Vínculo: Lazo de unión y diálogo para nuestra familia

Entrevista a Octavio Galarce, el "alma" del Vínculo

El equipo de „Vinculo“ The team of „Vinculo“ Das Team von “Vinculo”
Octavio Galarce, „alma“ de la revista Octavio Galarce, “soul” of the magazine Octavio Galarce, “Seele” der Zeitschrift
Tapa de “Vinculo 200” Cover of “Vinculo 200” Titelblatt der 200. Ausgabe von “Vinculo”
En la oficina de Octavio Galarce In Octavio Glarace’s office Im Büro von Octavio Galarce Fotos: Vinculo © 2006

CHILE, Paula Christensen. En mayo de 2006, salió el número 200 de Vínculo, revista del Movimiento de Schoenstatt en Chile. Vínculo no sólo circula hace 22 años, sino que se ha redactado, se ha corregido y ha salido de imprenta 200 veces. Y junto a esas 200 veces que se ha publicado un ejemplar de Vínculo, ha estado muy involucrado Octavio Galarce Barrera, quien desde Rancagua, junto a algunos Padres de Schoenstatt y laicos asumió la tarea de iniciar una revista informativa para toda la Familia. En el acta oficial de la reunión donde se decidió iniciar esta revista el 21 de octubre de 1984 se lee: "VINCULO quiere ser el medio que allane los canales de comunicación interna de la Familia nacional. Por ello, su meta principal será estar al servicio de la circulación de vida, de modo que ésta pueda regalarse de una Familia local a otra, de una rama a su igual de otro santuario".

Desde ahí en adelante no ha habido número que no haya diseñado y "editado" Octavio. Si bien en esta tarea no ha estado sólo, no hay duda que sin el trabajo silencioso, dedicado y eficiente que realiza para cada número, el Vínculo no sería el Vínculo y probablemente nuestra Familia de Schoenstatt jamás hubiera tenido una revista con la continuidad que cumplimos hoy. Actualmente nadie podría poner en discusión que el Vínculo es una importantísima fuente de información para la historia de Schoenstatt en Chile.

Y por eso es que justamente en este número queremos conocer un poco más de Octavio, su historia de compromiso con la Mater, sus motivaciones de cada día para seguir haciendo el Vínculo, su "chifladura" y sus sueños para el futuro. Saber también un poco de las crisis y dificultades que se experimentan para mantener 200 números publicados durante 22 años seguidos, con escasos recursos y débiles colaboradores.

Octavio conoció Schoenstatt en noviembre del ’73, invitado por un amigo, ingresó al grupo a Cruzados de María y selló su Alianza de Amor al año 75. Fue estudiante de Administración de Empresas hasta que sintió la vocación sacerdotal. Él mismo nos cuenta su proceso de ese entonces: "Cuando estudiaba Administración de Empresa, en la UTE – Santiago, comencé a discernir lo que yo creía en ese entonces, era mi vocación. Luego de un tiempo postulé y quedé aceptado en la Comunidad de los Padres de Schoenstatt. A mediados del ’77 me fui a Alemania. Entre muchos otros regalos, viví en Schoenstatt, durante el Noviciado, cerca de un año. Allá descubrí que el sacerdocio no era mi camino y que Dios por alguna razón me había regalado ese tiempo tan intenso y tan hermoso, y que el futuro se encargaría de hacerme ver el por qué de los misterios del camino del Señor. Volví a Chile a fines de enero del ’79 y me integré en plenitud y con más fuerza a la Juventud y a la Familia de Rancagua". Octavio sigue viviendo en Rancagua actualmente, está casado con Patricia Collado a quien conoció en la Juventud Femenina el año ´74. Tienen cuatro hijos, Ricardo, Mª Belén, Martín y Joaquín, quienes no se salvan de ayudar al papá cuando necesita apoyo para sacar el Vínculo adelante a fin de mes.

Vínculo lleva 200 números y tú has estado trabajando desde los inicios. ¿Cómo nace Vínculo?

– Con motivo del Centenario del nacimiento del Padre Kentenich, junto a otro matrimonio con quienes editábamos "La Ermita", informativo de la Familia de Rancagua, propusimos en la Jornada Nacional de Dirigentes del año ’84, sacar una revista informativa que ayudara a difundir todo lo que se pensaba realizar para la celebración de este gran acontecimiento, incluso tenía nombre: Centenario. No pasó nada inicialmente.

El P. Luis Ramírez y el P. Carlos Cox, luego de una reunión del Consejo de la Central de Asesores realizada el 4 de octubre del ’84, decide invitar a varias personas para abordar este proyecto y regalarle al Padre, para el 18 de noviembre, los primeros pasos para un informativo de la Familia.

El 21 de octubre de 1984 se realiza este encuentro y nace Vínculo. En un acta oficial redactada en esa ocasión se deja constancia:

"De acuerdo en que la edición de un medio de prensa será una respuesta e impulso eficaz a la necesidad de dar un cauce a la comunicación al tiempo que una ‘ayuda’ concreta a la acción del Espíritu Santo en su ardua labor de esta etapa 1984-1985, los participantes en este encuentro decidieron dar vida a VINCULO. En el nombre, hay una doble significación: constituirse en lazo de unión y diálogo, y simbolizar el ideal del 31 de Mayo –como cruzada de vinculaciones– que el Padre Fundador legara a nuestra Familia chilena y al Schoenstatt latinoamericano.

¿Cuál ha sido la motivación profunda que te ha llevado a trabajar en la revista por 22 años, mantenerte fiel y con la llama encendida cada mes?

– Vínculo desde sus inicios ha hecho un aporte significativo para que seamos verdaderamente una Familia. Creo firmemente que ésta es una de las fortalezas de Schoenstatt. En un espíritu tan federativo como está estructurada nuestra Familia, apelando a la generosidad de cada uno de sus estamentos e integrantes, la revista en cada edición quiere que nuestros lazos se profundicen para que actuemos siempre con espíritu de cuerpo, con un Padre y misión común.

Nuestro Padre impulsó fuertemente, en los inicios de Schoenstatt, la revista MTA. Para él era muy importante difundir la vida que Dios suscitaba en y a través de las personas. "La vida se enciende en la vida". Este principio y manera de actuar del Padre Kentenich me anima y compromete con mucho ardor cada mes.

¿Han habido momentos difíciles en esta trayectoria? ¿Cuáles?

– Lamentablemente nuestros momentos más difíciles están unidos al tema económico. El trabajo en equipo ha sido siempre muy gratificante con cada una de las personas que hemos compartido la tarea y misión a lo largo de estos 22 años.

No han sido pocos los momentos difíciles, pero la Mater se ha encargado en cada oportunidad de allanar el camino y las dificultades que se nos han presentado. En más de una oportunidad le hemos dicho ante un hecho de esta naturaleza "hasta aquí llegamos… a menos que tú te muestres como nuestra Reina". La verdad es que hemos experimentado ante la magnitud de las dificultades, que la Mater quiere que sigamos y perseveremos en esta misión.

¿Cómo es la satisfacción que sientes el día en que cada mes, Vínculo sale de la imprenta?

– En 22 años, de marzo a diciembre, doy gracias a Dios y a la Mater porque permite que Vínculo se convierta, mes a mes, en una "Buena Nueva". Es una gran satisfacción y alegría por el esfuerzo desplegado por el equipo editor y nuestros corresponsales, quienes con generosidad y mucho cariño ayudan a que cada número se convierta en fuente de alegría para tantos personas que esperan saber de la Familia y de sus hermanos en la fe a través de Vínculo.

La Kiki, nuestra editora por varios años, apenas recibe la revista me llama para decirme que "este número está mejor que el anterior". Ella es muy delicada y cariñosa; sabe del esfuerzo que hay detrás, y mes a mes me anima, al igual que otras personas, a seguir comunicando la vida y el testimonio de tantos schoenstattianos que se esfuerzan a diario por construir el reino del Padre aquí en la tierra.

Me imagino que hay algunos números a los que les tienes especial cariño y nunca vas a olvidar. ¿Cuáles recuerdas?

– La edición especial realizada con motivo del Jubileo de los 50 años de la Misión del 31 de Mayo fue extraordinaria. Fueron 52 páginas a todo color y en 4 idiomas: inglés, alemán, portugués y español. Trabajamos intensamente y salimos al mes siguiente con ese número especial: Junio – Julio 1999 / Nº 132-133.

Hace un año con motivo de la muerte de Juan Pablo II realizamos una muy buena recopilación de palabras dirigidas por él a la Familia y a algunas Ramas, Institutos y Federaciones de Schoenstatt, además de testimonios y comentarios. Esa edición especial "Amó a la Iglesia", de 24 páginas fue realizada también a todo color. Ambas ediciones especiales e históricas están disponibles y aún se pueden adquirir.

¿Crees que Vínculo cumple su objetivo? ¿Cuál es tu sueño?

– El trabajo que realizamos como equipo editor cumple mes a mes su objetivo, pero es sólo una parte del todo. Me gustaría que Vínculo pudiera llegar a más personas de nuestra Familia.

Me asiste la plena convicción de que si en Chile no tuviéramos un informativo de las características de Vínculo, muchos dirían ¡no puede ser! Pero como existe y está ahí, es como todas aquellas cosas evidentes que no son valoradas en su real aporte.

Mi sueño es que el esfuerzo y dedicación de todos haga posible que la revista pudiera llegar a todo schoenstattiano. En este sentido le pido a cada uno de nuestros fieles suscriptores que habitualmente nos leen que se conviertan en nuestros promotores y difusores.

¿Cómo se podría potenciar una mayor penetración de Vínculo en Santiago y las regiones?

– Contactando a personas que al igual que nosotros se sientan llamados a impulsar esta corriente de vinculaciones: persona a persona, rama a rama, ciudad a ciudad, y que quieran ser el rostro más visible y cercano de Vínculo en sus entornos más inmediatos. Ojalá pudiera crecer nuestra red de corresponsales y de encargados de suscripciones. Las puertas están abiertas a todos los que se quieran incorporar a esta tarea, sólo tienen que contactarse con cualquier persona del equipo, llamarnos por teléfono o enviarnos un mail.

¿Cómo ha influido en tu familia y vida personal este trabajo fiel durante tantos años en Vínculo?

– Patricia y mis hijos saben y conocen perfectamente de mi "chifladura". En más de alguna oportunidad me han dicho que Vínculo es como otro "hijo" más para mí. Ellos me han ayudado en varias oportunidades a realizar el despacho, especialmente cuando va algún inserto. A fines de febrero de este año, mis 4 hijos trabajaron varias horas en el despacho de más de 1.100 ejemplares de la revista con una carta a la Rama Familiar de Santiago Cordillera. Hubo un tiempo en que Patricia debía leer todo el material del mes para evitar errores ortográficos y de redacción. Permanentemente están al tanto de lo que mensualmente hago por la revista, ya sea por mis viajes a Santiago a reunión de pauta, por el despacho o mis continuas idas al Correo a enviar correspondencia.