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 published: 2006-05-12

De dos en dos y con Peregrina en mano

Misiones de la MTA en City Bell

 

El discípulo se torna misionero. Quiere llevar a otros al encuentro con Cristo.

The disciple becomes missionary. He wants to lead others to the encounter with Jesus Christ.

Der Jünger wird Missionar. Er möchte andere zur Begegnung mit Christus führen.

 

Misioneros de la Juventud de Schoenstatt, durante la misión en City Bell

Missionaries of the Schoenstatt Youth during the mission in City Bell.

Missionare der Schönstatt-Jugend bei der Mission in City Bell.

 
 

Via Crucis

Stations of the Cross

Lebendiger Kreuzweg

 
 

Un “cornejo de Pascua” visita a una señora

An “Easter Bunny” visiting a lady

Ein “Osterhase” zu Besuch bei einer älteren Dame

 
 

Horacio se torna „Oveja de Pascua“

Horacio as living „Easter Egg“

Horacio als lebendiges Osterei

Fotos: Bernabei © 2006

 

 

 

ARGENTINA, Facundo Bernabei. Haciendo suyo desde ahora el lema de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en 2007 -Discípulos y misioneros de Jesucristo- la Juventud Masculina y Femenina de Argentina, Chile, Ecuador, Brasil y Paraguay, con un santo orgullo, hablan de las "Misiones" que año a año llevan adelante durante las vacaciones de verano o durante otros tiempos, especialmente la Semana Santa. Dice el Documento de Participación: Recibir el llamamiento de Dios a ser discípulos y misioneros de Cristo implica grandes tareas. Son tareas que tienen las dimensiones del poder, la bondad y la sabiduría de Dios. Lo que recibimos gratis hemos de darlo gratis (cf. Mt 10,8). Por eso, con esa conciencia, unos 32 jóvenes universitarios de las Juventudes Masculina y Femenina de Confidentia, San Isidro y Bella Vista partieron a City Bell para misionar allí durante la Semana Santa 2006.

Es una experiencia pascual que semanas después todavía los enciende y entusiasma. Relata Facundo Bernabei, seminarista de los Padres de Schoenstatt:

Acompañar a Jesús y María en su gran Semana

El miércoles santo por la noche nos juntamos para comenzar nuestras misiones de Semana Santa. La Providencia nos condujo a City Bell, un lugar donde hay varias familias del movimiento de La Plata y una Ermita de la Mater desde hace 30 años.

El sentido de la Misión era acompañar a Jesús y María en su gran Semana, por eso tuvimos algunos momentos de retiro guiados por Enrique da Fonseca y José Tomás Pérez, seminaristas de los Padres de Schoenstatt. Con la fuerza interior de este encuentro personal con Cristo salíamos a visitar las casas, de dos en dos y con Peregrina en mano. Todo concluía por las tardes, en las liturgias que teníamos con la comunidad parroquial en la Capilla.

Trabajando como Familia al servicio de la Iglesia

El grupo de matrimonios "camino a Belén" (son familias de City Bell) nos acompañó muy de cerca y la Juventud estuvo apoyando y compartiendo nuestra misión en todo momento. Fue impresionante la experiencia de trabajar como Familia al servicio de la Iglesia, compartiendo con ellos su confianza, amistad, fuerza y alegría. Quisiéramos agradecer en especial a todos ellos y de manera especialísima a Teresa Fiorucci, que fue el instrumento de la Mater para que lleguemos allí y que estuvo pendiente de todo, nos ayudo muchísimo y nos encendió con su entusiasmo y con el testimonio de su vida y su familia.

El Padre Néstor, el Párroco del lugar, nos recibió con un poco de incertidumbre al comienzo, sin saber mucho de qué se trataba todo esto... la verdad que nosotros tampoco teníamos mucha idea!!! Lo único que sabíamos era que la Mater nos guiaba hacia ese lugar. Rápidamente se enganchó con la misión, nos recibió espléndidamente y se sumó a todas nuestras locuras, ¡hasta conseguimos que baile en el último día!

Las actividades destacadas fueron el Via Crucis viviente, en el que pudimos acompañar la noche del Viernes Santo a Nuestro Señor de una manera muy vivencial. (nota al margen: me sentí tan orgulloso de los chicos y todo el despliegue y esfuerzo que habían hecho que no se imaginan!). Se generó un clima de una densidad muy profundo y terminamos con una reflexión en la capilla contemplando a nuestra Mater, en el misterio de "María de la Soledad".

Desde la fe inconmovible en el Resucitado y el ardor misionero por anunciarlo

Contemplamos a María y le preguntamos qué estaba pasando en su corazón en ese momento ¿por qué podía permanecer de pie en medio del dolor? Creímos descubrir que ella intuitivamente sabía que la historia de Jesús no podía terminar así, que algo más tenía que ocurrir. Era una certeza instintiva e intuitiva, sin muchas razones objetivas, de que la Vida siempre vence a la muerte. Y esa percepción de la realidad es la que hacía de María una misionera innata. Ella no se proponía ser apóstol o discípula, ella lo era por naturaleza, le brotaba espontáneamente, era una fuerza interior que surgía y apenas si la podía encauzar. Por eso al necesitarla su Hijo al pie de la Cruz ella estaba ahí. Estaba misionando con Jesús en su Obra, pero también "misionando" a Jesús en su dolor. "Misionando" con su mirada y con su presencia. Desde esa doble actitud es que nuestra Madre nos invita a ser sus apóstoles, desde la fe inconmovible en el Resucitado y el ardor misionero por anunciarlo.

El Padre Néstor trabaja en la pastoral penitenciaria y por eso el Jueves y el Viernes Santos lo acompañamos para visitar a los presos y compartir con ellos las Liturgias respectivas. Fue una experiencia muy fuerte también en la que compartimos sus vidas, unas manos "de truco" y unos mates.

Inundados por la luz de Cristo Resucitado

El sábado por la tarde, preparando la Vigilia Pascual, tuvimos la actividad con los Niños, en la que jugaron y fueron descubriendo que la Pascua se trata de algo más que de comer chocolate.

Terminamos con la Vigilia Pascual inundados por la luz de Cristo Resucitado, y después de la Misa nos fuimos a la Mesa y festejamos comiendo unos corderos exquisitos con la comunidad parroquial en pleno.

Fue una Semana Santa diferente, en la que salimos de nuestra cotidianeidad y nos pusimos en las manos del Padre para que Él nos envíe. La Mater nos mostró una vez más que es "la Gran Misionera" y que si nos animamos a ser sus instrumentos y nos dejamos conducir atentos a su llamado, "obra Milagros", ¡PORQUE CRISTO HA RESUCITADO!

En el espíritu misionero que nace de la Alianza de Amor, los jóvenes pudieron "escuchar, comprender y responder vigorosamente a la voz de Dios que nos llama, a través de las circunstancias propias de nuestro tiempo, a hacernos responsables de la Nueva Evangelización con el ardor interior que caracterizó a los santos". (Documento de Participación, 93). Experimentaron con una alegría tremenda lo que dice el mismo documento: "El discípulo se torna misionero. Quiere llevar a otros al encuentro con Cristo. Quiere que Cristo sea para otros la Buena Nueva de su vida, así como lo es para él, de modo que también otros tengan la experiencia vivificadora y la profunda fe que se convirtió para él en el sentido de su vida."


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Last Update: 12.05.2006 Mail: Editor /Webmaster
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