Nachrichten - News - Noticias
 published: 2006-02-17

Se acerca a la Catedral una multitud de jóvenes

El Obispo Auxiliar Mons. Josef Voss, bendice a madres y padres en la Catedral de Münster

Bendición de madres embarazadas y de sus familias en la catedral de Muenster, Alemania

Blessing of pregnant mothers and their familias in the cathedral in Münster, Germany

Segnung von schwangeren Frauen und ihren Familien im Dom zu Münster

 

Mons. Voß dijo algo personal a cada uno

Bishop Voß said something personal to each one

Weihbischof Voß hatte für jeden ein persönliches Wort

 
 

La bendición hace bien

The blessing is a gift

Der Segen tut offensichtlich gut

 
 

El capellan de la cathedral ayudó

The chaplain helped out

Der Domvikar half mit.

 
 

Coro de niños

Children’s choir

Kinderchor

 
 

Todos felices con el regalo: zapatitos

All happy with the gift: baby shoes

Alle sind glücklich mit dem Geschenk: Babyschühchen

Fotos: Lammert/Brüning © 2006

 

 

 

ALEMANIA, Elisabeth Helmich / mkf. "Después de recibir la bendición individualmente, los matrimonios volvían radiantes. Brillaban los ojos de las madres, evidentemente emocionadas por el encuentro con el Obispo y por sus palabras personales. Fue algo especial como ellas regresaron. Sintieron un gran alivio pues ya no estarían solas en el tiempo que les quedaba de embarazo. A algunos hombres se les veía a primera vista lo felices que estaban..." Anita Pille, de Neuenkirchen, está aún visiblemente emocionada por la vivencia del 12 de febrero en la catedral de Münster. Recibieron una bendición especial al menos 70 mujeres embarazadas, la mayoría acompañadas por sus maridos y sus familiares. Se realizó un gran sueño de la rama de madres del Movimiento de Schoenstatt de la diócesis de Münster: poder realizar una vez en la catedral la bendición de las madres y de los padres, algo que promueven en sus parroquias desde hace años,

Todo empezó con un sueño atrevido: "¡La diócesis de Münster cumple 1200 años! ¡Se celebraría a lo largo de un año con muchas actividades y encuentros! Reflexionamos en el círculo de dirigentes: como rama de madres del Movimiento de Schoenstatt, ¿qué aportamos nosotras a esta celebración? ¿Cuál podría ser un buen regalo? Muy pronto lo vimos claramente: apoyaríamos la ceremonia de bendición de las madres y los padres. La imaginación daba volteretas: una vez había que hacerla en la catedral, con el Obispo. ¡Este sería el regalo!"

Le solicitaron al obispo, Mons. Dr. Reinhard Lettmann, si podría imaginarse ofrecer una bendición de madres y padres en la catedral, con la rama de madres de Schoenstatt. El resultado fue esta respuesta:"Uds. proponen una ceremonia de bendición en la catedral. Seguramente se puede hacer una hermosa fiesta. No tengo presente en este momento todo lo que se hará durante este año en la catedral". Después de haber preguntado como es debido a las distintas instituciones de la catedral, el obispo fijó la fecha para la ceremonia: domingo 12 de febrero de 2006. Faltaban unos nueve meses para este día. Una fina atención de nuestra Madre y Reina. En primer lugar fueron informadas todas las madres schoenstattianas. "Imagínense: nuestro Obispo, personalmente, invita junto con nosotras a una bendición para futuras madres y padres, y en la Catedral. ¡Podemos alegrarnos de veras! Pero aún se necesita un buen fundamento espiritual. ¡Hay mucho que hacer, desde ahora! Esto significa para nosotras: el más fiel cumplimiento del deber..."

"Se debe llegar desde el corazón de la Iglesia..."

En enero de 2005 hubo una reunión preliminar con Mons. Dr. Reinhard Lettmann. Fue una conversación muy buena y llena de simpatía con las responsables de organizar la bendición que explicaron muy gráficamente su propósito. El Obispo dijo entre otras cosas: "Se debe llegar desde el corazón de la Iglesia..." y puso su mano en la carpeta con el material que habíamos llevado. Aceptó todo con gusto: la carpeta, un álbum de fotos y también los escarpines para los bebés que tradicionalmente se regalan en las bendiciones de madres. Ante sus preguntas, las madres le aclararon que ellas no tenían la menor idea de cuántas madres y padres podrían aparecer. Esto no lo afectó, pero les recomendó que hicieran una buena propaganda.

El trabajo de relaciones públicas comenzó en el Adviento de 2005. Cada una de las responsables se esforzó en que la fecha de la bendición se publicara en la carta de Navidad de las parroquias del lugar. También apareció oportunamente una información adecuada tanto en el boletín diocesano como en diarios supra regionales. Se repartieron unos 200 carteles y de 500 a 600 volantes en oficinas parroquiales, consultorios médicos y de obstetras, movimientos religiosos y otras instituciones. Todo fue organizado de la mejor manera: el coro de niños, el organista de la catedral, la sacristía, una paraliturgia muy bien preparada ¡todo perfecto! Algunas embarazadas avisaron que participarían.

Una pequeña conmoción tres días antes de la fecha...

Tres días antes de la bendición, llegó una carta del Obispo: "Me he alegrado mucho por la bendición que haremos el domingo. Pero en este momento tengo una enfermedad muy dolorosa, una hernia de disco, por lo que lamentablemente no podré participar en la ceremonia de la bendición..."

Lo reemplazaría el obispo auxiliar, Mons. Josef Voss. La primera reacción: "¡Ay, querida Mater! Has tenido una idea muy interesante. ¡Esta era justamente la gracia del asunto: conseguir a nuestro obispo!". Después de que se esfumara un poco la primera desilusión, creció la certidumbre: la Mater nos regalaría una celebración especialmente hermosa.

El sí de Dios a cada niño

Finalmente se acercó el 12 de febrero, preparado con tanto empeño. Poco antes de comenzar la ceremonia, preguntó el obispo auxiliar: "¿Tienen idea de cuantas personas vendrán?" La respuesta: "Queda pendiente, pero se acerca a la Catedral una multitud de jóvenes". Aquí le pidió a su vicario que le ayude durante la ceremonia de bendición.

De hecho, la catedral se fue llenando cada vez más. Llegó gente joven con o sin niños, algunas abuelas y abuelos, y naturalmente, como apoyo, muchas madres del Movimiento y otros schoenstattianos.

Pronto se creó un clima muy alegre con el canto del coro de niños acompañado por el órgano y las flautas. El obispo auxiliar se había familiarizado muy bien con el tema y encontró el tono adecuado.

"No estamos aquí por casualidad, sino porque alguien ha pronunciado un sí", dijo. "Es un sí de Dios a partir del principio, sin que nosotros hiciéramos algo". Cuando los padres dicen un sí a su hijo, hacen con y como ÉL lo que Dios ha hecho ya, ese Dios que es el Amor.

Durante las bendiciones individuales se dirigió muy personalmente a las madres, matrimonios y familias que estaban ante él. Fue la primera vez que hacía esta ceremonia de bendición, y se alegró visiblemente por ello. Fue una suerte que el vicario le ayudara, pues la cola parecía no tener fin... "Me impresionó mucho un matrimonio algo mayor que estaba al final de la cola", dijo Anita Pille. "El obispo habló con ellos bastante largamente. La señora tenía al principio un rostro tenso. Cuando volvieron ella estaba visiblemente más tranquila y su marido la llevaba amorosamente del brazo, como si quisiera decir: ahora todo está bien". Una Hermana de María saludó a una pareja que salió de la iglesia un poco antes de terminar la ceremonia; ellos no habían llevado los escarpines. La joven señora le dijo a la Hermana que no podían hacerlo, pero que de todos modos quisieron estar en esa bendición... "Desde que recibimos la invitación pensamos venir. La semana pasada perdimos a nuestro bebé en un aborto involuntario. Pero fue importante para nosotros estar hoy. Rece por nosotros, por favor."

Como cierre de cada bendición individual, las madres schoenstattianas prometían a los padres que los acompañarían con su oración. Después ellos podían llevarse el folleto: "El milagro de la vida. Para las madres que esperan un niño" y elegir un par de escarpines para el bebé, tejidos por las mismas madres schoenstattianas.

Lo mejor para nuestro hijo

Siempre se confirma que tan pronto como una mujer queda embarazada o un matrimonio espera un niño, ellos quieren lo mejor para su hijo. ¡Y lo mejor es esta vez la bendición de Dios! Con esta celebración, Schoenstatt ha hecho un ofrecimiento especial para responder a este anhelo.

Luego las madres contaron los escarpines que quedaron y comprobaron que al menos 70 mujeres embarazadas y sus familias recibieron la bendición para las madres y los padres. ¡Esto superó todas sus expectativas!

Con los deseos de una pronta mejoría enviados al obispo, ellas le preguntaron preventivamente por una nueva fecha. Quizás se pueda lograr que la ceremonia sea una institución regular en la catedral.

"Todo fue muy hermoso, es también un lindo signo que estuvieran aquí muchas madres del Movimiento", dijo Anita Pille. "Para mí fue también bueno experimentar una vez que juntas somos fuertes. La comunidad unida en la oración y en el pensamiento, y Dios y la Mater están aquí: una realidad también en 2006. ¡Rezar vale la pena, nunca se reza en vano!"

Traducción: aat, Argentina


Zurück/Back: [Seitenanfang / Top] [letzte Seite / last page] [Homepage]

Last Update: 23.02.2006 Mail: Editor /Webmaster
© 2006 Schönstatt-Bewegung in Deutschland, PressOffice Schönstatt, hbre, All rights reserved, Impressum