Reflexion - Reflection - Reflexión
 published: 2006-02-23

Obra Maestra del Amor Divino

Una meditación para Cuaresma- Margaret Steinhage Fenelon


Hijos predilectos de Dios

God’s loved ones

Gottes Lieblingskinder

Foto: Hogar de Maria, Argentina © 2006

 

Me fascina llevar a mi hijo John de diez años a sus clases de natación, es uno de los momentos más lindos de la semana para mí. Pero ciertamente no es el agua lo que me atrae; ni sé nadar ni me gusta mojarme. Me gusta llevarlo allí porque las clases son en un centro de rehabilitación intergeneracional. Todos los miércoles por la tarde dejamos la camioneta en el estacionamiento, John toma su equipo de natación y nos dirigimos hacia el portón de entrada, donde generalmente se ven una o dos combis esperando. Nos abrimos paso entre el humo de los caños de escape y los asistentes que están parados afuera. Al atravesar la puerta electrónica, se encuentra uno ante una de las imágenes más bellas que existen: una colección de sillas de ruedas y andadores llenos de rostros de una alegría e inocencia sin par. Rostros que pertenecen a gente con discapacidad mental.

Me encanta mirarlos a los ojos. Son tan puros, tan afectuosos, sin pretensiones. En ellos puedo ver el rostro de Dios. Estas almas puras son incapaces de cometer una falta grave, no como nosotros, con nuestra estructura mental más sofisticada. Nosotros estamos propensos a ser seducidos por la ambición del mundo que nos rodea. Ellos simplemente pueden dar y recibir amor. Cada uno de estos seres maravillosos es una obra maestra de Dios.

¿No sería increíble tener un corazón tan sencillo como el de ellos? Jamás deberíamos permitir que nuestras inseguridades se apoderen de nuestras acciones y actitudes, ni racionalizar nuestra desobediencia a la voluntad de Dios, o actuar con engaño y complicidad, ponernos en jueces de los demás, ni ambicionar el poder o buscar venganza. Tendríamos entonces una vida de total aceptación y sencillez, adherida al plan de Dios para con nosotros.

Una obra maestra de Dios en María

Por obvias razones, no podemos vivir con la misma aceptación y simplicidad como la de aquellos que tienen una discapacidad mental. Pero podemos espejarnos en otra obra maestra divina que es ejemplo de pureza, amor, incondicionalidad en todo sentido, nuestra Madre Bendita.

En una plática del 23 de mayo de 1965, el Padre Kentenich la llamó "obra maestra por excelencia del amor infinito de Dios". Dijo que desde toda la Eternidad, el Padre celestial recreó la imagen de la Sma. Virgen con todo el amor de su corazón y quiso entrar en una profunda unidad de corazones con Ella. Siendo tan humilde y tan inmaculada, Ella le abrió su corazón incondicionalmente al Padre y a su plan para con ella.

Una obra maestra de Dios en nosotros

El Padre Kentenich afirmó a su vez que nosotros somos también obra maestra por excelencia del amor infinito de Dios.

"Si supiéramos lo que significa ser una obra maestra del amor infinito de Dios... Poseo un criterio, un criterio inteligente que debo aplicar a ese vínculo de amor que existe entre el Eterno Padre Dios y la Sma. Virgen. Una vez que empezamos a pensar, a buscar y profundizar, podríamos llegar a descubrir resultados insospechados para nosotros hasta el momento, que son respuesta a muchos interrogantes que nos planteamos en momentos de calma y que no podemos resolver".

Experimentamos esos momentos de calma en nuestra vida, sobre todo en cuaresma. Durante los cuarenta días de "silencio" buscamos internarnos en la médula de nuestro ser y ascender al corazón del Padre. Es el momento de contemplarnos abiertamente tal como y ver la obra maestra del amor infinito de Dios para la que fuimos creados desde toda la Eternidad.

Sólo podemos lograrlo si dejamos de lado nuestra estructura de pensamiento sofisticada y nos negamos a los encantos y ambiciones que abundan no sólo en el mundo que nos rodea sino en nuestra propia comunidad, en nuestro lugar de trabajo, en nuestros hogares y en nuestro propio corazón.

Cuaresma es el momento ideal de despojar nuestra mente y nuestro corazón para que puedan adherirse con total conformidad, sencillez y alegría al plan que Dios tiene previsto para nosotros, permitiendo que el plan de Dios se lleve a cabo también en la vida de quienes nos rodean.

Entonces llegaremos a ser plenamente obras maestras por excelencia del amor infinito de Dios. Nuestros ojos serán puros, llenos de amor, humildes, y los demás podrán descubrir en ellos el rostro de Dios.

Traducción: Andrea Prestia, Buenos Aires, Argentina


Zurück/Back: [Seitenanfang / Top] [letzte Seite / last page] [Homepage]

Last Update: 01.03.2006 Mail: Editor /Webmaster
© 2006 Schönstatt-Bewegung in Deutschland, PressOffice Schönstatt, hbre, All rights reserved, Impressum