El milagro del amor a la misma Madre Admirable

¿Qué pasó el último fin de semana en el Santuario Original?

Es el Santuario de todos, y la Mater nunca duerme... It is the Shrine of all, and the MTA never sleeps... Es ist das Heiligtum von allen, und die MTA geht nie schlafen…
Cuántos manos toman agua bendita en un solo día... How many hands took Holy Water this day... Wie viele Hände haben hier Weihwasser genommen…
Un grupo de peregrinos „inunda“ en Santuario A group of pilgrims “floods” the Shrine Eine Pilgergruppe “überschwemmt” das Heiligtum
Un lugar de descanso para un peregrino cansado A place of rest for a tired pilgrim Kommt her und ruht ein wenig aus…
Baviera se hace presente Bavaria present! Bayern ist da!
Los bancos frente del Santuario Original – cuantas historias en un solo día The benches in front of the Original Shrine – how many stories in one single day Die Bänke vor dem Urheiligtum – wie viele Geschichten könnten sie erzählen Fotos: Rosario Lara Marañón © 2006 Albúm de fotos – photo album – Fotoalbum

SCHOENSTATT, rlm. ¿Qué sucedió el fin de semana pasado en el Santuario Original? - ¿A qué hora? Interesante acotación a semejante pregunta... no es lo mismo hablar del Santuario cuando se esfuma la fría bruma y aparecen los primeros rayos de sol entibiando su pared lateral, que sentarse a visitar a la querida Reina de cara al sol en horas del mediodía... ¡ése es otro cantar, verdaderamente! Autos que estacionan ajustadamente; bicicletas que pasan una tras otra para delicia de los deportistas; peregrinaciones del mundo entero, Hermanas de Maria y más. Todo va y viene, en pleno movimiento. Solo Ella permanece en un diálogo ininterrumpido de pedidos y agradecimientos; de secretos y sorpresas con cada uno de sus invitados especiales. Nunca queda sola, cuando parece que la última persona se va, vuelve a su encuentro algún otro de sus hijos a hacerle un "guiño" de dulzura.

Se acerca un señor, camina lentamente con su bastón, se saca la gorra, se persigna y toma asiento. Minutos más tarde, se oyen los pasos de una Hermana, que antes de sus actividades decide pasar a saludar a la Mater y decirle "Buenos días". Las velas se encienden. Con ritmo pausado pero constante se acera al altar el responsable de que todo esté listo para comenzar la Sta. Misa. Micrófono en mano, misal, flores especialmente cortadas para la ocasión. Son las 6,30 de la mañana, comienza un nuevo día.

Aquella Hermana de María no era la única, claro... cada mañana se congregan muchas de ellas para regalar su día a la Madre. Y este fin de semana con un agregado más, porque festejaron el onomástico de la Superiora General, la Hna Jacoba, y nada mejor que ponerla en sus oraciones de manera especial.

Unos días en familia

La influencia del sol crece en intensidad y con él se siente el calor del encuentro. Punto obligado para cualquier peregrino que anda cerca, el Santuario original se transforma en el lugar donde la Familia se abraza, ¡de qué otra manera sino!, para expresar la alegría que significa encontrar, en medio de un grupo de personas mayores de Munich, a Luciana, única brasileña, más precisamente de San Pablo, que luego de casi un año de estar estudiando alemán en Munich se sumó a la peregrinación para tener la oportunidad de sentirse en casa por unos días.

Muchos otros estudiantes se hacen un espacio entre tantos libros para venir a saludar a su "Compañera de estudios", en algunos casos para agradecer los éxitos compartidos y en otros ¡para pedir ayuda de emergencia! Los plazos se acortan y las fechas de exámenes se acercan. Mejor lo podría contar Isabella, una ecuatoriana de Guayaquil, que con energía contagiante y diálogos interminables (característica muy particular de las ecuatorianas que han llegado hasta aquí últimamente) contaba que estudia Derecho en Navarra, España y decidió armar el bolso para pasar el fin de semana en Schoenstatt.

Y así como muchos llegan hasta aquí como alternativa ante la imposibilidad de llegar hasta sus hogares, también muchos matrimonios se reúnen con cierta regularidad para profundizar el compromiso de fundar un hogar ideal con sus familias. Es lo que pasó con el Foro de Familias de Schoenstatt, que teniendo con eje de unión al Santuario, reunió a representantes de la Obra Familiar de varios países durante el fin de semana en la Casa de las Familias.

Lo diverso se hace uno

Esa misma capillita que casi cien años atrás era tan solo un lugar poco cuidado, poco a poco se fue ganando un lugar en el corazón de cientos de miles de personas, y hoy reúne a gente con gustos y preferencias de lo más variadas, con proyectos e historias de vida completamente diferentes. ¿Alguien habría imaginado alguna vez ver a los tradicionales y recatados ancianos de Munich, haciendo flamear con orgullo su bandera de Baviera de rombos celestes y blancos junto con un grupo de motociclistas vestidos en cuero negro y peregrinando con extraordinarias motos de marca? Cual si fuera un "collage" posmoderno, eso también pasaba en el Santuario Original el fin de semana. Y no era el resultado de hábiles montajes logrados con el "photoshop", sino el milagro del amor a la misma Madre Admirable, que lograba que unos y otros se mirasen a los ojos con confianza, y hasta que cantasen juntos en el mismo fogón luego de la cena.

Como olas de un mismo mar que llegan para descansar en la orilla, así llegan algunos matrimonios, algunos jóvenes con hijos, aunque la mayoría pasaba el medio siglo. También señoras que viven cerca, como una de las señoras del Kannenbäckerland, que luego de una procesión por la mañana, con monaguillos y todo, se acercó a hablar con una voluntaria para invitarla al Keramik Museum muy cerca de Vallendar.

¿Italianos? Si, también la Mater fue visitada por italianos, ¡efusivos y distinguibles a la legua! Familias muy jóvenes, donde los hijos sumaban más que los padres algo no muy frecuente en "la Europa sin hijos"... lo cual produjo una alegría enorme y contagiante al recibirlos.

Cae la tarde

Al igual que en la vida misma, la tarde tiene también un toque de sombras, ¿acaso "el árbol no nos deja ver el bosque" como dice el refrán? ... esta vez el árbol no dejaba llegar la luz al mismo lugar que horas antes brillaba de sol, y que congregó a un grupo de mujeres divorciadas para vivir un retiro y participar de un programa junto con sus hijos. Esa luz que existe aunque no se la vea... nada mejor que refugiarse dentro del pequeño Santuario para recibir calor y dejarse abrazar...

Cae la tarde, y al final del día el banco deja de ser banco, para transformarse en una sucesión de personas que se sentaron en él en busca de un instante de eternidad. La pila de agua bendita deja de ser un recipiente con agua para transformarse en una sucesión de manos que fueron a su encuentro para limpiarse y cubrirse de bendición. La puerta deja de ser un trozo de madera para convertirse en testigo de un intermitente fluir de momentos de oración, el piso deja de ser piso para ser una corriente de pasos que llegan, se encuentran y siguen camino. Cada partícula de ese lugar sagrado se enriquece para volver a darse de manera agregada en un torrente de gracias.

Providencialmente, el sol vuelve a iluminar, ésta vez como una caricia, una luz tenue que toca el techo y parte de su campanario, y que sólo se ve si se levanta la vista con la disposición de descansar en la Luz que se funde con el Cielo.