"¡Santo, ya!", se leía en decenas de carteles. "¡Santo, ya!" clamaba la multitud

A un año de la partida a la eternidad de Juan Pablo II

Tumba de Juan Pablo II Tomb of John Paul II Grab Johannes Pauls II. Foto: Jentz © 2006

ROMA, P. Alberto Eronti. Sí, ha transcurrido un año del fallecimiento – 2 de abril – y los funerales del Papa Juan Pablo II, "el Grande", como dijeran y continúan diciéndolo muchos dentro y fuera de la Iglesia Católica. Todavía recordamos las colas interminables de fieles para despedir a quien consideraron un padre, un hombre que los amó hasta el extremo de sus fuerzas.

En los días previos, en la Plaza y la Basílica de San Pedro y en todo el entorno del Vaticano, se observaba una cantidad desusada de peregrinos. Todos aceptaban con naturalidad la espera de 30 minutos a una hora para llegar hasta la tumba del Papa Wojtyla. Todos querían saludarlo, rezarle, pedirle, pero…sobre todo nombrarlo... Es que pronunciar el nombre de quien se ama es como acercarlo, tenerlo, tocarlo, crear comunicación y comunión… Para los días 1º, 2 y 3 de abril se han esperado más de 100.000 personas. ¡Esto es Roma! ¡Esto es el corazón de la Iglesia! Es aquí donde uno experimenta la Iglesia Familia, la Iglesia Pueblo de Dios en marcha. ¡Qué contraste!, por un lado vemos la evidente crisis religiosa; por otro constamos que un "hombre lleno de Dios" es una "bandera levantada", "una luz sobre el monte" y, por eso mismo, alguien con poder de convocar, reunir y hacer vivir el don de la fe.

Carteles con el rostro de Juan Pablo II

Roma está empapelada de carteles con la propaganda política de los diferentes partidos, ya que las elecciones serán el próximo 9 y 10 de abril. Pero, curioso y pintoresco, en medio de tanto color y palabrerío, se destacan carteles con el rostro de Juan Pablo II con distintas frases de reconocimiento, cariño y gratitud. Sorprendentes son, otra vez, los jóvenes. Están y estarán presentes, no le fallarán a su "padre espiritual". Verlos es revivir su tristeza conmovedora de hace un año, verlos es constatar que cuando un hombre siembra en el nombre y el amor de Cristo, la semilla no se pierde y, sea a tiempo o a destiempo, el fruto llegará.

De los diferentes actos programados hay dos que se distinguen. El domingo, a las 21,00 hs se rezó del Santo rosario en la Plaza de San Pedro. Se quiso, como lo expresaba el Cardenal Ruini, "revivir el clima de intensa oración, que acompañó el tránsito del Papa Juan Pablo II". Al final el Papa Benedicto XVI saludó a los fieles y los bendijo desde la ventana de su estudio. El lunes, a las 17,30 hs se celebró en la Basílica la Santa Misa por el Papa Wojtyla, presidida por Benedicto XVI. Además de colmar la Basílica, muchos fieles siguieron la celebración por las grandes pantallas de la Plaza.

Soy todo tuyo

Como un hecho simpático, el sábado se inauguró un centro de educación para niños con el nombre de "Juan Pablo II". El alcalde de Roma al hablar a la concurrencia recordó cuando le ofreció al Papa polaco el título de "Ciudadano ilustre de Roma". El Papa, respondió: "Somos romanos, hagámoslo y querámonos bien", y luego hizo un juego de palabras con el nombre de Roma: "Si invertimos la palabra Roma, lo que resulta es, ¡amor!".

El Papa que en su escudo puso, refiriéndose a María: "Soy todo tuyo", hace tres años escribía refiriéndose a ella: "Pongámonos, sobre todo, a la escucha de María Santísima,… En ella vemos el mundo renovado por el amor. Al contemplarla asunta al cielo en alma y cuerpo vemos un resquicio del "cielo nuevo" y de la "tierra nueva". Que el Papa que nos guió para cruzar el umbral del Tercer Milenio, nos bendiga y acompañe. Amen.