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Consagración episcopal en Cerdeña - Mons. Dr. Ignacio Sanna, Arzobispo de Oristano

Entrada Entrance procession Einzug
Imposición de manos Imposition of hands Handauflegung
Rito del evangelio Rite with the Holy Scripture Ritus mit dem Evangeliar
Aqui estoy… Here I am… Bereit…
Celebración de la Santa Misa, la primera vez como obispo First Holy Mass as bishop Erste Messe als Bischof Fotos: www.ignaziosanna.com © 2006

ITALIA, Mons. Peter Wolf. El 25 de junio Mons. Ignacio Sanna –miembro del Instituto de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt– recibió la consagración episcopal. Ese mismo día tomó posesión de su cargo como Arzobispo de la arquidiócesis de Oristano. La ceremonia de la consagración se transmitió por televisión –en vivo– a toda Italia. El Cardenal Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal italiana, recordó en su homilía la bendición del Santuario de Schoenstatt en Belmonte que él presidió en septiembre de 2004 y cuyo primer rector fue Mons. Ignacio Sanna, el hoy recién consagrado Arzobispo.

Doce integrantes de la comunidad del Instituto de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt viajaron a Oristano, en Cerdeña, pues querían conocer algo de la ciudad y de la arquidiócesis en la que el 25 de junio sería consagrado obispo su cohermano Mons. Ignacio Sanna. Con curiosidad buscaron la catedral en medio de la ciudad de Oristano, que tiene 32.000 habitantes, y se encontraron ante una construcción en parte de estilo románico, en parte gótico y en parte clásico, con un impresionante campanil separado del templo. La catedral está bajo el patrocinio de María Asunta al Cielo, representada en una gran imagen barroca, sobre un altar mayor aún más grande, claramente renacentista.

Una réplica de la campana del Santuario de Belmonte

La misma tarde se encontraron con su co-hermano Mons. Sanna, que estaba muy sereno de buen ánimo y compartió con ellos un largo tiempo. El sábado por la mañana concelebraron la Eucaristía con su cohermano en la pequeña capilla barroca de la casa arzobispal. Podía palparse cuanto valoraba el sentirse acompañado en la víspera de asumir su nueva tarea y ante el nuevo panorama que se abre a partir de ahí.

Al concluir la Eucaristía le entregaron una réplica más pequeña de la campana del Santuario de Roma, que lleva la leyenda "Vocatos voco" - llamo a los llamados. Ella le recordará en el futuro el Santuario de Belmonte, del que fue su primer rector y sigue siéndolo hasta hoy.

Después quedó aún tiempo para hacer un viaje hasta San Juan de Sinis y a la antigua ciudad portuaria de Tharros, sobre el mar. El P. Mengedodt, deán en Wesel, convertido en un estudioso de la interesante historia de Cerdeña, informó sobre los altibajos en casi 4000 años de historia en la iglesia de San Juan. Recorrieron las ruinas de la ciudad que fundaron los romanos junto al mar, bajo un fuerte sol y una leve brisa marina. Las ruinas y el interesante trazado de la antigua ciudad romana despiertan la fantasía.

Teólogo reconocido y hombre de espiritualidad

Aprovecharon el domingo por la mañana para un tiempo de reflexión espiritual, tal como invita a hacer el Centro Espiritual donde se alojaron esos días, junto al santuario mariano de la arquidiócesis. La siesta les ayudó a superar el impresionante calor de la tarde sarda y recién después partieron hacia la catedral. Veinte obispos y más de doscientos sacerdotes pasaron entre la multitud a su ingreso a la catedral, donde el nuevo Arzobispo recibió una cordial bienvenida entre fuertes aplausos y exclamaciones.

La catedral estaba repleta, y muchos quedaron en la plaza, siguiendo la ceremonia desde una pantalla gigante. La consagración se transmitió por televisión, en vivo, a toda Italia. El Cardenal Ruini, Vicario general del Santo Padre para Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, fue el celebrante principal y en su emocionante homilía presentó a Mons. Ignacio Sanna como un reconocido teólogo, altamente calificado, y al mismo tiempo como un hombre de honda espiritualidad, vinculado con la comunidad sacerdotal y el Movimiento de Schoenstatt. El Cardenal mencionó también el Santuario de Belmonte, bendecido por él en 2004. Sus palabras reflejaron mucha simpatía hacia el nuevo Arzobispo y por Schoenstatt y el Santuario de Belmonte.

Una cordial bienvenida al nuevo Pastor

Es emocionante ver al cohermano postrado en el suelo durante las largas letanías de los santos, y compartir con él la vivencia cuando el Cardenal y los obispos le imponen las manos, cómo apoyan sobre él el libro abierto de los evangelios, cómo recibe el anillo, la mitra y el báculo de su predecesor y es guiado a la cátedra.

Luego preside por primera vez la Eucaristía como Obispo en medio de su diócesis, y los obispos y sacerdotes concelebran con él. La distribución de la comunión dentro de la catedral y en la plaza parecía no tener fin. Había unas cinco mil personas. Para la bendición final el recién consagrado Arzobispo atravesó la catedral y se quedó ante la plaza. Continuamente se podía ver cómo la gente tomaba su mano con la que bendice para besarla. De vez en cuanto se tenía la impresión de que se perdía entre la multitud. Luego de un cuarto de hora pudo volver nuevamente al altar.

Bajo la protección de María

Desde allí dirigió su primera alocución a su nueva diócesis. En sus palabras de gratitud por este momento, mostró la gran riqueza de sus múltiples relaciones con quienes lo acompañaron en el camino de su sacerdocio. Aprovechó también la oportunidad para saludar en alemán a sus cohermanos del Instituto y a los participantes del Movimiento de Schoenstatt de Alemania. Evidentemente era para él una gran alegría que ellos lo acompañaran en este día y celebraran con él.

El día siguiente a la consagración lo pasó con sus hermanos del Instituto de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt. Juntos hicieron una excursión a su pueblo natal, Orune, en los montes, y visitaron la tumba de sus padres. También visitaron a su hermano, que hasta el día de hoy tiene en su casa una habitación para uso del nuevo arzobispo. En Desulo, el lugar de mayor altitud de la arquidiócesis (unos 1.000 metros) visitaron a una comunidad diocesana de religiosas, que lo agasajaron como a un rey. A la tarde, el nuevo Arzobispo junto con sus cohermanos y una gran cantidad de gente, celebró la Eucaristía en el santuario mariano de la arquidiócesis, cerca de la ciudad. Allí puso todo su servicio episcopal bajo la protección de María, tal como lo expresa también su escudo.

Traducción: aat/mca, Argentina