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 published: 2006-03-10

El amor es acción.

El programa del Papa Benedicto XVI: Dios es amor

Dios es amor, y amor es acción. Estamos llamados a trasmitir el amor de Dios

God is Love, and Love is deeds. We are all called to transmit God’s love

Gott ist die Liebe, und Liebe ist Tat. Wir sind gerufen, Gottes Liebe weiterzugeben

Foto: Crivelli © 2006

 

ROMA, P. Alberto Eronti. "El programa del pontificado de Benedicto XVI" ha sido un tema de rumores, comentarios, especulación, expectativas, preguntas, desde el día de la elección de Joseph Ratzinger como Papa aquel 19 de abril de 2005. Hay gente que todavía vive en la espera de dicho programa. Pero ya está. La encíclica "Dios es amor" es el programa del Papa Benedicto XVI.

Al regresar a Roma tras cinco semanas de ausencia y al retomar los contactos, he encontrado el ambiente eclesial un tanto ansioso. Abundan los rumores. Los llamados "vaticanistas", se afanan por detectar qué pasará en las próximas semanas. Todo se "disparó" por el nombramiento de los últimos Cardenales, que fueron menos de los que muchos esperaban y no eran pocos los arzobispos que imaginaban recibir el "capello rosso" (birrete rojo). El hecho que Benedicto XVI no quiera pasar el número de 120 Cardenales electores ha sido motivo de las más variadas interpretaciones. Por otro lado se aproxima la fecha del primer año de pontificado y son muchos los que esperan "el programa" del Papa Ratzinger, como también cambios resonantes en la curia vaticana. Los cambios se rumorean desde hace tiempo, la pregunta es por qué el Papa no los ha hecho todavía. No falta quien dice que el Pontífice actúa con el principio de los antiguos párrocos alemanes: "el primer año no se habla mucho y no se cambia nada". ¿Será así?, hay quienes lo esperan. Por otro lado se oye con alguna insistencia que el Papa ha preparado un borrador de "profundos cambios" en la estructura de la curia vaticana. Esto no sería extraño si tenemos en cuenta dos hechos: que Juan Pablo II no hizo de la parte administrativa de la curia una tarea primordial; que Benedicto XVI es un "hombre de la curia", la conoce a fondo y sabe qué cambios habría que hacer. De todos modos habrá que esperar, solo el Papa sabe qué decisiones va a tomar y cuándo.

El pastor de lo esencial

El otro tema es el llamado "programa" del pontificado. Normalmente en la primera Carta Encíclica el nuevo Papa presenta las líneas fundamentales de su tarea pastoral. La primera Encíclica ya salió. ¿Por qué, entonces, hay quiénes siguen esperando el "programa"? Quizás porque muchos esperaban un documento de otro estilo. Sin embargo la Encíclica "Deus caritas est" (Dios es amor) es el programa del Papa Benedicto. Es una Carta que muchos consideran "suave", como que le faltara más estridencia. Releyendo algunas conferencias del Papa Ratzinger entre 1995 y 2004, no me ha sorprendido "su programa". Así como es reconocida su capacidad intelectual y su agudeza teológica, también hay que reconocer en él al pastor de lo esencial. La teología está al servicio de lo esencial que es Dios mismo, y Dios en sí mismo es pura y plenamente Amor. Es Amor que actúa. Es un Dios que actúa con la coherencia total de quien es pura y simplemente Amor.

Purificar la palabra "amor"

Para el Papa es claro que la palabra que, por así decir, "define" a Dios se ha tornado equívoca. Al igual que otras palabras de uso y contenido religioso como carisma y mística, también la palabra amor es utilizada para banalidades. Incluso la imagen de Dios ha sufrido desvíos y desfiguraciones. ¿Es de extrañar, entonces, que el Papa dedique su primera Encíclica a purificar la palabra amor? Por otro lado la Carta no se detiene en una mera especulación teológica sobre el amor sino que, una vez clarificado su contenido más profundo, pasa al "hacer" del amor, a describir su acción. El antiguo adagio tomista: "el orden de ser determina el orden de actuar", se puede aplicar aquí: Dios es amor y todo lo que Dios hace es con y por amor.

Al explicar las palabras que expresan el amor, el Papa hace una diferencia entre "eros, philia y agapé". Sin despreciar al eros y purificándolo, señalando la importancia que philia (amor de amistad) tiene en el Evangelio de San Juan, el Pontífice se refiere al agapé como la cumbre y lo propio del amor de Dios y en Dios. Cuando el hombre "entra" en la experiencia del agapé, ha llegado a "conocer el amor" (1ª Juan 3,16). Conocimiento que Benedicto XVI describe así: "…este vocablo expresa la experiencia del amor que ahora ha llegado a ser descubrimiento del otro, superando el carácter egoísta que predominaba… Ahora el amor es ocuparse del otro y preocuparse por el otro". (Nº 6). Es a lo que el Padre Kentenich se refiere cuando afirma: "La Santísima Virgen nos ha regalado el uno al otro. Queremos permanecer recíprocamente fieles: el uno en el otro, con el otro, para el otro, en el corazón de Dios". (31/V/49, Nº 38).

El amor es operante

Pero el amor es operante. El amor no es solo éxtasis y fascinación. El amor es acción. San Pablo lo escribe de esta manera: "El amor de Cristo nos apremia" (2Cor. 5,14). El llamado "servicio de la caridad" pertenece a la misión y a la esencia del cristiano: "El programa del cristiano – el programa del buen Samaritano, el programa de Jesús – es un corazón que ve. Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia" (Nº 31). Se trata de un amor "semejante" al de Dios, de un amor gratuito, vivido – según palabras de Juan Pablo II – "como el don sincero de sí mismo al otro". En un tiempo en el que abundan las palabras vacías y mentirosas, el discípulo de Jesús está llamado a ser intensamente veraz en su amor, lo que le constituye en una "palabra" irrefutable. Por eso el Papa pide que los seguidores de Jesús sean "personas movidas ante todo por el amor de Cristo, personas cuyo corazón ha sido conquistado por Cristo con su amor, despertando en ellos el amor al prójimo" (Nº 33). En este contexto en muy feliz la referencia que hace a la Carta magna de todo servicio eclesial: el llamado himno a la caridad, de San Pablo a los Corintios (1Cor. 13,1-13). En este contexto me parece de fundamental importancia que: "La actuación práctica resulta insuficiente si en ella no se puede percibir el amor por el hombre, un amor que se alimenta en el encuentro con Cristo. La íntima participación personal en las necesidades y sufrimientos del otro se convierte así en un darme a mí mismo: para que el don no humille al otro, no solamente debo darle algo mío, sino a mí mismo; he de ser parte del don como persona" (Nº 34).

También el discípulo de Jesús está llamado a ser amor

En el mismo apartado Benedicto XVI hace una referencia a cómo entiende él su servicio a la Iglesia y a la humanidad y cómo ha de entenderlo cada bautizado que quiere vivir su ser discípulo: "Quien es capaz de ayudar reconoce que, precisamente de este modo, también él es ayudado, el poder ayudar no es un mérito suyo [...] es gracia. Cuanto más se esfuerza uno por los demás, mejor comprenderá y hará suya la palabra de Cristo: "somos unos pobres siervos". [El discípulo] no es más que un instrumento en manos del Señor; se liberará de la presunción de tener que mejorar el mundo – algo siempre necesario – en primera persona, por sí solo. Hará con humildad lo que le es posible y, con humildad, confiará el resto en el Señor". (Nº 35). Se trata de lo que en Schoenstatt llamamos "espiritualidad del instrumento".

Termina la segunda parte de la Encíclica con una referencia a los Santos y, en particular a la Virgen María. El Papa hace referencia a la "grandeza" de María: ella deja que Dios sea el centro de su vida y de su actuar. "María es grande precisamente porque quiere enaltecer a Dios en lugar de sí misma" (Nº 41). Hermosa y cálida la afirmación final sobre la Virgen: "María es, en fin, una mujer que ama".

No sabemos qué ocurrirá en la "política" vaticana con motivo del primer aniversario del pontificado de Benedicto XVI. Lo que sí sabemos, y es lo que importa más allá de lo que haga o no, es que "su programa" no es otro que: "Dios es amor" y si Dios es así también el discípulo de Jesús está llamado a ser amor: "Sed…como el Padre" (Mt. 5,48), y "haced como el Padre, que hace salir el sol sobre buenos y malos" (Mt. 5,45)


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Last Update: 10.03.2006 Mail: Editor /Webmaster
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