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 published: 2006-05-09

Esperanza a la sombra del Santuario de Bellavista

Ayuda a mujeres que sufren las consecuencias de un aborto provocado

 

El Proyecto Esperanza en Congreso Mundial de Familia México

The Project “Esperanza” at the World Congress of Families in Mexico

Das Projekt “Esperanza” beim Welt-Familienkongress in Mexiko

 

Capacitacion,  noviembre de  2005

Capacitation, november 2005

Ausbildungsgruppe im November 2005

 
 

Equipo capacitado

The team with their certificates

Nach der Zertifikatüberreichung

 
 

Equipo en Santuario

Team in the Shrine

Team im Heiligtum

 
 

Finalizacion del curso de capacitación

Closing of a capacitation course

Abschluss eines Ausbildungskurses

 

Inauguración de un curso de capacitación

Start of a course

Einführungskurs

 
 

Presentación en Congreso Provida Chile

Presentation at the Pro Life Congress in  Chile

Vorstellung beim Lebensschutz-Kongress in Chile

Fotos: Bunster © 2006

 

 

 

CHILE, Elizabeth Bunster/mkf. Esperanza – es el nombre de un camino de reconciliación y de perdón al Encuentro del Amor y Misericordia de Dios, basado en el Proyecto Raquel, creado en 1985 en Milwaukee y difundido en todas las Diócesis de Estados Unidos. En Chile nace en 1999, a la sombra del Santuario de Schoenstatt de Bellavista, iniciado por un grupo de profesionales laicos, asesorados y acompañados por sacerdotes de este mismo Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

Fue durante la "Semana por la Vida" celebrada en Alemania, cuando Elizabeth Bunster, con su marido, miembros de la Federación de Familias de Chile, dejó un testimonio en el foro (meeting ) de schoenstatt.de : "Que bueno saber que podemos compartir como hermanos de Alianza y de misión en un espacio virtual. Sin duda como decía nuestro querido Papa Juan Pablo II , es necesario ocupar los nuevos medios de internet para unir las fuerzas para evangelizar, especialmente en torno a Cristo. Con ello, unir ideas y tareas ...

Quisiéramos poner a disposición de quienes estén interesados nuestro apostolado que trabajamos hace 7 años en el mismo Santuario, llamado proyecto Esperanza de acompañamiento pastoral a personas, especialmente mujeres que han sufrido la experiencia de un aborto provocado y sufren el síndrome post aborto. Ha significado acompañar pastoralmente en el dolor, a veces de muchos años de mujeres que han vivido alejadas, sufriendo la soledad, y se han reencontrado con el amor y misericordia de Dios. Les pedimos oraciones para que la Mater siga construyendo y sanando a tantas personas y si alguien, especialmente en América Latina necesita más datos o conocer o empezar este trabajo en su ciudad , aquí estamos para ayudar...unidos en la misión por una cultura de la vida, en el continente de la Esperanza, les saluda ..."

El síndrome post-aborto: la vida nunca va a ser lo mismo...

"Esperanza" es un acompañamiento pastoral realizado para mujeres, hombres y familias que han experimentado la pérdida de un hijo antes de nacer, especialmente por un aborto provocado. Esta atención es brindada por profesionales, con un enfoque pastoral, que tiene como finalidad facilitar un proceso de aceptación, reconciliación y de encuentro con el hijo, a la persona que sufre el síndrome post-aborto, con una actitud de acogida, comprensión y confidencialidad. Para comenzar con el proyecto, fueron facilitados los contactos con Vicki Thorn y el apoyo de materiales para iniciar esta labor en Chile, por el Sr. Dan Zeidler, desde Milwaukee, presidente de Family Life Council y representante de Alianza Latinoamericana para la Familia (ALAFA) en Estados Unidos.

Hay muchos que rotundamente niegan que el aborto tiene consecuencias en la mujer, en el hombre, hasta en los familiares... Hay otros que recién con el estudio del síndrome de post-aborto quieren abrir la discusión sobre la protección de la vida, no sólo mirando a la vida del bebe nonacido sino a la vida de su madre también, que "nunca va a ser lo mismo", como dice Vicky Thorns.

Una sensación de vacío, ansiedad, soledad, remordimiento, un sentimiento de culpa, rabia, dolor, un profundo daño en el autoestima, depresión, hasta intento de suicido, desajuste en la relación con la familia y demás personas – son sólo algunos de los síntomas del síndrome post-aborto en la mujer. El hombre niega su tristeza y a interiorizar el sentimiento de pérdida, y muchas veces expresa sus sentimientos a través de la ira, agresividad, control, por miedo a que su masculinidad sea puesta en duda.

Mi vida antes y después del aborto

Un mujer joven, que participó del programa de Esperanza, cuenta su experiencia:

"Hace un tiempo atrás, cuando yo pensaba en mi vida, la dividía en dos, antes del aborto y después de él.

Antes del aborto, como una vida llena de proyectos, colores y sueños; después del aborto es como si la luz que tenia en mi vida se hubiese apagado, todos los sueños y proyectos no podían ser pensados por mí, yo sentía que no me merecía nada, ni siquiera el seguir estando viva. Es como si mi vida se hubiese llenado de oscuridad, desolación y dolor, en donde la palabra amor, felicidad, alegría y familia hubieran sido arrancadas de mi vocabulario y corazón. Yo caí después del aborto en una desesperanza, mi vida se trasformó en una desesperanza y yo me encargué en gran medida de que esto fuera así, ya que si alguien me quería entregar su amor, amistad, yo misma me alejaba de esa persona, ya que tenía un gran miedo de hacer sufrir y de que me hicieran daño nuevamente.

Ahora, al mirar todo lo ocurrido, parece tan lejano, como si hubiera ocurrido hace mucho tiempo atrás; en realidad, al ver todo mi pasado, mi historia de vida, el ser capaz de mirar hacia atrás, se lo debo al proyecto Esperanza, ya que con todo el tiempo que estuve en él he podido recuperar muchas cosas muy importantes para mi vida hoy en día. Una de ellas es creer que nada ocurre porque sí y que detrás de cada cosa que pasa está la mano de Dios, y el que yo haya conocido el proyecto no fue casualidad, fue por que Dios quería que ocurriera así. Sin embargo fue muy difícil en un comienzo, ya que me significó abrir el secreto, volver a abrir la herida, la que yo justamente intentaba cerrar y olvidar".

El proyecto Esperanza cambió mi vida

Sigue relatando la mujer joven: "Cuando comencé a ir al proyecto fue tremendamente doloroso, ya que volvieron miedos e inseguridades, uno de ellos era confiar, mostrarme frágil y con un dolor tan grande por dentro, el que ni siquiera me dejaba llorar; y con todo esto fue precisamente con lo que yo llegué el primer día de sesión. Sin embargo todo esto con el correr del tiempo lo fui recuperando de a poco, fue como si una luz dentro de mí se comenzara a encender y me empezara a iluminar por dentro, como si algo dentro de mí comenzara a tener vida nuevamente. Y esa vida se llama Felipe, el recuperar a mi hijo y sentirme por primera vez madre de él me hizo volver a vivir por dentro, recuperar ese sentido de vivir, el cual había perdido con el aborto. Sin embargo a pesar de todo comencé a sentirme MADRE y renació la ESPERANZA..

A decir verdad, el proyecto Esperanza cambió mi vida; la dividió ahora en tres partes: antes del aborto, después de él y después de haber vivido el proyecto Esperanza, ya que como el ave Fénix siento que renací de las cenizas. Al recapitular ahora todo lo que he vivido en el proyecto, me he podido dar cuenta todo lo que él ha significado para mí y todo lo que me ha ayudado a sanar mis heridas y a recuperar lo más importante que tiene una persona en la vida, y es la esperanza de vivir, de creer, de soñar, amar y sentirme a amada, tanto por mi misma, por los demás, por mi hijo y por el mismo Dios".

Mi niño que no pudiste nacer pero que vives...

Algunos elementos de entre los que ofrece "Esperanza" son educación sobre el síndrome post-aborto, enseñar a determinar cuales son los conectores personales del aborto, liberar el dolor emocional y la rabia reprimida, restaurar las relaciones rotas consigo mismo, con los demás y con Dios, establecer una relación con el niño abortado y aprender herramientas de autoayuda.

Para llegar a "Esperanza", se llama a un número donde se deriva a un profesional (de los equipos capacitados), y se ofrece un acompañamiento por 4 meses, individual y confidencial.

Lo primero es que la mujer pueda contar toda su historia, reconocer quien era ella antes del embarazo, luego identificando el dolor, el impacto que tiene en su vida. "Me siento con un delito no juzgado y que no fue sancionado. Pero yo misma me juzgo y me condeno". Se le ayuda a descubrir cuales fueron las influencias que recibió para abortar:

"Me acerqué a mi madre para contarle de mi embarazo y me dijo que tenía que terminar con el, pues con mis 18 años mi vida terminaba con esto, no había futuro".

"Mi pareja arregló todo para el aborto, dijo que un hijo estorbaba nuestros planes. Una vez que me hice el aborto, él desapareció".

El momento del aborto se vive también de diferentes maneras:

"Era como si fuera otra persona, una máquina que decía sí a todo lo que pedían, lo único que quería era que terminara luego".

Junto con el dolor aparecen las rabias con las personas, con Dios y consigo misma:

"Durante el aborto mi familia me acompañó en la consulta del médico, después que volvimos a casa nunca nadie en todo este tiempo me ha preguntado como me he sentido; es como si nunca hubiese ocurrido: lloro siempre a escondidas y no quiero estar con ellos".

Un papá contó: "No fui capaz de detenerla para que no se hiciera el aborto, me quedé callado por temor a perderla y lo que perdí fue la posibilidad de estrechar en los brazos a mi hijo".

El dolor de la mujer es continuo: "Le dije a mi hijo cuanto lo tenía conmigo, que lo defendería de todos, y no cumplí: Fui tan cobarde y ahora por mucho que llore nadie me va a devolver a mi hijo, sólo soy una espectadora frente a las imágenes del pasado... ya no puedo retroceder".

Los "pilares" del Proyecto Esperanza son tres:

La mujer es también víctima del aborto y necesita reencontrarse con Dios, con su hijo dándole una identidad y perdonarse.

El Proyecto Esperanza es un acompañamiento pastoral, no un Programa Psicoterapéutico.

Cada criatura de Dios tiene un sentido único y original acogido en el infinito Amor y Misericordia de Dios.

Desde Bellavista a varios lugares de Chile, a Ecuador y Perú

En Chile se realiza esta labor en dos regiones, Santiago-Región Metropolitana, y el sur en Coyhaique (XI Región). En Santiago se distribuye en cinco puntos además del Santuario de Bellavista, siendo uno de ellos la Vicaría para la Familia, dependiente del Arzobispado de Santiago. Por ello, esta labor pastoral cuenta con el apoyo de Monseñor Francisco Javier Cardenal Errázuriz.

Por el interés y la oportunidad de primero haber realizado charlas de motivación, en una tercera visita se realizó una primera capacitación en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, a un grupo de 12 personas, convocadas por el Comité de Laicado del Arzobispado de Guayaquil. Grupo que se debe seguir acompañando, en el inicio de la tarea, para dar seguridad en la continuidad. Esta capacitación fue apoyada por las Hermanas de María, especialmente por la Hna. Virginia Álvarez, participando también miembros del curso 1 de la Federación de Familias de Guayaquil.

Presentada la experiencia de Chile en el II Congreso Internacional Provida de Lima, en noviembre de 2005, se motivan diferentes personas y por solicitud de Monseñor Kay Schmalhausen, que hasta abril de este año era el rector del Instituto Matrimonio y Familia de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. Recientemente, entre el 30 de marzo y 1 de abril se realizó, bajo el alero de esta Universidad, una capacitación a más de 65 profesionales de distintas disciplinas, pertenecientes a diferentes localidades del sur del Perú. La Universidad ha nombrado una persona que coordina el proyecto, la Sra. Neldy Mendoza, como un área del Instituto de Matrimonio y Familia de la Universidad de San Pablo de Arequipa, quienes aprobaron en su Consejo Académico, incorporar el proyecto Esperanza en sus servicios.

Por otra parte se ha contactado la directora del Instituto Interamericano de la Mujer de Lima, quien asistió a la capacitación de Arequipa, entidad que también fueron organizadores del II Congreso Internacional Provida, que señalan su interés y deseo de extender en la capital este servicio con un grupo de personas a capacitar.

A ocho años del aborto: Mis visitas al Santuario constituyen ya una necesidad

A ocho años de un aborto, una mujer da ese testimonio:

Creo que "Esperanza" tiene el nombre perfecto, no pudo ser otro, ya que constituye una esperanza, un período de reflexión, de encontrar respuestas que alivian el alma, de aceptación, de perdón, de encuentro con la parte espiritual que en el fondo nos va acercando al hijo no nacido. Durante estos meses he logrado establecer un diálogo conmigo misma y más cercano con Dios; cada una de las reuniones estaban llenas de desafíos, quizás muchas veces tremendamente dolorosos, pero que permitieron encontrar una salida a años y años de angustia, el ir mirando desde afuera y con la compañía de Elizabeth y del padre Juan Pablo, hicieron posible pasar cada una de estas etapas de manera tal que saliera fortalecida en vez de dañada y por sobre todo fuera conociendo, tomando paulatino contacto con mi hijo que si bien es cierto siempre ha estado en mí, yo no le otorgaba ese lugar. Hoy al hacerlo presente siento un descanso, una alegría y paz interior no imaginada, me siento también físicamente bien y esto por cierto es un reflejo de lo reconfortada que estoy espiritualmente. Mis visitas al Santuario constituyen ya una necesidad, me siento plena caminando por sus jardines, conversando con la Mater, abriéndole mi corazón. Siento que el paso de estos meses ha constituido en mí una experiencia de vida, un regalo que agradezco a Dios por haberme elegido a mí, por mostrarme este Proyecto Esperanza, por haber conocido a Elizabeth y al Padre que generosamente han dedicado para mí y mi hijo José Pablo su tiempo, compañía, oraciones y cariño. Todo esto me hace sentir tan afortunada que puedo mirar la vida con otra cara, otros ojos que hacen de mí, como se lo dije en la carta a Dios, una mejor persona y eso pudo entregarlo a quienes conmigo están y principalmente hacer concreto a mí hijo con mi amor todo el tiempo que de vida tenga. Deseo de todo corazón que este Proyecto esté cada vez más apoyado y extendido, y que nuevas y generosas personas se sumen a este acompañamiento que tanta mujer desconoce y necesita para vivir más cerca de Dios, de sus hijos y de la paz interior que en fondo nos lleva a ser más felices.

Proyecto Esperanza - Chile (PDF)

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Last Update: 12.05.2006 Mail: Editor /Webmaster
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