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 published: 2006-06-20

Escocia descubre al Padre en su exilio

Completando el retrato de la vida del Padre Kentenich- Peregrinación de la familia de Schoenstatt escocesa a Milwaukee

 

La peregrinación de Escocia en Lago Michigan

The Scottish group by Lake Michigan

Die Pilger aus Schottland am Michigan-See

 

El cuadro de la MTA recibe una guardia de honor por parte de la Juventud Femenina de Milwaukee

The MTA picture is given a guard of honour by Milwaukee girl´s youth

Das MTA-Bild bekommt Ehrengeleit durch eine Gruppe der Schönstatt-Mädchenjugend von Milwaukee

 
 

Los peregrinos, de visita en la casa del matrimonio Horn, posan frente al Santuario Hogar

The pilgrims as guests of Mr. and Mrs. Horn, leaders in the Family Movement, posing in front of their home shrine

Die Pilger zu Gast im Hausheiligtum von Ehepaar Horn

 

Coronación de Mayo

May Crowning

Mai-Krönungs-Feier

 
 

Hna Margareta con el simbolo del Espiritu Santo para el Santuario de Escocia

Sister Margareta with the Holy Spirit Symbol for the Scottish Shrine

Schwester Margareta mit dem Heilig-Geist-Symbol für das Heiligtum in Schottland

 
 

Banderas de varios países latinoamericanos portadas por escoltas celtas

The flags of some  Latin American nations carried by celtic standard bearers

Fahnen lateinamerikanischer Länder in keltischen Händen…

Fotos: Savage © 2006

 

 

 

USA/Escocia, Vanya Gobbi: "Somos la generación eslabón, que no conoció al Padre Kentenich en persona pero sí a gente que lo ha conocido. Aquí se nos abre una puerta hacia la persona del Padre Kentenich. Seremos testigos de su carisma" –Padre Miguel Savage. Un grupo de escoceses fue parte de una primera peregrinación histórica a Milwaukee, del 19 al 29 de mayo de 2006, en la que cruzaron el Océano Atlántico para entrar en contacto con el Padre Kentenich en el país donde vivió durante los años de exilio. A lo largo de doce días de oración, testimonios y encuentro, los peregrinos captaron en profundidad al Padre en su época de exilio, de manera personal, recorriendo los diferentes santuarios, centros y casas de Wiscosin y Chicago. El grupo estuvo acompañado por el símbolo del Espíritu Santo destinado para el Santuario de Escocia. Esta paloma simbólica se unió a la peregrinación haciendo extensivo así su recorrido por Santuarios y hogares schoenstattianos antes de ser entronizado sobre el tabernáculo del Santuario de Escocia.

La experiencia personal de la Hna. Petra en relación al exilio del Padre sirvió de ayuda a los peregrinos para situarse en el contexto de ese período de la historia del movimiento. En su primera charla la Hna. Petra trazó un bosquejo de los acontecimientos en torno a los años del Padre Kentenich en el exilio. Comenzó este relato desde sus orígenes, con la partida del Padre de Alemania en 1951 pasando por Suiza y Sudamérica hasta su arribo definitivo a Milwaukee. Esta charla fue seguida por una visita a la Casa del Padre, que originariamente era una casa de labranza en la época en que las tierras todavía formaban parte de un criadero de chanchos, a principios de los años 60.

Aquí el grupo experimentó un vínculo especial con el Padre en su exilio, a través de objetos personales suyos, como el teléfono original que dio lugar al crucial llamado requiriendo el regreso del Padre a Roma.

Mientras tanto, desde afuera el grupo escocés alcanzaba a oír la llegada de la juventud femenina reunida para su celebración de coronación. Las jóvenes formaron una guardia de honor, con flores en sus manos, acompañando el ingreso del cuadro de la Mater a la casa. Para los peregrinos recién llegados ver las risas, cantos y oraciones de las chicas hizo que el centro cobrara vida y forma desde su perspectiva.

Solemne presentación

A continuación, la peregrinación se dirigió al Santuario del exilio en la ciudad de Milwaukee. Situado junto a la antigua Iglesia de la Santa Cruz y la casa de los palotinos, luce casi igual que en los años 50 y 60. El grupo se encaminó lentamente en procesión por la avenida para este contacto inicial con el Santuario del exilio, lo que resultó ser muy efectivo a la hora de captar el sentido tan trascendental de este Santuario y el tiempo del exilio, que demandaron tantas millas de viaje tan sólo para poderlos experimentar. La visión tridimensional de los edificios y el entorno general, descubriendo la relación que existe entre ellos, hace que la "presencia" del Padre Kentenich se materialice. Los peregrinos visitaron también la casa del Movimiento donde los grupos de matrimonios alemanes y americanos se reunían a menudo con él, los lunes por la tarde especialmente.

El símbolo del Espíritu Santo escocés llegó con el grupo para permanecer un tiempo en todos estos lugares.

En el Santuario internacional, la Hna. Petra dio una breve charla, en la que transmitió que el 18 de octubre de 1964, Jubileo de Oro de la familia de Schoenstatt, el Padre Kentenich celebró misa en este santuario. Ese mismo día la Iglesia separaba a Schoenstatt de los Palotinos.

Misa con el Padre Kentenich

Más tarde, el Padre Savage celebró misa en "la capilla de San Miguel" que está en el sótano de la Casa del Padre. Los muebles originales fueron trasladados desde la cripta de la auténtica capilla de San Miguel en el centro de Milwaukee, donde el Padre Kentenich celebraba misa todos los domingos. Los peregrinos escucharon hablar de las prédicas del Padre: "Sus prédicas dominicales eran un hito. El Padre Kentenich tenía un don para transmitirlas verdades centrales de la fe. Sus prédicas eran instructivas, esclarecedoras y educativas, apuntaban a educar a la gente como maestros de vida a partir de la fe cristiana y dar orientaciones prácticas para la vida".

El Padre Savage expresó: "Somos la generación eslabón, que no conoció al Padre Kentenich personalmente pero sí a gente que lo ha conocido. Se nos abre aquí una puerta hacia la persona del Padre Kentenich. Seremos testigo de su carisma".

El grupo de peregrinos escoceses visitó también Johnson Creek, ciudad natal de Gilbert Schimmel, un schoenstattiano de la época del exilio que hoy día es candidato a la beatificación.

Más tarde el grupo fue recibido con gaitas a su llegada a la casa de Chuck y Lucille, que en el pasado se unieron a la peregrinación escocesa a Roma.

Después de esta visita, el Padre Deiter Haas, de los Padres de Schoenstatt, dio una charla en profundidad sobre los motivos que dieron origen al exilio del Padre Kentenich. La Hna. Petra le recordó al grupo la certeza que tenía el Padre Kentenich de que "sin Santuario no puedo hacer nada - desde el Santuario Ella obra milagros".

Pasado y presente se unen en el Santuario

El grupo fue recibido en Madison por la Hna. Elizabeth, cuando se aprontaban a la experiencia de conocer el Santuario del Fundador, primer Santuario en suelo norteamericano. Ella contó que, como postulante, el Padre Kentenich le dijo que si Schoenstatt quería crecer, había que construir un Santuario. La Hna. Elizabeth compartió sus encuentros personales con el Padre Kentenich, incluso su primera impresión de ese anciano sacerdote que "caminaba con paso tan juvenil y es tan vital, tan cálido". Este Santuario fue trasladado físicamente a su lugar actual en 1979 y continúa derramando innumerables gracias y dones, dando cobijamiento días atrás a 26 familias y 80 niños que participaron de un campamento, en el que dos mamás sellaron su Alianza en la Rama de Madres.

La peregrinación abarcó también Schoenstatt Heights, bautizado con ese nombre porque desde allí puede verse la ciudad de Madison desde arriba. La Hna. Petra comentó que ambos Santuarios, el de Schoenstatt Heights y el de Milwaukee, fueron construidos por las manos sacerdotales de los Padres palotinos.

El ministerio del Padre cambia vidas

La peregrinación al lugar de exilio incluyó también visitas a familias que tuvieron una experiencia personal con el Padre Kentenich, que compartieron esa presencia transformadora de vida que tenía el Padre Kentenich en sus años de exilio, lejos de su Schoenstatt original.

Su primera visita fue a Hank y Dorothy Gemeinder, un matrimonio fundador de Schoenstatt que ha sido dirigente de la Obra Familiar durante 25 años. La Sra. Gemeinder le contó al grupo escocés sobre su primer encuentro con el Padre en la primavera de 1953 cuando ella y Hank no se hablaban y ella se rehusaba a hablar con el Padre Kentenich. El Padre, de manera muy cariñosa y paternal, le hizo algunas preguntas, y ella a la larga terminó desahogándose por completo con él. Dijo que era como hablar con Jesús en persona.

Los peregrinos fueron cariñosamente recibidos también por la familia Horn, que impactó al grupo con su generosa hospitalidad y su profundo testimonio del impacto que ejercía el Padre Kentenich. La familia Horn formaba parte del grupo de matrimonios del Padre que trabajó con él durante muchos años en esta línea. Su primer encuentro con él fue en 1960, habiendo escuchado hablar de él como un pastor y amigo que trabajaba incansablemente para las muchas familias que luchaban por establecerse en los Estados Unidos. Uno de los regalos que les dejó él fue la riqueza del Santuario Hogar, donde se les pedía a las familias que le dieran un lugar de honor a María en sus casas. El Sr. Horn le regaló al grupo un trozo de madera con la que restauró el altar del Santuario del Exilio, después del Concilio Vaticano II, que los peregrinos decidieron incorporar como ojos en el símbolo del Espíritu Santo, para de esta manera, como indican las palabras, ser capaces de ver ellos también con los ojos del exilio.

Una visita a los Fenelon y los Yank en Brookfield resultó ser otra maravillosa experiencia más de peregrinación. La familia hospeda estudiantes, y conoció por primera vez al Padre Kentenich por intermedio de Joseph y Mae Wacker en las famosas reuniones de los lunes por la tarde en 1958, y más tarde el Padre Kentenich visitó la casa de los Fenelon y los Yank para bendecir sus santuarios hogares en 1959.

Abriendo el corazón a Dios

De regreso en Milwaukee, los peregrinos siguieron las huellas del Padre dirigiéndose a orillas del Lago Michigan. Aunque la imagen del Padre Kentenich de pie a la orilla del lago es casi un icono para el movimiento, el Padre estuvo muy pocas veces allí ya que no se daba el lujo de tomarse tiempo para ir de paseo. Aún así, la visita fue muy significativa, y uno de los peregrinos, John Shalloo, pudo concretar su deseo de estar a orillas del agua en el mismo lugar donde el Padre estuvo parado y por el que transitó, con el lago Michigan de frente.

El grupo incorporó un retiro de silencio a su experiencia de peregrinación. La Hna. Petra les hizo saber que la gente de grandes metas son gente de mucha oración, y los que rezan mucho tienen una apertura muy grande a Dios, y están capacitados para percibir la voz del alma a lo largo de su viaje de regreso a la Casa del Padre. Varios del grupo fueron a la Casa del Padre a escribirle cartas al Fundador expresándole sus sentimientos y pensamientos. Más tarde ese día rezaron el rosario de camino aHoly Cross, donde caminaron un rato por el cementerio donde solía pasear el Padre.

Lágrimas y festejos

Dos matrimonios de esta peregrinación, Susan e Ian Millar y John y Mary Wallace, sellaron su Alianza de Amor con la Mater, comprometiéndose de manera especial a vivir el ideal del matrimonio católico con amor y fe, haciendo de su familia y de su hogar un santuario vivo. Fue en el marco de una misa bellísima, y la consagración de estos dos matrimonios fue sumamente emotiva y conmovedora para quienes asistieron.

A su regreso a la Casa, después de la misa, le esperaba al grupo una gran sorpresa: las Hermanas de Waukesha agasajaron a los peregrinos escoceses con un festejo, con velas en las mesas, vino y una cena deliciosa, culminando la noche con bailes folclóricos escoceses.

Corona de rosas

El grupo de peregrinos aceptó con todo gusto la invitación de unirse a la procesión hispánica y a la Santa Misa en celebración de la Coronación de la MTA que en Norteamérica equivale a la festividad de la Ascensión. El símbolo del Espíritu Santo se sumó también a la procesión junto con las numerosas banderas y estandartes que conmemoraban la celebración. Todos llevaban una rosa roja para aportar a la Corona de flores que iban armando, y muchas Hermanas rauda y artísticamente confeccionaban la corona a medida que les entregaban las flores. Las señoras escocesas habían preparado también una hermosa corona de flores, utilizada más tarde para coronar el cuadro de la Mater. La misa fue concelebrada por tres sacerdotes, el Padre Michael, el Padre Robert Mueller y el Padre Dieter Haas. Estuvieron representados los países de México, Puerto Rico, Chile, República Dominicana, Ecuador, Alemania, Estados Unidos y, desde luego, Escocia. Año a año coronamos a nuestra Madre, que este año fue coronada como Madre de la Esperanza y Reina de la Paz. Paz en nuestro país, paz en la Iglesia y paz en el mundo. La coronamos también como Reina de la Vida, un don tan precioso.

El contenido de este artículo fue extraído del diario de la peregrinación escocesa, con palabras textuales testimoniadas personalmente por diversos peregrinos en su visita al lugar de exilio. Ver

Traducción: Andrea Prestia/mca, Buenos Aires, Argentina

 


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Last Update: 28.06.2006 Mail: Editor /Webmaster
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