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1ª. Prioridad:
Una pastoral mariana.
Invitación a cerrar un minuto los ojos y contemplar con la
mirada del alma mi imagen más querida de María
¿Qué se despierta en mi corazón cuando la contemplo? En
un tiempo de desintegración de la persona humana debido a una acentuación
absoluta del amor a sí mismo, de cuidarse, y de pasarla bien, Schoenstatt
propone mirar con gran amor a quien nos mira con inmenso amor de madre,
María.
Nuestra experiencia nos dice que los jóvenes y los no tan jóvenes,
llegan a un amor muy profundo a Ella y en Ella descubren a Cristo. Es
que existe una unidad muy íntima, la más estrecha posible
entre Cristo y María. Por eso, María es una fuente muy rica
de conversión al discipulado y al espíritu misionero. Pío
X decía que Ella nos regala un conocimiento vital de Cristo.
Se trata del proceso del amor: todo amor une. Por eso el
camino propuesto por Grignion de Montfort: consagrarse a María,
sellar un pacto de amor con ella aceptando el amor que nos regala desde
que Cristo nos la regaló en la Cruz y que el discípulo amado
la llevó consigo.
También el amor asemeja, transforma. María sabe
dar a luz a Cristo en nosotros por obra del Espíritu Santo. Este
proceso de amor nos lleva a vivir cada día como otra María
escuchando atentamente en la fe y dialogando con el Dios que actúa
y se hace sentir en su Providencia cada día.
Para realizar esta tarea engendradora y educadora María convirtió
una antigua capilla situada en Schoenstatt, Alemania, en su Santuario.
No se apareció allí. Ella vive allí, es su hogar.
Regala allí a los muchos peregrinos una primera gracia: el cobijamiento.
Siempre me llama la atención cómo los jóvenes la
miran y se saben amados de un modo tan especial. Se trata de la puerta
de entrada para la segunda gracia. Ella quiere ayudarnos a cambiar, a
transformarnos en verdaderos hijos- discípulos. Queda aún
la tercera gracia: el envío y la fecundidad apostólica.
Ella nos reitera las palabras de Jesús: "vayan y hagan que todos
los pueblos sean mis discípulos bautizándolos y enseñándoles
a cumplir todo lo que yo les he mandado" Mt. 28,19 Es como si reiterara
su pedido en Caná: "Hagan todo lo que Él les diga" Jn 2,5
Los 180 Santuarios de la Madre tres veces Admirable son escuela de santidad
como lo fue Belén, Nazaret, el Gólgota y el Cenáculo.
María quiere ser siempre madre de los que la aman, sobre todo de
los excluidos: indigentes, indígenas, pecadores.
Este proceso se multiplica en cada Santuario del hogar. Allí María
regala las mismas gracias que en los Santuarios para la familia que crece
en su entorno y bajo su amparo de educadora. La Campaña del rosario
de la Virgen peregrina de Schoenstatt, fundada por el diácono permanente
João Luiz Pozzobon, es una corriente misionera maravillosa. Su
pequeña imagen es llevada mensualmente por los misioneros a 15
o 30 familias. María sale de sus Santuarios y entra a cada hogar.
Su acción se multiplica por 200.000 misioneros / as. El rezo del
rosario es otro factor de conversión por la sencilla meditación
de los misterios y la acción de María. El Sr. Pozzobon fundó
la Villa noble de la Caridad para ofrecer hogar a parejas recién
casadas. Fue todo un ejemplo de como construir un poco de cielo en la
tierra. Como ésta, existen en el Schoenstatt americano unas 70
obras sociales y educativas creadas por sus miembros.
2ª Prioridad:
Una pedagogía moderna.
Ella parte de la libertad tan amada por el hombre posmoderno. Cuenta
también con los necesarios seguros y normas que contienen al creyente
que desea crecer. El acento pedagógico fuerte está en el
cultivo del espíritu magnánimo para llegar a la santidad
heroica.
3ª Prioridad:
Espíritu de familia.
Hoy como nunca buscamos ser amados por lo que somos y ser aceptados tal
como somos. Necesitamos de los afectos. La primera comunidad es la Trinidad
y a su imagen la Iglesia, familia de Dios, quiere ser familia. Tanto la
formación del discípulo como la contención del misionero
se pueden realizar sobre la base de pequeñas comunidades. Schoenstatt
lo promueve en todos los niveles y se ha constituido en una forma excepcional
de ser hogar los unos para los otros para desembocar en el corazón
de Dios.
Muchas gracias.
P. Antonio Cosp
Paraguay
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