published: 2006-01-03 |
Junto al pesebreReflexionando sobre el sentido profundo de los diez minutos junto al Pesebre |
„Junto al pesebre“ „At the manger“ „An der Krippe“ Fotos: Santos © 2006 |
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SCHOENSTATT, Antonella Cerini. Cómo ya lo hemos mencionado en otros artículos "Los diez minutos junto al pesebre" constituye una de las actividades navideñas más importantes en Schoenstatt. La creación de este espacio tiene como centro de atención a los niños y niñas (aunque en los dos primeros años se focalizaba la atención en los adultos). Se organizan cantos navideños, villancicos tradicionales, bailes, lecturas guiadas, entre otras cosas que ayudan a crear un clima familiar. Además, las "famosas" masitas navideñas, el té, el chocolate y el acogedor recibimiento de las Hermanas hace que uno se sienta como en casa. Ahora bien: żcuál es el sentido profundo de este acontecimiento?.... Lo que, en verdad, se espera de este encuentro –personal y comunitario- con el niño Jesús y con la Familia de Nazaret es que estos breves minutos de contemplación de la simpleza del establo, donde nació el salvador del mundo, sea germen de un profundo crecimiento en el vínculo con Dios. Por lo tanto, creemos que la atracción no sólo debe ser meramente humana y física; esto es, quedarnos sólo con la belleza exterior que nos ofrece la obra artística del pesebre; sino sumergirnos en la profundidad del misterio de la historia de la salvación: Jesús, el Hijo del Dios vivo, se hizo hombre para salvarlar a los hombres a través de la filialidad. Dicho en otros términos, creemos que el centro de atención debe estar puesto en el "milagro del Pesebre": las entrañas de María que dieron a luz al niño Jesús debe ser la imagen de nuestra contemplación y devoción. Quedarnos solamente con el evento circunstancial que convoca a los adultos y a los niños a un festejo navideño seria una falta de intimidad e integridad con el amor orgánico del Señor. Triunfo de la gracia en los hijos del PadreEste es el espíritu que se pretende gestar en el corazón de cada uno de los que participan; es decir, poder trascender la maravilla de la obra exterior para penetrar –e irradiar- el orden interior de cada hijo e hija que se acerca a Schoenstatt para adorar el santo pesebre. La grandeza del misterio de Dios radica en la simpleza de toda la creación; en la humildad de su manifestación; en la pobreza e inapariencia del nacimiento de su Hijo. Esto es, justamente, a lo que estamos llamados y convocados como hijos de Dios:"a ser niños ante Dios". Esta es la buena nueva que nos trae Jesús, la gracia que queremos implorar, el anhelo de vida que queremos desear. Hacer que nuestra pequeña vida cotidiana sea una entrega extraordinaria a la luz del evangelio. El obrar del Espíritu Santo en el hombre nuevoComo schoenstattianos, también estamos llamados –por medio de nuestra originalidad espiritual- a pedir la gracia del "milagro de la nochebuena" experimentado como hijos del Padre. Sí estamos profundamente recogidos frente al pesebre no es sólo para que nuestro corazón arda de amor por el Señor y por la similitud entre Él y yo (Él niño; yo niño), sino para abrirnos al milagro de la nochebuena en nosotros; es decir, la transformación de nuestra inteligencia y la apertura de nuestros sentidos a la luz sobrenatural. Reconocer el milagro de la nochebuena obrado en nosotros es reconocer claramente la misión de vida y cumplirla. |
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Last Update: 03.01.2006
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