El Obispo pronunció las palabras finales. Como lo había anticipado ya en su homilía, ponderó el esfuerzo puesto de manifiesto en la construcción de esta casa, anhelando que este centro signifique, en vinculación con el Santuario, una gran bendición para la Iglesia y para el país.

Una confianza permanente

En este tiempo en que se avecina la época de sequía, San Pedro organizó el clima en forma magistral: un día soleado con algunas nubes transitorias y dos fuertes tormentas. El primer chaparrón fuerte repiqueteó sobre el techo de la iglesia durante las lecturas de la Santa Misa, y el segundo cayó durante la comida. ¡Un signo de abundantes bendiciones! En la mesa, durante la comida, el Nuncio preguntó: ¿dónde encontrarán las Hermanas fuerzas suficientes para organizar y animar este Centro? Ciertamente es un gran desafío de cara al futuro y una permanente invitación a confiar: ¡Mhc! (Mater habebit curam) ¡La Madre cuidará!

Traducción: aat, Argentina


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Last Update: 13.06.2006 Mail: Editor /Webmaster
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