Un encuentro para conversar... en la cabaña del árbol

Un retiro para crecer en la relación padre-hijo, en el valle del Danubio, Alemania

Padre e hijo en canoa Father and son  canoeing Vater und Sohn im gleichen Boot
Participantes Participants Teilnehmer
Intercambio Padre – hijo Father – son – talk Vater-Sohn-Gespräch
Intercambio Padre – hijo Father – son – talk Vater-Sohn-Gespräch
Intercambio Padre – hijo Father – son – talk Vater-Sohn-Gespräch Fotos: Busse © 2006

ALEMANIA, peb. "Me quedé sorprendido por la profundidad de nuestra conversación", así se expresó, en la evaluación final de la conversación entre padre e hijo, el papá de un chico de 12 años. Seis padres, con sus hijos de entre 10 y 14 años de edad, aceptaron el ofrecimiento de la Juventud masculina y de la Obra Familiar de Schoenstatt de participar en un retiro para padres e hijos en el valle del Danubio. Un atractivo especial, que era para todos un estreno, fue el viaje de tres horas en canoas para dos personas que hicieron el sábado por el curso superior del Danubio, entre Thiergarten y Sigmaringen.

No fue nada fácil timonear la canoa, así que hicieron algunas piruetas involuntarias girando sobre las ondas del río. En verdad, una tripulación tuvo incluso una relación muy cercana con el agua fresca. Pero como allí el río era poco profundo y brillaba el sol, no fue nada dramático. El viernes a la noche – después de la victoria del seleccionado alemán en la apertura del campeonato mundial de fútbol – comenzó el encuentro en torno a una fogata. Luego de la obligada ronda de presentaciones, los padres fueron invitados a contar sus buenas y felices experiencias con Dios, con la fe y con la Iglesia. Los hijos, esta vez sólo como oyentes, aguzaron sus oídos fascinados por los relatos sobre su fe que hacían hombres hechos y derechos. Después de esta ronda de relatos, los hijos desaparecieron para participar en un juego nocturno en el terreno, mientras los padres, en torno a la fogata, conversaban entre ellos sobre sus propias experiencias con sus padres. Ya era medianoche, la luna llena aparecía romántica entre los sauces, cuando con el rezo de la oración de la noche en torno al fuego terminó el primer día de la jornada.

El proceso central: la conversación entre el padre y el hijo

El sábado por la mañana los hijos jugaron al fútbol mientras sus padres discutían sobre el ser varones y padres en el momento actual. La motivación la dio el Padre Elmar Busse. Luego siguió la aventura del viaje en canoa, precedido por las instrucciones que les dio el dueño. A la tarde, el grupo participó de la Eucaristía en la capilla de San Jorge en Thiergarten, en la basílica más pequeña del estado de Baden Württemberg. A continuación, mientras los hijos reflexionaban sobre la calidad de la relación con sus padres – con un cuestionario como guía – el Padre Busse hablaba con los padres sobre los "asesinos" y los "promotores" del diálogo

El domingo a la mañana se produjo el proceso central de este retiro: la conversación entre padres e hijos. Para esto, los padres habían llevado fotos de su propia niñez. En cabañas en los árboles o a la orilla del río, entre las piedras o sobre el prado, cada padre encontró un lugar para dialogar con su hijo. La conversación condujo a una alianza de amor entre el padre y el hijo, en la cual ambos acordaron en lo que podían esperar uno del otro en el próximo tiempo, y en lo que querían regalarse mutuamente. Las actas de la alianza, solemnemente firmadas, fueron depositadas sobre el altar al terminar la Sta. Misa. El contenido es un secreto de los aliados.

Bendición

Después de la comida preferida por la mayoría de los chicos, milanesas con papas fritas, cada padre con su hijo elaboró un collage sobre el tema "el nuevo hombre, entre el ‘macho’ y una segunda madre". Tanto en lo pegado y lo escrito, como en la presentación que siguió, había suficiente material para la risa. Luego todos volvieron a ponerse serios. Los padres y sus hijos se reunieron a orillas del Danubio y los padres, apoyando su mano sobre sus hijos, los bendijeron con la bendición de Aarón (Num 6, 24–26). Los hijos prometieron a sus padres hacer lo mejor con la vida que les fue regalada. En la evaluación final de estas intensas 45 horas, los padres expresaron su deseo de participar el año que viene en otro fin de semana como este. La cita ya está fijada para el 8 al 10 de junio de 2007.

Una especial gratitud a los Bertrand, padre e hijo, que se ocuparon de la organización. Ellos están también dispuestos a continuar informando para la inscripción para 2007: hsc.bertrand@t-online.de.

Traducción: aat, Argentina