... Y repentinamente estás sola

Una nueva iniciativa: un retiro para señoras que han quedado viudas recientemente

Retiro para viudas Retreat for women who lost their husbands Besinnungstage für Frauen nach dem Tod des Ehepartners Foto: Ludwig © 2006

SCHOENSTATT, Hna. Evamaría Ludwig. "¡Me ha hecho tan bien!". "¡Estos días me han dado mucho!". "¡Hace tanto bien sentirse comprendida por los demás!". "Nadie puede comprender lo que significa perder al esposo si no lo ha vivido". Estos son algunos ecos de las señoras que participaron – del 3 al 5 de marzo de 2006 – en el retiro para señoras que han perdido a su esposo. Se hizo en la casa Marienland, en Schoenstatt.

Fue el primer retiro con esta modalidad. Las situaciones que vivían las ocho participantes – una de ellas había perdido a su esposo solo seis semanas antes – eran muy distintas, pero todas compartían la experiencia de volver a estar solas después de la muerte de su esposo.

"¿Por qué ahora, por qué a mí? ¡Mi madre y mi padre vivieron juntos muchos años!". "Mi entorno no puede entender que yo no vuelva continuamente sobre el tema de la muerte de mi esposo". "¡Una se siente como mutilada y es inmensamente sensible!". "¡He comprobado lo que es la verdadera amistad! Hubo personas de las que fui amiga y me volvieron la espalda. Otras, de las que no esperaba nada, estuvieron repentinamente a mi lado".

Un cirio por el esposo difunto

Estas y muchas otras experiencias fueron motivo del intercambio. El dolor y la tristeza se expresaron en palabras al contarse mutuamente sus experiencias personales. Se consolaron mutuamente, se dieron ánimo, tuvieron ante la vista perspectivas para el futuro... Estos fueron factores esenciales para el éxito del retiro, que fue preparado y dirigido por un equipo de la rama de madres schoenstattianas y una Hermana de María (Gisela Sonka, Claudia Brehm y la Hna. Evamaria Ludwig). Las participantes, que no se conocían previamente, rápidamente se encontraron unidas: se experimentaron como una pequeña comunidad de destinos en la que durante esos días hubo lugar para la risa y las lágrimas.

Un punto culminante del retiro fue una muy bien preparada hora de adoración. Las señoras rezaron juntas por sus esposos difuntos y encendieron un cirio por cada uno, como signo de la vinculación interior que supera a la muerte y relaciona esta tierra con el más allá. "Este momento de oración hizo surgir nuevamente todo el dolor, pero también fue liberador", expresó una participante. "Y profundizó la experiencia de que con Cristo a nuestro lado, se puede superar mejor esta difícil situación".

María sabe lo que es perder a la persona más amado.

El segundo punto culminante fue la Sta. Misa final en el Santuario, con la mirada en María que sabe lo que es perder a la persona más amada y por eso nos puede ayudar.

Al final de retiro se escuchó un eco unánime: "¡Hasta la próxima! ¡En 2007 nos encontraremos aquí de nuevo el grupo completo!"

Traducción: aat, Argentina